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2 Corintios 5:6 - Dios Habla Hoy Versión Española

6 Por eso, siempre tenemos confianza. Sabemos que mientras vivamos en este cuerpo estaremos como en el destierro, lejos del Señor.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

6 Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Así que siempre vivimos en plena confianza, aunque sabemos que mientras vivamos en este cuerpo no estamos en el hogar celestial con el Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Así, pues, nos sentimos seguros en cualquier circunstancia. Sabemos que vivir en el cuerpo es estar de viaje, lejos del Señor;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Así que, estamos confiados siempre, sabiendo que al estar presentes en el cuerpo, estamos ausentes del Señor

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Por lo tanto, siempre tenemos ánimo y sabemos que, mientras estamos domiciliados en el cuerpo, estamos exiliados lejos del Señor;

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2 Corintios 5:6
15 Referans Kwoze  

Pues ante ti somos como extranjeros que están de paso, igual que lo fueron todos nuestros antepasados; y nuestra vida sobre la tierra es como una sombra, sin ninguna esperanza.


Honrar al Señor da una firme esperanza que trae seguridad a los hijos.


El Señor, el Dios Santo de Israel, dice: “Volved, quedad tranquilos y estaréis a salvo. En la tranquilidad y la confianza estará vuestra fuerza.” Pero vosotros no quisisteis,


El oficial asirio les dijo: –Comunicad a Ezequías este mensaje del gran rey, el rey de Asiria: ‘¿De qué te sientes tan seguro?


Nosotros somos como una casa terrenal, como una tienda de campaña no permanente; pero sabemos que si esta tienda se destruye, Dios nos tiene preparada en el cielo una casa eterna que no ha sido hecha por manos humanas.


pero tenemos confianza, y quisiéramos más bien salir de este cuerpo para ir a presentarnos ante el Señor.


No perdáis, pues, vuestra confianza, porque ella os traerá una gran recompensa.


Todas estas personas murieron sin haber recibido las cosas que Dios había prometido; pero como tenían fe, las vieron de lejos y las saludaron reconociéndose a sí mismos extranjeros de paso por este mundo.


En este mundo no tenemos una ciudad que permanezca para siempre, sino que vamos en busca de la ciudad eterna.


Quiero aconsejar ahora a los ancianos de vuestras congregaciones, yo que soy anciano como ellos y testigo de los sufrimientos de Cristo, y que, lo mismo que ellos, voy a tener parte en la gloria que ha de manifestarse.


Yo, Juan, soy vuestro hermano, y por mi unión con Jesús tengo parte con vosotros en el reino de Dios, en los sufrimientos y en la fortaleza para soportarlos. Por haber anunciado el mensaje de Dios confirmado por Jesús, me encontraba en la isla de Patmos.


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