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1 Samuel 3:19 - Dios Habla Hoy Versión Española

19 Samuel creció, y el Señor le ayudó y no dejó de cumplir ninguna de sus promesas.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

19 Y Samuel creció, y Jehová estaba con él, y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 El Señor estaba con Samuel mientras crecía, y todo lo que Samuel decía se cumplía.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Samuel había crecido; Yavé estaba con él y sus palabras nunca dejaban de cumplirse.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 Y Samuel creció, y YHVH estaba con él, y no dejó caer a tierra ninguna de sus palabras.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Samuel iba creciendo y Yahveh estaba con él, de suerte que no dejó caer en tierra ninguna de sus palabras.

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1 Samuel 3:19
32 Referans Kwoze  

Más o menos por aquel tiempo, Abimélec fue a hablar con Abraham. Le acompañaba Ficol, el jefe de su ejército. Y Abimélec dijo a Abraham: –Vemos que Dios te ayuda en todo lo que haces.


Yo estoy contigo: te cuidaré por dondequiera que vayas y te haré volver a esta tierra. No te abandonaré sin cumplir lo que te he prometido.”


Pero el Señor estaba con José, y le fue muy bien mientras vivía en la casa de su amo egipcio.


Su amo comprendió que el Señor estaba con José, y que por eso a José le iba bien en todo.


“¡Bendito sea el Señor, que ha concedido la paz a su pueblo Israel, según todo lo que ha prometido! Pues no ha dejado de cumplir ninguna de las buenas promesas que hizo por medio de su siervo Moisés.


Sabed que nada de lo que el Señor habló contra la familia de Ahab dejará de cumplirse. El Señor mismo ha hecho lo que anunció por medio de Elías, su siervo.


Así se cumplió el anuncio que hizo el Señor a Jehú, cuando le dijo que sus hijos se sentarían en el trono de Israel hasta la cuarta generación.


que yo, el Señor, digo: Voy a acarrear un desastre sobre este lugar y sobre sus habitantes, conforme a todo lo anunciado en el libro que ha leído el rey de Judá.


Si tienes que pasar por el agua, yo estaré contigo; si tienes que cruzar ríos, no te ahogarás; si tienes que pasar por el fuego, no te quemarás; las llamas no arderán en ti.


Pero hago que se cumplan las palabras de mis siervos y que salgan bien los planes de mis enviados. Yo declaro que Jerusalén volverá a ser habitada y que las ciudades de Judá serán reconstruidas. Yo haré que se levanten de sus ruinas.


así también la palabra que sale de mis labios no vuelve a mí sin producir efecto, sino que hace lo que yo quiero y cumple la orden que le doy.


“La virgen quedará encinta, y tendrá un hijo al que pondrán por nombre Emanuel.” (que significa: “Dios con nosotros”).


El ángel entró donde ella estaba, y le dijo: –¡Te saludo, favorecida de Dios! El Señor está contigo.


El niño crecía y se hacía fuerte espiritualmente, y vivió en lugares desiertos hasta el día en que se dio a conocer a los israelitas.


Y el niño crecía y se hacía más fuerte y más sabio, y gozaba del favor de Dios.


Y Jesús seguía creciendo en cuerpo y mente, y gozaba del favor de Dios y de los hombres.


Termino, hermanos, deseando que viváis felices y que busquéis la perfección en vuestra vida. Animaos y vivid en armonía y paz, y el Dios de amor y de paz estará con vosotros.


Si lo que el profeta ha dicho en nombre del Señor no se cumple, es señal de que el Señor no lo dijo, sino que el profeta habló movido solo por su orgullo; por lo tanto, no le tengáis miedo.


Que el Señor Jesucristo esté contigo y que Dios derrame su gracia sobre todos vosotros.


Ni una sola palabra quedó sin cumplirse de todas las buenas promesas que el Señor había hecho a los israelitas.


A su tiempo, la mujer tuvo un hijo, y le puso por nombre Sansón. El niño crecía y el Señor lo bendecía.


Cuando te ocurran estas cosas, haz lo que creas conveniente, que Dios te ayudará.


Aquí tenéis al rey que habrá de dirigiros. Por mi parte, yo ya soy viejo y estoy lleno de canas, y mis hijos están entre vosotros. Yo soy quien os ha dirigido desde mi juventud hasta el presente,


Entonces uno de ellos dijo: –Yo he visto a uno de los hijos de Jesé, el de Belén, que sabe tocar muy bien. Además es un guerrero valiente y habla con sensatez; es bien parecido y cuenta con la ayuda del Señor.


Saúl tenía miedo de David, porque el Señor ayudaba a David pero ya no le ayudaba a él.


Y como el Señor le ayudaba, David tenía éxito en todo lo que hacía.


Tanta disposición demostró David para cumplir cuanto Saúl le ordenaba, que este lo puso al mando de hombres de guerra, cosa que agradó a todo el ejército y a los oficiales de Saúl.


y el Señor bendecía a Ana, la cual quedaba embarazada. De esa manera, Ana dio a luz tres hijos y dos hijas, y el niño Samuel seguía creciendo ante el Señor.


Mientras tanto, el joven Samuel seguía creciendo, y su conducta agradaba tanto al Señor como a los hombres.


El criado le contestó: –En esta ciudad hay un profeta a quien todos respetan, porque todo lo que anuncia sucede sin falta. Vamos allá, y quizá él nos indique el camino que debemos seguir.


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