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1 Samuel 22:6 - Dios Habla Hoy Versión Española

6 Mientras tanto, Saúl estaba en Guibeá, sentado bajo el tamarisco del santuario, con su lanza en la mano y rodeado de todos sus oficiales. Y cuando se enteró de que David y sus hombres habían sido localizados,

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Biblia Reina Valera 1960

6 Oyó Saúl que se sabía de David y de los que estaban con él. Y Saúl estaba sentado en Gabaa, debajo de un tamarisco sobre un alto; y tenía su lanza en su mano, y todos sus siervos estaban alrededor de él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 Las noticias de su llegada a Judá pronto alcanzaron a Saúl. En ese momento, el rey estaba sentado debajo de un árbol de tamarisco en la colina de Guibeá, con su lanza en la mano y rodeado de sus oficiales.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Supo Saúl que había noticias de David y de los hombres que andaban con él. Por esos días estaba Saúl sentado en Guibea bajo el tamarindo que está en la colina: tenía en la mano su lanza y todos sus servidores estaban de pie a su alrededor.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 Y supo Saúl que David y los hombres que estaban con él habían sido descubiertos. Y Saúl estaba en Gabaa, sentado bajo un tamarisco en Ramá, con su lanza en la mano, y todos sus siervos estaban en pie alrededor de él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Se enteró Saúl de que David y los hombres que le seguían habían sido descubiertos. Hallábase Saúl en Guibeá, sentado bajo el tamarisco de la colina, lanza en mano rodeado de sus servidores.

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1 Samuel 22:6
7 Referans Kwoze  

Allí, en Beerseba, Abraham plantó un árbol, un tamarisco, e invocó el nombre del Señor, el Dios eterno.


Débora acostumbraba sentarse bajo una palmera (conocida como “la palmera de Débora”), que había en los montes de Efraín, entre Ramá y Betel, y los israelitas acudían a ella para resolver sus pleitos.


que, acampado al extremo de una colina, estaba debajo de un granado, en una era, acompañado de una tropa formada por seiscientos hombres.


Al día siguiente, el espíritu maligno mandado por Dios se apoderó de Saúl, que se puso como loco dentro de su palacio. David estaba tocando el arpa, como de costumbre, y Saúl tenía su lanza en la mano.


En cuanto a Saúl, otra vez le atacó el espíritu maligno de parte del Señor; y estando sentado en su habitación, con su lanza en la mano, mientras David tocaba,


Saúl levantó su lanza para herir a Jonatán, y este comprendió entonces que su padre estaba decidido a matar a David.


Enterraron luego los restos en Jabés, debajo de un árbol, y guardaron siete días de ayuno.


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