21 Y el precio era un pim por las rejas de arado y por los azadones, y la tercera parte de un siclo por afilar las hachas y por componer las aguijadas.
21 Lo que cobraban era lo siguiente: ocho gramos de plata por afilar una reja de arado o un pico, y cuatro gramos por afilar un hacha o hacer la punta de una aguijada para bueyes.
21 Y el precio de la limadura era un pim° por la reja del arado, así como por la azada, o por la horquilla, o por las hachas, o por el arreglo de una aguijada.
Morirán dos terceras partes de los que habitan en este país: solo quedará con vida la tercera parte. Y a esa parte que quede la haré pasar por el fuego, la purificaré como se purifica la plata, la afinaré como se afina el oro. Entonces ellos me invocarán y yo les contestaré. Los llamaré ‘Pueblo mío’ y ellos responderán: ‘El Señor es nuestro Dios.’ Yo, el Señor, doy mi palabra.”