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1 Reyes 18:3 - Dios Habla Hoy Versión Española

3 Ahab llamó a Abdías, su mayordomo, que adoraba al Señor con profunda reverencia

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

3 Y Acab llamó a Abdías su mayordomo. Abdías era en gran manera temeroso de Jehová.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Por eso Acab mandó llamar a Abdías, quien estaba a cargo del palacio. (Abdías era un fiel seguidor del Señor.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Ajab acababa de enviar a Obadías, administrador del palacio real; ese Obadías tenía realmente el temor de Yavé.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Y Acab llamó a Abdías, que estaba a cargo de la casa, y temía en gran manera a YHVH,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Ajab mandó llamar a Abdías, mayordomo de palacio. Abdías era muy temeroso de Yahveh,

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1 Reyes 18:3
21 Referans Kwoze  

El ángel le dijo: –No hagas ningún daño al muchacho, porque ya sé que tienes temor de Dios, pues no te negaste a darme tu único hijo.


Después escogió regalos entre lo mejor que su amo tenía, tomó diez de sus camellos y se fue a la ciudad de Nahor, en Mesopotamia.


Un día llamó al más anciano de sus siervos, el que estaba al cargo de todo lo suyo, y le dijo: –Pon tu mano debajo de mi muslo


En esta casa nadie es más que yo; mi amo no me ha negado nada, sino solo a ti misma, que eres su esposa; así que, ¿cómo podría yo hacer algo tan malo y pecar contra Dios?


Tú te harás cargo de mi palacio, y todo mi pueblo obedecerá tus órdenes. Solamente yo seré más que tú, porque soy el rey.


pero al tercer día les dijo: –Yo tengo temor de Dios. Haced esto y se os perdonará la vida:


pero Zimrí, un oficial suyo al mando de la mitad de los carros de combate, conspiró contra él. Un día, estando Elá en Tirsá, en casa de Arsá, su mayordomo, bebió hasta emborracharse.


Lo que va a pasar es que, al separarme de ti, el espíritu del Señor te llevará a donde yo no sepa. Y cuando yo vaya a darle la noticia a Ahab, él no te encontrará, y me matará. Este siervo tuyo, desde su juventud, siempre ha honrado al Señor.


Elías fue y se presentó ante Ahab. El hambre que había en Samaria era muy grave.


Cierta mujer, que había sido esposa de uno de los profetas, fue a quejarse a Eliseo, diciéndole: –Mi marido ha muerto, y tú sabes que él honraba al Señor. Ahora el prestamista ha venido y quiere llevarse a mis dos hijos como esclavos.


En cambio, los gobernadores que estuvieron antes que yo fueron una carga para el pueblo, pues diariamente cobraban cuarenta monedas de plata para comida y vino. Más aún, también sus empleados oprimían al pueblo; pero yo no lo hice así, por respeto a Dios.


Al frente de Jerusalén puse a mi hermano Hananí y a Hananías, el comandante de la ciudadela, que era un hombre digno de confianza y más temeroso de Dios que mucha gente.


Y dijo Dios a los hombres: “Servir fielmente al Señor: eso es sabiduría. Apartarse del mal: eso es inteligencia.”


Honrar al Señor da una firme esperanza que trae seguridad a los hijos.


(Los que honran a Dios hablaron entonces entre sí, y el Señor escuchó con atención lo que decían. Y en presencia del Señor se escribió un libro, en el cual se recordaba a los que honran al Señor y lo toman en cuenta.)


No tengáis miedo a quienes pueden matar el cuerpo, pero no pueden matar el alma; temed más bien a aquel que puede destruir el cuerpo y el alma en el infierno.


Del mismo modo, el que recibió dos mil ganó otras dos mil.


Era un hombre piadoso que, junto con toda su familia, adoraba a Dios. Daba mucho dinero para ayudar a los judíos y oraba sin cesar a Dios.


Dios acepta a quienes le reverencian y hacen lo bueno, cualquiera que sea su nación.


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