Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





1 Corintios 14:3 - Dios Habla Hoy Versión Española

3 En cambio, el que comunica mensajes proféticos edifica espiritualmente a la comunidad, y la anima y la consuela.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

3 Pero el que profetiza habla a los hombres para edificación, exhortación y consolación.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

3 En cambio, el que profetiza fortalece a otros, los anima y los consuela.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

3 El que profetiza, en cambio, da a los demás firmeza, aliento y consuelo.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

3 Pero el que profetiza, habla a los hombres para edificación y exhortación, y consuelo.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Por el contrario, el que profetiza, habla a los hombres, edifica, exhorta y anima.

Gade chapit la Kopi




1 Corintios 14:3
42 Referans Kwoze  

De este modo y con otros muchos consejos anunciaba Juan la buena noticia a la gente.


Después de leer en los libros de la ley y de los profetas, los jefes de la sinagoga los invitaron: –Hermanos, si tenéis algo que decir para dar ánimos a la gente, decidlo ahora.


En estos lugares animaron a los creyentes, a quienes, recomendándoles que siguieran firmes en la fe, les decían que para entrar en el reino de Dios hay que sufrir muchas aflicciones.


Y como Judas y Silas también eran profetas, consolaron y animaron a los hermanos hablando largamente con ellos.


Tal fue el caso de un levita llamado José, natural de la isla de Chipre, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que significa: “Hijo de consolación”).


Entonces la iglesia, en todas las regiones de Judea, Galilea y Samaria, tenía paz y crecía espiritualmente. Vivía en el temor del Señor, y con la ayuda del Espíritu Santo iba aumentando en número.


el que haya recibido el don de animar a otros, dedíquese a animarlos. El que da, hágalo con sencillez; el que ocupa un puesto de responsabilidad, desempeñe su cargo con todo esmero; el que ayuda a los necesitados, hágalo con alegría.


Por lo tanto, busquemos lo que conduce a la paz y a la mutua edificación espiritual.


Todos debemos agradar a nuestro prójimo, y hacer las cosas para su bien y para que pueda crecer en la fe.


Se dice: “Uno es libre de hacer lo que quiera.” Es cierto, pero no todo conviene. Sí, uno es libre de hacer lo que quiera, pero no todo es edificante.


Por eso, ya que ambicionáis dones del Espíritu, procurad poseer en abundancia aquellos que ayudan a la edificación de la iglesia.


Tu acción de gracias podrá ser muy buena, pero no ayudará a la edificación del otro.


En resumen, hermanos, cuando os reunáis, unos podéis cantar salmos y otros enseñar, o comunicar lo que Dios os haya revelado, o hablar en lenguas, o interpretarlas. Pero que todo sea para vuestra edificación.


De este modo, todos, por turno, podréis comunicar mensajes proféticos, para que todos aprendan y se animen.


Acerca de lo sacrificado a los ídolos, es cierto que todos tenemos el debido conocimiento. Pero el conocimiento envanece, en tanto que el amor edifica espiritualmente.


Él nos consuela en todos nuestros sufrimientos, para que también nosotros podamos consolar a los que sufren, dándoles el mismo consuelo que él nos ha dado.


Lo que ahora debéis hacer es perdonarle y ayudarle, no sea que tanta tristeza le lleve a la desesperación.


No digáis palabras groseras, sino solo palabras buenas y oportunas que ayuden a crecer y traigan bendición a quienes las escuchen.


Por eso os lo envío, para que os diga cómo estamos y para que, de esa manera, os anime.


Por esto os lo envío, para que os diga cómo estamos y os anime.


También sabéis que os hemos animado y consolado a cada uno de vosotros, como hace un padre con sus hijos. Os hemos encargado que os portéis como deben hacerlo quienes pertenecen a Dios, el cual os ha llamado a tener parte en su propio reino y gloria.


No estábamos equivocados en lo que predicábamos, ni tampoco hablábamos con mala intención ni con el propósito de engañar a nadie.


y envié a nuestro hermano Timoteo, que es un colaborador de Dios en el anuncio de las buenas noticias acerca de Cristo. Lo envié para que fuese a visitaros y os afirmara y animase en vuestra fe,


Ahora, hermanos, os rogamos y encargamos esto en el nombre del Señor Jesús: que sigáis portándoos, como ya lo estáis haciendo, de la manera que nosotros os enseñamos a hacerlo para agradar a Dios.


Animaos, pues, unos a otros con estas palabras.


A estos mandamos y encargamos, por la autoridad del Señor Jesucristo, que trabajen tranquilamente para ganarse la vida.


ni presten atención a cuentos y cuestiones interminables acerca de los antepasados. Estas cosas solo sirven para discutir y no ayudan a aceptar con fe el plan de Dios.


Mientras llego, dedícate a leer en público las Escrituras, a animar a los hermanos y a instruirlos.


Y aquellos que tengan amos creyentes, que no dejen de respetarlos por ser sus hermanos en la fe. Al contrario, deben servirles todavía mejor, puesto que quienes reciben sus buenos servicios son creyentes y hermanos amados. Enseña y predica estas cosas.


que prediques el mensaje, y que insistas, tanto si el momento es oportuno como si no lo es. Convence, reprende y anima, enseñando con toda paciencia.


Debe apegarse al verdadero mensaje que se le enseñó, para que también pueda animar a otros con la sana enseñanza, y convencer a los que contradicen.


Esto es lo que tienes que enseñar, animando y reprendiendo con toda autoridad. Que nadie te desprecie.


Anima igualmente a los jóvenes a ser juiciosos,


Aconseja a los esclavos que obedezcan en todo a sus amos; que sean amables y no respondones;


No dejemos de asistir a nuestras reuniones, como hacen algunos, sino animémonos unos a otros; tanto más cuanto que vemos que el día del Señor se acerca.


Hermanos, os ruego que recibáis con paciencia estas pocas palabras de aliento que os he escrito.


Al contrario, animaos unos a otros cada día mientras dura ese “hoy” de que habla la Escritura, para que ninguno de vosotros sea engañado por el pecado y su corazón se vuelva rebelde.


Por medio de Silvano, a quien considero un hermano fiel, os he escrito esta breve carta para aconsejaros y aseguraros que las bendiciones que habéis recibido son prueba verdadera del amor de Dios. ¡Permaneced fieles a ese amor!


Pero vosotros, queridos hermanos, manteneos firmes en vuestra santísima fe. Orad guiados por el Espíritu Santo.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite