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Sofonías 1:7 - Biblia Castilian 2003

7 ¡Silencio ante el Se or Yahveh, porque el d a de Yahveh está cerca! S; Yahveh ha preparado un sacrificio, ha consagrado a sus invitados.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

7 Calla en la presencia de Jehová el Señor, porque el día de Jehová está cercano; porque Jehová ha preparado sacrificio, y ha dispuesto a sus convidados.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Guarden silencio en presencia del Señor Soberano, porque se acerca el imponente día del juicio del Señor. El Señor ha preparado a su pueblo para una gran matanza y ha seleccionado a sus verdugos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 ¡Reine el silencio delante del Señor Yavé, pues se acerca su día! Yavé ha preparado un sacrificio y ya ha consagrado a sus invitados.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 ¡Silencio en presencia de Adonay YHVH! El día de YHVH está cercano. YHVH ha preparado un sacrificio, y ha escogido° a sus invitados.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 ¡Silencio ante el Señor Yahveh, porque el día de Yahveh está cerca! Sí; Yahveh ha preparado un sacrificio, ha consagrado a sus invitados.

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Sofonías 1:7
39 Referans Kwoze  

¿Por qué Sadday no reserva tiempos, para que sus fieles contemplen sus d as?


La guerra hace cesar en todos los confines, rompe arcos, quiebra lanzas y consume los carros en el fuego.


He dado una orden a mis consagrados, he convocado a los guerreros de mi ira, entusiastas de mi gloria.


Gemid que está cerca el d a de Yahveh, como estrago de Sadday llegará.


Porque es el d a de Yahveh Sebaot: contra todo soberbio y altanero, contra todo enaltecido, para abatirlo,


Yo pondré cerco a Ariel; habrá llanto y lamento, y será para m como Ariel.


Porque está ebria mi espada en los cielos. Mirad: baja contra Edom, contra el pueblo condenado por m al exterminio.


La espada de Yahveh chorrea sangre, grasienta como el sebo, sangre de corderos y cabritos, sebo de entra as de carneros. Pues Yahveh inmola un sacrificio en Bosrá, una gran matanza en el pa s de Edom.


Yo dije: '¡Ay de m ! ¡Estoy perdido, pues soy hombre de labios impuros que vivo en un pueblo de labios impuros, y mis ojos han visto al rey, a Yahveh Sebaot!'.


Aquel d a es para el Se or Yahveh Sebaot d a de venganza para vengarse de sus enemigos. La espada se cebará, se saciará, se embriagará de su sangre, pues celebra un sacrificio el Se or Yahveh Sebaot en tierra del norte, junto al r o Éufrates.


'Aqu está el d a, mirad que se acerca, llega tu turno, florece la injusticia, germina la insolencia.


Llega para ti el desenlace, habitante del pa s; llega el tiempo, está cerca el d a, el d a de terror, y no de júbilo, en las monta as.


'¡Ay! ¡Ay de ese d a! Porque está cerca el d a de Yahveh: viene como devastación de Sadday.'


Yahveh da voces delante de sus tropas, porque es inmenso el campamento, y es poderoso el ejecutor de sus planes. Grande es el d a de Yahveh, terrible en exceso. ¿Quién podrá soportarlo?


Entonces entrará su t o o su pariente para sacar de la casa los huesos, y dirá al que está en un rincón de la casa: '¿Hay alguno más contigo?'. Responderá: 'Ninguno'. El otro dirá: '¡Calla! Que no hay que mentar el nombre de Yahveh'.


Gemirán las cantoras del palacio en aquel d a - oráculo del Se or Yahveh -. Los cadáveres serán numerosos; a cualquier lugar se les arrojará en silencio'.


En cambio, Yahveh está en su santo templo. ¡Enmudezca ante él toda la tierra!


Se acerca el gran d a de Yahveh, se acerca, se echa encima. El estruendo del d a de Yahveh es horrible: en él pedirá auxilio hasta el guerrero.


Mirad que llega el d a de Yahveh. En él se repartirán en medio de ti tus despojos.


Aqu estoy yo para alzar mi mano contra ellas, para que sean el bot n de sus mismos esclavos. As sabréis que Yahveh Sebaot me ha enviado.


Volvió a enviar a otros criados con este encargo: 'Decid a los convidados: ya tengo preparado el banquete; he sacrificado mis terneros y reses cebadas, todo está a punto. Venid al banquete'.


Ahora bien, sabemos que cuanto dice la ley, para aquellos que están bajo la ley lo dice, a fin de que nadie pueda rechistar y el mundo entero se sienta reo de culpa ante Dios;


¡Pero, hombre! ¿Quién eres tú para replicar a Dios? ¿Acaso le dirá la vasija al alfarero: por qué me hiciste as ?,


Que vuestro mesurado comportamiento sea conocido de todos los hombres. El Se or está cerca.


deis gracias al Padre que os capacitó para participar de la herencia del pueblo santo en la luz.


Él respondió: '¡De paz! He venido a ofrecer un sacrificio a Yahveh. Purificaos y venid conmigo al sacrificio'. Purificó a Jesé y a sus hijos y los invitó al sacrificio.


Saúl no dijo nada aquel d a, pues pensó: '¡Será casualidad! No estará puro, por no haber podido purificarse'.


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