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Sofonías 1:17 - Biblia Castilian 2003

17 Pondré a los hombres en aprieto y caminarán como ciegos, porque pecaron contra Yahveh; su sangre será esparcida como polvo, su carne como estiércol.

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Biblia Reina Valera 1960

17 Y atribularé a los hombres, y andarán como ciegos, porque pecaron contra Jehová; y la sangre de ellos será derramada como polvo, y su carne como estiércol.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

17 »Por haber pecado contra el Señor, los haré andar a tientas como el ciego. Su sangre será vertida en el polvo y sus cuerpos quedarán pudriéndose sobre la tierra».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

17 Les mandaré a los hombres la congoja, y andarán como ciegos ( ). Su sangre será esparcida como el polvo y sus restos yacerán como basura.

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La Biblia Textual 3a Edicion

17 Yo haré que los hombres se angustien y deambulen como ciegos, por cuanto pecaron contra YHVH, su sangre será derramada como polvo y sus entrañas como excremento.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

17 Pondré a los hombres en aprieto y caminarán como ciegos, porque pecaron contra Yahveh; su sangre será esparcida como polvo, su carne como estiércol.

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Sofonías 1:17
41 Referans Kwoze  

Haz con ellos igual que con Madián, como con S sara y Yabin, en el valle del Quisón,


porque Yahveh volcó sobre vosotros un soplo de letargo, que encoló vuestros ojos, profetas, y cubrió vuestras cabezas, videntes.


As dice Yahveh: '¿Dónde está el libelo de repudio de vuestra madre, por el cual yo la habr a repudiado, o quién de mis acreedores es aquel a quien yo os habr a vendido? Mirad: por vuestras culpas habéis sido vendidos y por vuestros pecados ha sido repudiada vuestra madre.


Pues as dice Yahveh: 'Aqu estoy: voy a lanzar con honda, esta vez s, a los habitantes del pa s; los voy a poner en aprieto, para que sean alcanzados'.


Voy a imponerles cuatro clases de males: - oráculo de Yahveh -: la espada para matar, los perros para despedazar, las aves del cielo para devorar, las fieras de la tierra para aniquilar.


Por eso, entrega sus hijos al hambre, y vuélcalos en manos de la espada. ¡Sean sus mujeres privadas de hijos y viudas! ¡Sean sus maridos muertos por la peste! ¡Sean sus jóvenes heridos por la espada en la batalla!


¿No eres tú la culpable, por haber abandonado a Yahveh, tu Dios, cuando te conduc a por el camino?


Tu propia maldad te castiga, tus apostas as te escarmientan. Reconoce y advierte que es malo y amargo el haber dejado a Yahveh, tu Dios, y que en ti no se halle mi temor - oráculo del Se or Yahveh Sebaot -.


Acostémonos sobre nuestra vergüenza, y nuestra ignominia nos cubra; pues contra Yahveh, nuestro Dios, hemos pecado, nosotros y nuestros padres, desde nuestra juventud hasta hoy, y no hemos escuchado la voz de Yahveh, nuestro Dios.


Tu conducta y tus obras te causan estas cosas. Ésta es tu desgracia. ¡Qué amarga! ¡Cómo te llega al corazón!


y los dispersarán ante el sol y la luna y ante todo el ejército del cielo, a quienes amaron y sirvieron, tras de los cuales anduvieron, a quienes consultaron y adoraron. No serán recogidos ni enterrados; servirán de estiércol sobre la superficie de la tierra.


Su mano ha entretejido Nun el pesado yugo de mis pecados: lo hace pesar sobre mi cuello, quebranta mis fuerzas. El Se or me entregó en manos de aquellos quienes yo no pod a resistir.


Justo es Yahveh, Sade pues he sido rebelde a su palabra. O d, pueblos todos, ved mi dolor: mis doncellas y mis jóvenes han ido al cautiverio.


Jerusalén pecó mucho, Jet por eso quedó impura. Cuantos la honraban, la desprecian porque vieron su desnudez. También ella gime y se vuelve de espaldas.


Yacen por tierra en las calles Sin ni os y viejos; mis doncellas y mis jóvenes cayeron a espada. Has matado en el d a de tu ira, has degollado sin piedad.


Te aplicaré los castigos de las adúlteras y de las homicidas y te haré v ctima de mi furor y de mi celo.


Porque la sangre está dentro de ella, sobre una roca desnuda la puso, no la derramó en tierra, para que la cubriera el polvo.


Para provocar mi ira, para tomar venganza, puse su sangre sobre roca desnuda que no pueda cubrirse'.


Envié contra vosotros una peste como la peste de Egipto; maté con la espada a vuestros jóvenes y vuestros caballos eran capturados; hice subir a vuestras narices el hedor de vuestros campamentos. Pero no habéis vuelto a m - oráculo de Yahveh -.


La tierra se convertirá en desierto por causa de sus habitantes, en pago de sus obras.


Dejadlos. Son ciegos que gu an a otros ciegos; pero si un ciego gu a a otro ciego, los dos caerán en el hoyo'.


No quiero, hermanos, para que no presumáis de vosotros mismos, que ignoréis este misterio: que el endurecimiento parcial de Israel se prolongará hasta que entre la totalidad de los gentiles.


Entonces, ¿qué? Que Israel no encontró lo que buscaba, mientras que los elegidos s lo encontraron. Los demás se endurecieron,


en aquellos incrédulos cuya mente obcecó el dios de este mundo, para que no vean el resplandor del evangelio de la gloria de Cristo, que es imagen de Dios.


Quien de ellas carece es miope y corto de vista, por echar en olvido la purificación de sus antiguos pecados.


Pero quien odia a su hermano, está en las tinieblas y en las tinieblas anda y no sabe adónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.


Porque dices: soy rico. Me he enriquecido y de nada tengo necesidad. Y no adviertes que eres tú el desdichado y miserable y pobre y ciego y desnudo.


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