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Salmos 9:6 - Biblia Castilian 2003

6 Tú repruebas a los pueblos, extirpas al imp o Gu mel y borras sus nombres para siempre:

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

6 Los enemigos han perecido; han quedado desolados para siempre; Y las ciudades que derribaste, Su memoria pereció con ellas.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

6 El enemigo está acabado; quedó en ruinas eternas. Las ciudades que arrancaste de raíz ya pasaron al olvido.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

6 Los enemigos fueron aniquilados, arruinados sin remedio; sus ciudades fueron devastadas, perdido su recuerdo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

6 El enemigo ha sucumbido en desolación eterna, Destruiste sus ciudades, Y con ellas ha perecido su recuerdo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

6 Guímel. Tú repruebas a los pueblos, extirpas al impío y borras sus nombres para siempre:

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Salmos 9:6
27 Referans Kwoze  

¿Pero nunca lo has o do? Desde lejanos tiempos lo tengo preparado; desde tiempos remotos lo hab a planeado, y ahora lo voy a ejecutar. Tú redujiste a montones de ruinas ciudades fortificadas;


Desaparece de la tierra su recuerdo, se borra su nombre en la comarca.


Los ojos del Se or están sobre el justo, Ain su o do atento a su clamor;


pero su ce o se posa en los malvados Pe para borrar del mundo su memoria.


Venid y contemplad las obras del Se or, el que siembra estupor sobre la tierra.


si he pagado al amigo con el mal y expoliado sin causa a mi adversario,


Oh Yahveh, Se or nuestro, ¡cuán grandioso es tu nombre sobre toda la tierra! Sobre los cielos mismos tu majestad se eleva.


Moisés dijo al pueblo: 'No temáis; quedaos tranquilos y veréis la salvación que Yahveh llevará hoy a cabo en favor vuestro; pues a los egipcios que hoy veis, ya no los volveréis a ver más.


Cayeron sobre ellos el terror y el pánico; enmudecieron como piedras ante el poder de tu brazo, hasta que tu pueblo pasó, ¡oh Yahveh!, hasta que pasó este pueblo que tú te has adquirido.


hac a del mundo un desierto, destru a sus ciudades, manten a cautivos a sus prisioneros?'.


Los muertos no reviven, las sombras no se levantan; tú los castigaste y los aniquilaste, borraste todo su recuerdo.


¿Pero nunca lo has o do? Desde lejanos tiempos lo tengo preparado, desde tiempos remotos lo hab a planeado, y ahora lo voy a ejecutar. Tú redujisite a montones de ruinas ciudades fortificadas;


Heme aqu contra ti, monta a destructora - oráculo de Yahveh -, que destruyes toda la tierra: extenderé mi mano contra ti, te echaré a rodar desde las rocas y te haré monta a calcinada.


Cuando mi enemiga lo vea, se cubrirá de vergüenza, ella, que me dec a: '¿Dónde está Yahveh, tu Dios?'. Mis ojos se gozarán al verla toda pisoteada como el barro de las calles.


No te alegres a mi costa, enemiga m a, pues si caigo, me levanto, y si vivo en las tinieblas, Yahveh es mi luz.


La muerte será el último enemigo destruido.


Se apoderó del dragón, de la serpiente antigua, que es el diablo y Satanás, y lo encadenó por mil a os.


Cuando David y sus hombres llegaron al tercer d a a Sicelag, ya los amalequitas hab an realizado una incursión contra el Negueb y contra Sicelag. Hab an expugnado Sicelag y la hab an incendiado.


Cuando los hombres de Israel que estaban al otro lado del valle y más allá del Jordán se dieron cuenta de que los israelitas hab an huido y que Saúl y sus hijos hab an muerto, abandonaron las ciudades y huyeron. Llegaron luego los filisteos y se instalaron en ellas.


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