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Salmos 5:4 - Biblia Castilian 2003

4 Oye mi voz, Se or, por la ma ana: a la aurora te env o mi oración y me quedo a la espera.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 Porque tú no eres un Dios que se complace en la maldad; El malo no habitará junto a ti.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Oh Dios, la maldad no te agrada; no puedes tolerar los pecados de los malvados.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 Tú no eres un Dios al que le gusta la maldad, ni el malvado tiene en ti acogida.

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Porque tú no eres un Dios que se complace en la impiedad, La maldad no habita contigo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 Oye mi voz, Señor, por la mañana: a la aurora te envío mi oración y me quedo a la espera.

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Salmos 5:4
16 Referans Kwoze  

Yo sé, oh Dios m o, que tú sondeas los corazones y amas la rectitud; por eso con rectitud de corazón te he ofrecido espontáneamente todo esto, y ahora veo con alegr a que tu pueblo, aqu presente, te ofrece por su propia voluntad sus dones.


No hay asiento en medio de mi casa para el hombre doloso, y el que dice mentira no se tendrá en mi presencia.


El Se or prueba a los justos, mas al imp o y violento el Se or lo aborrece.


Yo sé que el Se or lleva la causa del humilde y el juicio del pobre.


Esto vienes haciendo, ¿habré yo de callar? ¿Presumes que yo te sea semejante? A tu cara te acuso y te repruebo.


Tú, Se or, eres mi Dios, y yo te ans o: de ti mi alma tiene sed y por ti mi cuerpo languidece, en una tierra árida, exhausto, falto de agua.


Por mi parte, Se or, mi clamor es hacia ti, mi oración marcha a tu encuentro a la ma ana.


Aún en la vejez darán cosecha, conservarán su savia y su frescor,


¿Puede ser tu aliado el tribunal de la injusticia que construye la intriga encima de la ley?


Tus ojos no pueden ver el mal, no puedes consentir la violencia. ¿Por qué, pues, ves a los pérfidos y callas cuando el imp o devora a quien es más justo que él?


Molestáis a Yahveh con vuestras palabras y preguntáis: '¿En qué le molestamos?'. En que pensáis: 'Todos los que hacen el mal son buenos a los ojos de Yahveh, y en éstos se complace'; o cuando dec s: '¿Dónde está el Dios de la justicia?'.


Jesús le contestó: 'Si uno me ama, guardará mi palabra, mi Padre lo amará y vendremos a él para fijar morada en él.


Buscad la paz con todos, as como la santificación, sin la cual nadie podrá ver al Se or.


Pero esperamos, según su promesa, nuevos cielos y nueva tierra, en los que habita la justicia.


La ciudad no necesita del sol ni de la luna para que la iluminen, porque la ilumina la gloria de Dios y su lámpara es el Cordero.


Nada impuro entrará en ella, ni tampoco los que cometen abominación o falsedad, sino sólo los inscritos en el libro de la vida del Cordero.


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