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Salmos 48:1 - Biblia Castilian 2003

1 Canto. Salmo. De los hijos de Coré.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Grande es Jehová, y digno de ser en gran manera alabado En la ciudad de nuestro Dios, en su monte santo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 ¡Qué grande es el Señor, cuán digno de alabanza en la ciudad de nuestro Dios, situada sobre su monte santo!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Grande es el Señor y muy digno de alabanzas, en la ciudad de nuestro Dios, en su monte santo,

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 Cántico. Salmo de los hijos de Coré. ¡Grande es YHVH, y digno de ser alabado en gran manera En la ciudad de nuestro Dios, en su santo monte,

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Canto. Salmo. De los hijos de Coré.

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Salmos 48:1
31 Referans Kwoze  

Y dijeron los levitas Josué, Cadmiel, Ban, Jasabn as, Sereb as, Hod as, Seban as y Petaj as: 'Levantaos y bendecid a Yahveh, vuestro Dios, de eternidad en eternidad. Y bendigan tu nombre glorioso, que está por encima de toda bendición y alabanza'.


Muy grande es el Se or y digno de alabanza, su grandeza, insondable.


Grande es nuestro Se or y poderoso, y su sabidur a, sin medidas.


'Yo he establecido a este mi rey sobre Sión, mi monte santo'.


Salmo; canto de la dedicación del templo. De David.


Del director. Maskil. De los hijos de Coré.


Del director. De los hijos de Coré. Al alamot. Canto.


si sus aguas braman, espumosas, y trepidan los montes ante su soberbia.


De la tierra entera él es el rey, cantadle con destreza.


Del director. Salmo. De David. Canto.


mas eligió la tribu de Judá y el monte de Sión que él prefer a.


Tú eres grande y hacedor de maravillas, tan sólo tú, oh Dios.


De los hijos de Coré. Salmo. Canto. Su fundamento está sobre los montes santos:


Con honor se habla de ti, ciudad de Dios. Selah


Pues grande es el Se or y digno de alabanza, sobre todos los dioses, el temible.


Exaltad al Se or y nuestro Dios, postraos ante su monta a santa, pues santo es el Se or y nuestro Dios.


Sucederá aquel d a: se tocará la trompeta gigante, y vendrán los perdidos en tierra de Asiria y los dispersos en tierra de Egipto, y adorarán a Yahveh en el monte santo, en Jerusalén.


As dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: 'Todav a se volverá a decir en el pa s de Judá y en sus ciudades, cuando cambie su suerte: '¡Que Yahveh te bendiga, morada de justicia, monta a santa!'.


Pero en el monte Sión quedará un resto, que será santo. La casa de Jacob expoliará a sus expoliadores.


Sucederá al final de los tiempos que el monte del templo de Yahveh estará asentado en la cumbre de los montes y se elevará sobre las colinas. Afluirán a él pueblos,


As dice Yahveh Sebaot: quiero volver a Sión y habitar en Jerusalén. Jerusalén se llamará Ciudad Fiel, y el monte de Yahveh Sebaot Monte Santo.


Cuando veáis, pues, la abominación de la desolación, la anunciada por el profeta Daniel, instalada en el lugar santo - entiéndalo bien el que lee -,


Pero vosotros os habéis acercado al monte Sión, a la ciudad del Dios vivo, a la Jerusalén de arriba, a millares de ángeles, a una reunión plena,


Y salió del trono una voz que dec a: 'Alabad a nuestro Dios todos sus siervos, los que le teméis, peque os y grandes'.


Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo de parte de Dios, preparada como esposa ataviada para su esposo.


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