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Salmos 15:4 - Biblia Castilian 2003

4 que en sus ojos desprecia al reprobado y estima a los que temen al Se or; que, si jura, ni aun en su da o se retracta;

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 Aquel a cuyos ojos el vil es menospreciado, Pero honra a los que temen a Jehová. El que aun jurando en daño suyo, no por eso cambia;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 Los que desprecian a los pecadores descarados, y honran a quienes siguen fielmente al Señor y mantienen su palabra aunque salgan perjudicados.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 el que menosprecia al criminal, pero honra a los que temen al Señor;'

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 Aquel ante cuyos ojos el vil es menospreciado, Pero honra a los que temen a YHVH. El que jurando aun en perjuicio suyo, No por eso deja de cumplir.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 que en sus ojos desprecia al reprobado y estima a los que temen al Señor; que, si jura, ni aun en su daño se retracta;

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Salmos 15:4
20 Referans Kwoze  

Se rebeló también contra el rey Nabucodonosor, que le hab a exigido juramento de fidelidad por Dios. Endureció su cerviz y se obstinó en su corazón para no convertirse a Yahveh, Dios de Israel.


Todos los servidores del rey que estaban en la puerta real se arrodillaban y se postraban ante Amán, pues as lo hab a mandado el rey. Pero Mardoqueo no se arrodillaba ni se postraba.


Que se aleje de m el corazón doble, yo no entiendo de mal;


Mis ojos van a los probos del pa s para que estén conmigo; el que marcha por camino honrado, ése es el que me sirve.


Soy amigo de todo el que te teme y observa tus mandatos.


Ellos, en cambio, van con los santos de la tierra, con los potentes de todas sus querencias:


Igualmente habéis o do que se dijo a los antiguos: No jurarás en falso, sino que cumplirás los juramentos hechos al Se or.


Pero cuando Pablo tocó el tema de la justicia y de la continencia y del juicio venidero, Félix, atemorizado, interrumpió: 'Por ahora, basta. Cuando tenga ocasión propicia, te llamaré'.


No sólo tuvieron con nosotros muchas atenciones sino que, al reembarcar, nos proveyeron de todo lo necesario.


Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos. El que no ama, permanece en la muerte.


Al verla, rasgó él sus vestiduras y exclamó: '¡Ay, hija m a! ¡Tú misma me hundes! ¡Tú me has destrozado! Porque yo pronuncié un voto ante Yahveh y no puedo retractarme'.


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