Salmos 102:8 - Biblia Castilian 2003

⁸ siempre en vela, como pájaro solitario sobre el techo.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁸ Cada día me afrentan mis enemigos; Los que contra mí se enfurecen, se han conjurado contra mí.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁸ Mis enemigos se burlan de mí día tras día; se mofan de mí y me maldicen.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁸ Todo el día me insultan mis enemigos, los que me adulan maldicen de mí.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁸ Mis enemigos me afrentan cada día, Mis escarnecedores me maldicen.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁸ siempre en vela, como pájaro solitario sobre el techo.

Salmos 102:8 Referans Kwoze

Salmos 2:1

¿A qué esta agitación de las naciones y este vano murmullo de los pueblos?

Salmos 41:5

Y yo digo: Se or, ten compasión, sáname tú, pues he pecado contra ti.

Salmos 55:3

préstame atención, respóndeme. Yo me agito en mi lamento, me confundo ante la voz del enemigo,

Salmos 69:20

Tú conoces mi oprobio, mi vejación y mis afrentas, todos mis perseguidores están ante tu vista.

Salmos 77:5

Tú retienes mis párpados, y yo me azaro, mas no me voy de la palabra.

Salmos 89:51

Ten en cuenta, Se or, los ultrajes de tus siervos - los de numerosos pueblos que yo aguanto en mi seno -,

Isaías 65:15

Dejaréis vuestro nombre para imprecación de mis elegidos: '¡Que te mate el Se or Yahveh!'. Pero a mis siervos se les llamará con otro nombre.

Jeremías 29:22

y de ellos se tomará - y usarán los desterrados de Judá que están en Babilonia - esta maldición: ¡Que Yahveh te haga como a Sedec as y como a Ajab, a quienes tostó al fuego el rey de Babilonia!,

Lucas 6:11

Pero ellos, llenos de rencor, discut an entre s qué podr an hacer contra Jesús.

Hechos 26:11

Y por todas las sinagogas, muchas veces a fuerza de golpes, procuré hacerles renegar y, lleno de sa a hasta el extremo, los persegu a incluso en las ciudades extranjeras.

Hechos 7:54

Al o r esto, se les consum a el corazón de rabia, y rechinaban los dientes contra él.

Romanos 15:3

Tampoco Cristo buscó lo que le agradaba, sino que, según está escrito: Los ultrajes de aquellos que te ultrajaban recayeron sobre m.