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Proverbios 31:4 - Biblia Castilian 2003

4 No conviene a los reyes beber vino ni a los pr ncipes desear licores,

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

4 No es de los reyes, oh Lemuel, no es de los reyes beber vino, Ni de los príncipes la sidra;

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Biblia Nueva Traducción Viviente

4 No es para los reyes, oh Lemuel, beber mucho vino. Los gobernantes no deberían ansiar bebidas alcohólicas.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

4 A los reyes, no les conviene, Lemuel, que tomen vino, ni a los príncipes que abusen de licores fuertes,

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La Biblia Textual 3a Edicion

4 No es de reyes, oh Lemuel, no es de reyes darse al vino, Ni de príncipes al licor.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

4 No conviene a los reyes beber vino ni a los príncipes desear licores,

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Proverbios 31:4
16 Referans Kwoze  

Conspiró contra él su súbdito Zimr, jefe de la mitad de los carros de guerra. Cuando él estaba bebiendo, ya embriagado, en Tirsá, en casa de Arsá, mayordomo de su casa de Tirsá,


Cuando escuchó esta respuesta, Ben Hadad, que estaba bebiendo con los reyes en la tienda, mandó a sus servidores: '¡Tomad posiciones!'. Y tomaron posiciones para atacar la ciudad.


El d a séptimo, alegre el corazón del rey por el vino, mandó a Mehumán, a Bizetá, a Jarboná, a Bigtá, a Abagtá, a Zetar y a Carcás, los siete eunucos que estaban al servicio del rey Asuero,


Los correos partieron apresuradamente según la orden del rey. El decreto fue promulgado en la ciudadela de Susa. Y mientras el rey y Amán se sentaban a beber, la ciudad de Susa quedó consternada. Cuando Mardoqueo supo todo lo que estaba ocurriendo, rasgó sus vestiduras, se vistió de sayal, se cubrió de ceniza y salió por toda la ciudad, clamando con grandes y amargos clamores,


El vino es insolente; el licor, pendenciero; quien a ellos se entrega no es sabio.


estarás como acostado en el mar, como quien duerme en la traviesa de un mástil.


¡Dichoso tú, pa s, que por rey tienes un noble y cuyos pr ncipes comen a su tiempo como hombres y no como epulones.


¡Ay de los valientes en beber vino, de los campeones en mezclar licores;


Ciertamente la riqueza enga a al hombre altivo e infatigable que dilata sus fauces como el seol y es insaciable como la muerte, que se apodera de todas las naciones y se adue a de todos los pueblos.


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