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Proverbios 30:14 - Biblia Castilian 2003

14 una raza cuyos dientes son espadas y cuyos molares son cuchillos para devorar a los pobres del pa s y a los menesterosos de entre los hombres.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

14 Hay generación cuyos dientes son espadas, y sus muelas cuchillos, Para devorar a los pobres de la tierra, y a los menesterosos de entre los hombres.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

14 Tienen los dientes como espadas y los colmillos como cuchillos. Devoran al pobre de la tierra y a los necesitados de entre la humanidad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

14 personas con dientes como espadas y colmillos como cuchillos, que devoran a los humildes del país y a los pobres del pueblo!

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La Biblia Textual 3a Edicion

14 Hay quien tiene dientes como espadas y muelas como cuchillos, Para devorar a los pobres de la tierra y a los necesitados de entre los hombres.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

14 una raza cuyos dientes son espadas y cuyos molares son cuchillos para devorar a los pobres del país y a los menesterosos de entre los hombres.

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Proverbios 30:14
33 Referans Kwoze  

Romp las mand bulas al malvado, de entre los dientes le arranqué la presa.


En su cuello se asienta la fuerza, ante él danza el espanto.


los que dicen: 'Nuestra lengua es nuestro fuerte, los labios nos asisten, ¿quién será nuestro due o?'.


Bendito sea el Se or, que no nos deja presa de sus dientes.


¿Es que no saben comprender los obreros del mal que devoran a mi pueblo, como quien come pan, y no invocan al Se or?


Yo no temo las populosas multitudes, apostadas, en torno, contra m.


Cuando vino Doeg el edomita a traer a Saúl este mensaje: 'David ha entrado en casa de Ajimélec'.


que env e él desde el cielo y me libere, que execre a mi opresor, Selah que revele su gracia y su verdad.


Me encuentro entre leones que devoran hombres: sus dientes lanza y flechas, su lengua una cortante espada.


para no o r la voz del hechicero o del mago perito en sortilegios.


Hay quien, hablando, hiere como espada; la lengua de los sabios es medicina.


Quien oprime al pobre le enriquece, quien regala al rico le empobrece.


Hombre empobrecido que oprime a los pobres es lluvia devastadora que no da pan.


La sanguijuela tiene dos hijas: Dicen: '¡Dame, dame!'. Hay tres cosas que nunca se hartan Y cuatro que no dicen '¡Basta!':


He visto además todos los abusos que se cometen bajo el sol: el llanto de los oprimidos sin que nadie los consuele, la violencia de los opresores sin que nadie reclame venganza.


para ignorar la causa de los indigentes y robar el derecho de los pobres de mi pueblo; para hacer de las viudas su presa y poder expoliar a los huérfanos!


Yahveh entra en juicio con los ancianos de su pueblo y sus jefes: 'Habéis abrasado la vi a, el despojo del pobre está en vuestras casas.


¿Con qué derecho aplastáis a mi pueblo y moléis el rostro de los pobres?' - oráculo del Se or Yahveh Sebaot -.


El bribón: sus bribonadas son perversas, planea planes inicuos, para arruinar a los pobres con palabras falsas, aunque el necesitado hable con razón.


Los pr ncipes de Israel están en ti para derramar sangre, cada uno de ellos tanta como puede.


Vosotros os coméis la grasa, os vest s con la lana, matáis las más cebadas, pero a las ovejas no las apacentáis.


aplastan en el polvo de la tierra la cabeza de los indigentes; tuercen el camino de los humildes; padre e hijo se llegan a la misma joven, profanando as mi santo nombre.


Escuchad esta palabra, vacas de Basán, que estáis en el monte de Samar a, que oprim s a los indigentes, maltratáis a los pobres y dec ais a vuestros maridos: '¡Traed acá! ¡Bebamos!'.


Escuchad esto, los que aplastáis al pobre y extermináis a los humildes del pa s


Traspasas con tus saetas la cabeza de sus guerreros, se dispersan como torbellino todas sus tropas cuando se dispon an, triunfantes, a devorar en secreto a un desvalido.


Los pr ncipes que la habitan son leones rugientes; sus jueces son lobos de la noche que nada dejan por roer para ma ana.


¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, que cerráis a los hombres el reino de los cielos! Pues ni vosotros entráis ni a los que están entrando les dejáis entrar.


Ten an cabellos como los de mujer, y sus dientes eran como de león.


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