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Proverbios 30:10 - Biblia Castilian 2003

10 No calumnies a un siervo ante su se or, no sea que te maldiga y lo pases mal.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

10 No acuses al siervo ante su señor, No sea que te maldiga, y lleves el castigo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Nunca difames al empleado ante su patrón, porque te maldecirá, y sufrirás las consecuencias.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 No acuses a un sirviente ante su patrón: si te maldijera, lo tendrías bien merecido.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 No acuses al siervo ante su señor, No sea que te maldiga, y seas hallado culpable.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 No calumnies a un siervo ante su señor, no sea que te maldiga y lo pases mal.

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Proverbios 30:10
18 Referans Kwoze  

Aspiró Yahveh el calmante aroma y dijo Yahveh en su corazón: 'No volveré ya más a maldecir la tierra por causa del hombre, pues los designios del corazón del hombre son malos desde su ni ez, ni volveré a castigar más a todo viviente, como lo he hecho.


El pueblo maldice al que acapara el trigo; hay bendición para aquel que lo vende.


Quien da al pobre no sufre penuria, quien le cierra los ojos será maldito.


Y no pongas atención a todo lo que se dice, no sea que oigas a tu siervo murmurar de ti;


Fueron de inmediato al palacio del rey y le recordaron el edicto real: '¿No has firmado un edicto, según el cual, quien, por el espacio de treinta d as, hiciera alguna oración a quienquiera que sea, Dios u hombre, fuera de a ti, ¡oh rey!, ser a arrojado al foso de los leones?'.


El rey se sintió invadido de una gran alegr a por lo sucedido y mandó que sacaran a Daniel del foso. Cuando lo sacaron, no se le encontró lesión alguna, porque hab a confiado en su Dios.


¿Quién eres tú para juzgar al criado ajeno? Si está de pie o ca do, eso es cosa de su amo. Pero se mantendrá en pie, que el Se or tiene poder para sostenerlo.


Guárdate de que surjan en tu corazón estos designios rastreros: 'Se acerca el a o séptimo, el a o de la remisión', y mires con malos ojos a tu hermano pobre y no le des nada, no sea que él clame contra ti a Yahveh y cargues con un pecado.


Porque Yahveh, tu Dios, anda en medio de tu campamento para protegerte y entregar en tu poder a tus enemigos. Tu campamento debe ser cosa sagrada, Yahveh no debe ver en ti nada indecoroso, pues se alejar a de ti.


David se levantó a continuación, salió de la cueva y empezó a gritar tras de Saúl: '¡Mi se or, el rey!'. Saúl volvió la vista atrás y David se inclinó rostro en tierra y se postró.


Ahora, pues, que mi se or, el rey, se digne escuchar las palabras de su siervo. Si es Yahveh quien te excita contra m, que acepte el olor de una ofrenda; pero si son los hombres, malditos sean ellos ante Yahveh, porque me expulsan hoy para que no tenga parte en la heredad de Yahveh, como si me dijeran: 'Vete a servir a dioses extranjeros'.


Le dijo entonces David: '¿Quieres guiarme a donde está esa horda?'. Respondió él: 'Júrame por Dios que no me matarás ni me entregarás en manos de mi amo, y entonces yo te guiaré hasta donde está esa horda'.


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