Proverbios 28:27 - Biblia Castilian 2003

²⁷ Quien da al pobre no sufre penuria, quien le cierra los ojos será maldito.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

²⁷ El que da al pobre no tendrá pobreza; Mas el que aparta sus ojos tendrá muchas maldiciones.

Biblia Nueva Traducción Viviente

²⁷ Al que ayuda al pobre no le faltará nada, en cambio, los que cierran sus ojos ante la pobreza serán maldecidos.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²⁷ Al que da al pobre nada le faltará, el que prefiere no verlo conseguirá maldiciones.

La Biblia Textual 3a Edicion

²⁷ El que da al pobre no pasará necesidad, Pero el que aparta sus ojos tendrá muchas maldiciones.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²⁷ Quien da al pobre no sufre penuria, quien le cierra los ojos será maldito.

Proverbios 28:27 Referans Kwoze

Proverbios 11:24

Uno es pródigo y aumenta su caudal; otro ahorra sin medida y se empobrece.

Proverbios 11:25

El que es generoso será saciado, el que sabe dar recibirá.

Proverbios 11:26

El pueblo maldice al que acapara el trigo; hay bendición para aquel que lo vende.

Proverbios 19:17

Quien ayuda al pobre presta a Yahveh; él le recompensará su acción.

Proverbios 22:9

El hombre bondadoso será bendecido, porque da su pan al pobre.

Proverbios 24:24

A quien dice al culpable: 'Tienes razón', lo maldicen los pueblos, lo detestan las naciones.

Proverbios 28:28

Cuando se alzan los malvados, todos se ocultan; cuando desaparecen, medran los justos.

Isaías 1:15

Cuando extendáis vuestras palmas, me taparé los ojos; aunque multipliquéis las oraciones, no os escucharé. Vuestras manos están llenas de sangre:

Deuteronomio 15:10

Dale con generosidad, sin que al darle se apene tu corazón; pues por esta acción te bendecirá Yahveh, tu Dios, en todas tus obras y en todas tus empresas.

Deuteronomio 15:7

Si hubiere junto a ti un pobre de entre tus hermanos, dentro de cualquier ciudad tuya, en el pa s que Yahveh, tu Dios, te da, no endurecerás tu corazón ni cerrarás la mano ante tu hermano necesitado,

Hebreos 13:16

No os olvidéis de practicar la beneficiencia y de compartir los bienes; porque éstos son los sacrificios que agradan a Dios.