Proverbios 17:24 - Biblia Castilian 2003

²⁴ El sensato tiene ante s la sabidur a, el necio husmea los confines de la tierra.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

²⁴ En el rostro del entendido aparece la sabiduría; Mas los ojos del necio vagan hasta el extremo de la tierra.

Biblia Nueva Traducción Viviente

²⁴ Los sensatos mantienen sus ojos en la sabiduría, pero los ojos del necio vagan por los confines de la tierra.

Biblia Católica (Latinoamericana)

²⁴ El hombre inteligente tiene los ojos fijos en la sabiduría, las miradas del tonto vagabundean por los cuatro rincones del mundo.

La Biblia Textual 3a Edicion

²⁴ En el rostro del inteligente se muestra la sabiduría, Pero los ojos del necio vagan al infinito.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

²⁴ El sensato tiene ante sí la sabiduría, el necio husmea los confines de la tierra.

Proverbios 17:24 Referans Kwoze

Salmos 119:37

Desv a mi mirada de lo vano y haz que viva en tus caminos.

Proverbios 14:6

En vano el insolente busca la sabidur a, la ciencia es fácil para el inteligente.

Proverbios 15:14

El corazón sensato busca la ciencia, la boca de los necios se apacienta de necedad.

Proverbios 17:25

Hijo necio es dolor para su padre y amargura para aquella que lo dio a luz.

Proverbios 23:5

pones los ojos en ellas, y se disipan, pues parecen tener alas como el águila que se remonta hasta los cielos.

Eclesiastés 2:14

El sabio va con los ojos abiertos, el necio camina en la oscuridad. Pero advierto que una misma es la suerte de ambos.

Eclesiastés 6:9

Más vale ser realista que perderse en cavilaciones. También eso es vanidad y atrapar viento.

Eclesiastés 8:1

¿Quién es como el sabio? ¿Quién puede conocer la solución de un problema? La sabidur a del hombre ilumina su rostro, transfigura sus severas facciones.

Juan 7:17

El que quiera cumplir la voluntad de él conocerá si mi doctrina es de Dios o si yo hablo por mi cuenta.

1 Juan 2:16

porque todo lo que hay en el mundo - los deseos de la carne, los deseos de los ojos y la jactancia de la opulencia - no proviene del Padre, sino que procede del mundo.