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Oseas 8:13 - Biblia Castilian 2003

13 Aunque inmolen sacrificios sangrientos, sacrifican carne y se la coman, Yahveh no se complace en ellos. Recordará su iniquidad y castigará sus pecados. Tendrán que volver a Egipto.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

13 En los sacrificios de mis ofrendas sacrificaron carne, y comieron; no los quiso Jehová; ahora se acordará de su iniquidad, y castigará su pecado; ellos volverán a Egipto.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Al pueblo le encanta ofrecerme sacrificios, y se deleitan con la carne, pero no acepto sus sacrificios. Yo haré responsable a mi pueblo de sus pecados y lo castigaré; ellos volverán a Egipto.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 ¿Acaso quieren ofrecer sacrificios? ¡Que los ofrezcan, pues, y que se coman la carne! Pero Yavé no se siente agradecido por ellos, pues se está acordando de su falta; va a castigar sus pecados y los va a mandar nuevamente a Egipto.

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Aunque inmolen víctimas en mi honor, Y coman la carne, YHVH no las aceptará. Tiene presente su iniquidad y castigará sus pecados. Tendrán que volver a Egipto.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Aunque inmolen sacrificios sangrientos, sacrifican carne y se la coman, Yahveh no se complace en ellos. Recordará su iniquidad y castigará sus pecados. Tendrán que volver a Egipto.

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Oseas 8:13
30 Referans Kwoze  

No tendrás otros dioses delante de m.


Ahora, ve y conduce al pueblo al lugar que te he indicado. Mi ángel te precederá; pero los castigaré por su pecado el d a que yo exija cuentas'.


El sacrificio de los malvados es abominable, y más si se ofrece con mala intención.


¿Qué me importa la multitud de vuestros sacrificios? - dice Yahveh -. Estoy harto de holocaustos de carneros y de grasa de cebones; la sangre de toros, corderos y cabritos no me agrada.


As dice Yahveh acerca de este pueblo: as es, están aficionados a andar de un lado para otro, no dan reposo a sus pies. Pero Yahveh no se complace en ellos; ahora va a recordar su culpa y a castigar sus pecados.


¿Qué me importa el incienso que viene de Sabá, y la ca a aromática de un pa s lejano? Vuestros holocaustos no me agradan y vuestros sacrificios no me complacen.


Y ya no volverá a inspirar confianza la casa de Israel, sino que recordarán la iniquidad de haberse dirigido a él; y as sabrán que yo soy el Se or Yahveh.'


Volverán al pa s de Egipto, Asiria será su rey, porque no quisieron convertirse.


Hablaré a los profetas, multiplicaré las visiones, y por medio de los profetas hablaré en parábolas.


Será del sacerdote lo mismo que del pueblo: lo castigaré por su conducta y le pagaré según sus obras.


Con sus ovejas y sus vacas irán en busca de Yahveh, pero no lo encontrarán: se apartó de ellos.


Porque amor quiero yo y no sacrificios, conocimiento de Dios más que holocaustos.


Efra n es como una paloma incauta y sin seso: acuden a Egipto, llaman a Asiria.


Se vuelven a lo inútil, son como arco enga oso. A espada caerán sus pr ncipes por la virulencia de sus lenguas. De ellos se hará escarnio en el pa s de Egipto.


No consideran en su corazón que yo tengo presente su maldad: sus acciones los asedian, las tengo delante de mi rostro.


Se evaden de la devastación, pero Egipto los recoge y Menfis los sepulta. Sus tesoros de plata los heredará la ortiga; cardos crecerán en sus tiendas.


Llegan los d as del castigo, llegan los d as de la venganza. ¡Que lo sepa la gente de Israel! ¡Es un loco el profeta, desvar a este inspirado! Por la magnitud de tus iniquidades, por tu gran hostilidad en contra de él.


Llegaron al fondo de la corrupción como en los d as de Guibeá; Yahveh recuerda su culpa, castigará sus pecados.


Sólo a vosotros conoc entre todas las familias de la tierra, por eso os castigaré por todas vuestras iniquidades.


Si me ofrecéis holocaustos no me complaceré en vuestros dones ni me fijaré en el sacrificio de vuestros novillos cebados.


Por el orgullo de Jacob ha jurado Yahveh: '¡Jamás olvidaré ninguna de vuestras obras!'.


Pues nada hay oculto que no se descubra, y nada secreto que no se conozca.


As, pues, cuando os congregáis en común, eso no es comer la cena del Se or;


Porque el que come y bebe sin discernir el cuerpo, come y bebe su propia condena.


As, pues, no juzguéis antes de tiempo, hasta que venga el Se or. Él iluminará lo que las tinieblas ocultan y pondrá al descubierto los designios del corazón. Entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que merece.


Yahveh te hará volver en naves a Egipto por el camino del que te hab a dicho: 'No volverás a verlo más'. Y all os ofreceréis en venta a vuestros enemigos como esclavos y como esclavas, sin que haya siquiera quien os compre.


La gran ciudad se partió en tres y las ciudades de los gentiles se derrumbaron. Dios se acordó de Babilonia, la grande, para darle a beber la copa del vino de su terrible ira.


Pero Samuel replicó: '¿Acaso se complace Yahveh en los holocaustos y en los sacrificios tanto como en la obediencia a la voz de Yahveh? Mira: la obediencia es mejor que el sacrificio, y la docilidad mejor que el sebo de carneros.


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