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Oseas 4:1 - Biblia Castilian 2003

1 Escuchad la palabra de Yahveh, hijos de Israel, porque Yahveh viene a querellarse contra los habitantes del pa s, porque no hay en ellos ni fidelidad ni amor, ni conocimiento de Dios.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Oíd palabra de Jehová, hijos de Israel, porque Jehová contiende con los moradores de la tierra; porque no hay verdad, ni misericordia, ni conocimiento de Dios en la tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

1 ¡Escucha la palabra del Señor, oh pueblo de Israel! El Señor ha presentado cargos en tu contra, diciendo: «No hay fidelidad, ni bondad ni conocimiento de Dios en tu tierra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Escuchen lo que dice Yavé, hijos de Israel. Yavé tiene un pleito pendiente con la gente de esta tierra, porque no encuentra en su país ni sinceridad, ni amor, ni conocimiento de Dios.

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La Biblia Textual 3a Edicion

1 ¡Oíd el oráculo de YHVH, oh hijos de Israel! Porque YHVH tiene una contienda con los habitantes del país, Por cuanto no hay fidelidad ni misericordia, Ni conocimiento de Dios en la tierra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Escuchad la palabra de Yahveh, hijos de Israel, porque Yahveh viene a querellarse contra los habitantes del país, porque no hay en ellos ni fidelidad ni amor, ni conocimiento de Dios.

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Oseas 4:1
44 Referans Kwoze  

Pero Miqueas prosiguió: 'Escucha ahora el oráculo de Yahveh: he visto a Yahveh sentado en su trono. Todo el ejército del cielo estaba de pie junto a él, a su derecha y a su izquierda.


Escucha, pueblo m o, que te avise, Israel, ¡si realmente me escucharas!


Escuchad la palabra de Yahveh, jefes de Sodoma; o d la ense anza de nuestro Dios, pueblo de Gomorra:


Venid, pues, y discutamos, - dice Yahveh -: si son vuestros pecados como la grana, blanquearán como la nieve; si son rojos como el carm n, se volverán como la lana.


O d la palabra de Yahveh, hombres fanfarrones, gobernantes de este pueblo de Jerusalén:


Naciones, acercaos a escuchar, pueblos, prestad atención; escuche la tierra y cuanto hay en ella, el mundo y cuanto produce:


Porque es el d a de la venganza de Yahveh, el a o de desquite en el pleito de Sión.


Ahora, habitantes de Jerusalén, hombres de Judá, juzgad, pues, entre m y entre mi vi a:


No hay nadie que acuse con justicia, nadie que juzgue con sinceridad; se conf a en la nada, se dice lo vano, se concibe la pena, se da a luz la maldad.


La senda de la paz no la conocen, y no hay equidad en sus veredas; sus senderos se tuercen, todos los que los transitan desconocen la paz.


Escuchad la palabra de Yahveh, los que tembláis a su palabra: dicen vuestros hermanos que os odian, que os rechazan por causa de mi nombre: ¡Muestre su gloria Yahveh y veamos vuestra alegr a! Pero ellos quedarán avergonzados.


Pues yo, con tiempo e insistentemente, amonesté a vuestros padres, desde el d a en que los saqué del pa s de Egipto hasta hoy, en estos términos: escuchad mi voz'.


Dirás: escuchad la palabra de Yahveh, reyes de Judá y habitantes de Jerusalén. As dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: mirad: voy a traer sobre este lugar una desgracia tal que a todo el que la oiga le reti irán los o dos.


Escucha la palabra de Yahveh, casa de Jacob, y todas las familias de la casa de Israel.


Por eso voy a pleitear contra vosotros - oráculo de Yahveh -, y contra los hijos de vuestros hijos quiero pleitear.


llega el estruendo, hasta el fin del mundo. Pues Yahveh entabla un proceso con las naciones, va a juzgar a todos los mortales: a los malvados los entrega a la espada' - oráculo de Yahveh -.


Sin embargo, escucha la palabra de Yahveh, Sedec as, rey de Judá: as dice Yahveh con respecto a ti: 'No morirás a espada;


S, mi pueblo es insensato, a m no me conocen. Son hijos necios, no son inteligentes, expertos para el mal, hacer el bien no saben.


Por esto hará duelo la tierra y los cielos arriba se oscurecerán; pues lo he dicho, lo he decidido y no me arrepiento ni me retracto.


Yo me dec a: 'Sólo los necios obran neciamente, porque no conocen el camino de Yahveh, el derecho de su Dios.


(5b) porque su pa s está lleno de culpa ante el Santo de Israel. (5a) Pues Israel y Judá no están viudas de su Dios, Yahveh Sebaot'.


Porque desde el menor hasta el mayor, todos ellos andan buscando su provecho; y desde el profeta al sacerdote, todos ellos obran con enga o.


Deberás por tanto decirles: 'Ésta es la nación que no ha escuchado la voz de Yahveh, su Dios, ni ha aceptado la corrección. La lealtad ha desaparecido, ha sido cercenada de su boca'.


'Subió la muerte por nuestras ventanas, entró en nuestros palacios, segando al ni o en la calle, a los jóvenes en las plazas.


Guardaos bien unos de otros, y en ningún hermano confiéis; pues todo hermano pone zancadillas y todo amigo anda con calumnias.


Saeta mort fera es su lengua, enga o son las palabras de su boca. Habla amablemente con su amigo, pero a escondidas le pone una emboscada. Su lengua es flecha mort fera, las palabras de su boca son mentira; ofrecen saludo de paz al prójimo mientras por dentro le maquinan asechanzas


'Escucha, pues, prostituta, la palabra de Yahveh.


Efra n se apacienta de viento y persigue sin cesar al solano; mentira y violencia acumula, alianza con Asiria concluye, su aceite a Egipto transporta.


Pleito entabla Yahveh con Israel para castigar a Jacob por sus obras: según sus acciones le retribuirá.


Escuchad esto, sacerdotes, atiende, casa de Israel, óyelo, casa real: sois vosotros los llamados a juicio, porque fuisteis lazo en Mispá, y red tendida en el Tabor.


No les permiten sus obras convertirse a su Dios, pues hay dentro de ellos esp ritu de prostitución y no conocen a Yahveh.


Escuchad esto, ancianos, o d, habitantes todos del pa s: ¿hubo cosa parecida en vuestros d as o en los d as de vuestros padres?


Escuchad estas palabras que dice Yahveh contra vosotros, hijos de Israel, contra toda la familia que saqué de la tierra de Egipto.


Ahora escucha la palabra de Yahveh: Tú dices: 'No profetices contra Israel ni vaticines contra la casa de Isaac'.


¡O d, montes, la querella de Yahveh, y vosotros, sólidos cimientos de la tierra!'. Porque Yahveh entabla un pleito con su pueblo, va a discutir con Israel:


pero al que no conocéis. En cambio, yo s lo conozco. Si dijera que no lo conozco, ser a, al igual que vosotros, un embustero. Pero s lo conozco y guardo su palabra.


Y como no se dignaron retener el conocimiento verdadero de Dios, Dios los entregó a la reprobable mentalidad de realizar cosas nefandas:


Despertad de esa modorra, como es justo, y no sigáis pecando; pues ignorancia de Dios es lo que algunos tienen. Para vergüenza vuestra lo digo.


Quien tenga o dos, oiga lo que dice el Esp ritu a las Iglesias. El que venza, no sufrirá da o de la muerte segunda'.


Quien tenga o dos, oiga lo que dice el Esp ritu a las Iglesias'.


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