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Oseas 11:7 - Biblia Castilian 2003

7 Mi pueblo sigue apostatando de m; aunque invocan a lo alto, nadie los levanta.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

7 Entre tanto, mi pueblo está adherido a la rebelión contra mí; aunque me llaman el Altísimo, ninguno absolutamente me quiere enaltecer.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

7 Pues mi pueblo está decidido a abandonarme. Aunque me llaman el Altísimo, no me honran de verdad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

7 Mi pueblo está pagando ahora su infidelidad. Llamen si quieren a Baal, pero nadie lo levantará.

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La Biblia Textual 3a Edicion

7 Mi pueblo vacila en volver a mí, aunque lo llaman desde lo Alto, Todos juntos no pueden levantarlo.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

7 Mi pueblo sigue apostatando de mí; aunque invocan a lo alto, nadie los levanta.

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Oseas 11:7
18 Referans Kwoze  

Yo soy Yahveh tu Dios, el que te condujo desde Egipto: abre tu boca y pide, y yo la llenaré.


El rebelde se complace en sus caminos; el hombre bueno, en su trabajo.


Aunque se trate con clemencia al imp o, no aprende la justicia; en pa s de rectitud obra el mal, no ve la majestad de Yahveh.


Aunque nuestras culpas nos acusen, actúa, Yahveh, por amor a tu nombre. En verdad, nuestras rebeld as son muchas, hemos pecado contra ti.


Tu propia maldad te castiga, tus apostas as te escarmientan. Reconoce y advierte que es malo y amargo el haber dejado a Yahveh, tu Dios, y que en ti no se halle mi temor - oráculo del Se or Yahveh Sebaot -.


Entonces Yahveh me dijo: 'La apóstata Israel es más justa comparada con la pérfida Judá'.


Desde el d a en que vuestros padres salieron del pa s de Egipto hasta hoy os he enviado a todos mis siervos los profetas d a tras d a, al tiempo debido y sin cesar;


pero no me han escuchado ni aplicado su o do, sino que han endurecido su cerviz y se han portado peor que sus padres.


Pues, ¿por qué este pueblo sigue apostatando? ¿Será Jerusalén una apostas a continua? Se aferran a la mentira, no quieren convertirse.


Cuanto más los llamaba yo, más se apartaban de m; sacrificaban a los baales y quemaban incienso a los dolos.


Asiria no nos salvará, no montaremos a caballo, nunca más diremos que es nuestro dios la obra de nuestras manos, tú, en quien el huérfano encuentra compasión'.


Si como novilla indómita se ha hecho indómito Israel, ¿los pastoreará ahora Yahveh como a un cordero en libertad?


Se vuelven a lo inútil, son como arco enga oso. A espada caerán sus pr ncipes por la virulencia de sus lenguas. De ellos se hará escarnio en el pa s de Egipto.


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