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Números 22:23 - Biblia Castilian 2003

23 Cuando la burra vio el ángel de Yahveh de pie en medio del camino con la espada desenvainada en la mano se desvió del camino y echó campo a través. Balaán empezó a darle palos para hacerla volver al camino.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

23 Y el asna vio al ángel de Jehová, que estaba en el camino con su espada desnuda en su mano; y se apartó el asna del camino, e iba por el campo. Entonces azotó Balaam al asna para hacerla volver al camino.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

23 la burra de Balaam vio al ángel del Señor de pie en el camino, con una espada desenvainada en su mano. La burra se apartó del camino y se desbocó hacia un campo, pero Balaam la golpeó y la obligó a regresar al camino.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

23 La burra vio al ángel de Yavé que le impedía el paso, con su espada desenvainada en la mano derecha. La burra dio un rodeo por el campo y Balaam le pegó a la burra para hacerla volver al camino.

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La Biblia Textual 3a Edicion

23 cuando el asna vio al ángel de YHVH colocado en el camino con su espada desenvainada en su mano, el asna se desvió del camino y se fue por el campo. Entonces Balaam azotó al asna para hacerla volver al camino.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 Cuando la burra vio el ángel de Yahveh de pie en medio del camino con la espada desenvainada en la mano se desvió del camino y echó campo a través. Balaán empezó a darle palos para hacerla volver al camino.

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Números 22:23
11 Referans Kwoze  

Entonces Eliseo se puso a orar y dijo: '¡Oh Yahveh! Ábrele los ojos para que vea'. Abrió Yahveh los ojos del criado, y éste vio que el monte estaba lleno de caballos y de carros de fuego que rodeaban a Eliseo.


David alzó los ojos y vio al ángel de Yahveh que estaba entre la tierra y el cielo, con una espada desenvainada en la mano, extendida sobre Jerusalén. David y los ancianos, cubiertos de saco, cayeron rostro en tierra.


Hasta la cigüe a en el cielo conoce sus estaciones; la tórtola, la golondrina y la grulla observan el tiempo de su migración. Pero mi pueblo no conoce el derecho de Yahveh.


Yo solo, Daniel, ve a la visión. Los hombres que estaban conmigo no vieron nada; pero se apoderó de ellos un gran terror y huyeron a esconderse.


Pero su partida encendió la cólera de Dios y el ángel de Yahveh se plantó en medio del camino para cerrarle el paso. Balaán iba montado en su burra y le acompa aban sus criados.


Entonces el ángel de Yahveh se puso en un sendero estrecho que hab a entre las vi as, con una tapia a la derecha y otra a la izquierda.


Los que estaban conmigo ve an la luz, pero no entend an la voz del que me hablaba.


Estando Josué cerca de Jericó, levantó sus ojos y vio delante de s a un hombre que estaba de pie, con una espada desnuda en la mano. Josué se adelantó hacia él y le dijo: '¿Eres de los nuestros o de nuestros enemigos?'.


pero fue reprendido por su maldad. Un mudo jumento, expresándose en voz humana, impidió la insensatez del profeta.


¡Ay de ellos! Porque se fueron por el camino de Ca n, por un salario se sumergieron en el extrav o de Balaán y perecieron en la rebelión de Coré.


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