Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt
- Piblisite -





Números 11:20 - Biblia Castilian 2003

20 sino un mes entero: hasta que os salga por las narices y os dé asco, por haber menospreciado a Yahveh, que está en medio de vosotros, y por haberos lamentado ante él, diciendo: '¿Por qué hemos salido de Egipto?''.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

20 sino hasta un mes entero, hasta que os salga por las narices, y la aborrezcáis, por cuanto menospreciasteis a Jehová que está en medio de vosotros, y llorasteis delante de él, diciendo: ¿Para qué salimos acá de Egipto?

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

20 La comerán durante un mes entero, hasta que les produzca náuseas y estén hartos de tanta carne. Pues han rechazado al Señor que está aquí entre ustedes y han lloriqueado diciendo: ‘¿Por qué dejamos Egipto?’”.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

20 sino todo un mes, hasta que les salga por las narices y sientan asco de ella. Porque menospreciaron a Yavé que está en medio de ustedes cuando vinieron a llorar ante él, diciéndole: ¿Por qué salimos de Egipto?'

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

20 sino hasta un mes entero, hasta que os salga por las narices y os provoque náuseas, por cuanto despreciasteis a YHVH, que está en medio vosotros, y llorasteis delante de Él diciendo: ¿Por qué salimos de Egipto?

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

20 sino un mes entero: hasta que os salga por las narices y os dé asco, por haber menospreciado a Yahveh, que está en medio de vosotros, y por haberos lamentado ante él, diciendo: '¿Por qué hemos salido de Egipto?''.

Gade chapit la Kopi




Números 11:20
21 Referans Kwoze  

Pues bien, ya no se apartará nunca la espada de tu casa, porque me has despreciado y has tomado por esposa a la mujer de Ur as, el hitita.


Él se avino a otorgar lo que ped an, pero impuso a sus vidas una merma.


Al atardecer subieron codornices y cubrieron el campamento, y por la ma ana hab a una capa de roc o alrededor del mismo.


Los israelitas les dec an: '¡Ojalá hubiéramos muerto a manos de Yahveh en tierra de Egipto, cuando nos sentábamos en torno a las ollas de carne y com amos pan en abundancia! ¡Nos habéis tra do a este desierto para matar de hambre a toda esta muchedumbre!'.


Y a adió Moisés: 'Cuando esta tarde os dé Yahveh carne para comer, y por la ma ana pan hasta la saciedad, será porque Yahveh ha o do las murmuraciones que habéis formulado contra él. Porque nosotros, ¿qué somos? Vuestras murmuraciones no van contra nosotros, sino contra Yahveh'.


El hombre ah to desprecia la miel; para el hambriento, lo amargo es dulce.


El hijo honra a su padre, y el siervo a su se or. Pues si yo soy padre, ¿dónde está mi honor? Y si yo soy se or, ¿dónde está mi temor? Yahveh Sebaot os habla, sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Vosotros dec s: '¿En qué menospreciamos tu nombre?'.


¿De dónde saco la carne para darle a todo ese pueblo, cuando me asedian con sus lágrimas y me dicen: 'Danos carne para comer'?


No la comeréis un d a solo, ni dos, ni cinco, ni diez, ni veinte,


Moisés dijo: 'El pueblo que viene conmigo alcanza los seiscientos mil hombres de a pie; ¿y tú dices: 'Les daré carne y la comerán un mes entero?'.


¿Por qué Yahveh nos quiere llevar a esa tierra, para que caigamos a espada, y que nuestras mujeres y nuestros peque os formen parte del bot n? ¿No ser a mejor para nosotros volver a Egipto?'.


Y se dec an unos a otros: '¡Elijamos un jefe y volvamos a Egipto!'.


¿Es poco habernos sacado de un pa s que manaba leche y miel para hacernos morir en el desierto, que todav a quieres erigirte sobre nosotros en jefe?


¿Por qué habéis tra do a la asamblea de Yahveh a este desierto, para morir aqu nosotros y nuestros ganados?


y habló contra Dios y contra Moisés diciendo: '¿Por qué nos sacaste de Egipto, para hacernos morir en el desierto? No hay aqu pan ni agua; y estamos ya cansados de este alimento sin sustancia'.


Ved, menospreciadores, asombraos y desapareced; porque voy a realizar en vuestros d as una obra que no la creer ais si os la contaran. '


Por consiguiente, quien esto menosprecia, no menosprecia a un hombre, sino a Dios, que dispensa [también] su Esp ritu Santo entre vosotros.


Josué dijo a todo el pueblo: 'Mirad: esta piedra servirá de testigo contra vosotros, pues ella ha escuchado todas las palabras que Yahveh os ha dicho; y también servirá de testigo contra vosotros, para que no reneguéis de vuestro Dios'.


Pero vosotros habéis rechazado hoy a vuestro Dios, que es quien os salvó de todos vuestros males y tribulaciones, al decir: ¡No! Sino pon sobre nosotros un rey. Ahora, pues, presentaos ante Yahveh por tribus y por familias'.


Por eso, éste es el oráculo de Yahveh, Dios de Israel: yo hab a dicho que tu casa y la casa de tu padre caminar an en mi presencia por siempre. Pero ahora - oráculo de Yahveh -, ¡lejos de m tal cosa! Porque yo honro a los que me honran y desprecio a los que me desprecian.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite