Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt
- Piblisite -





Nahúm 1:5 - Biblia Castilian 2003

5 Tiemblan los montes ante Él, He se estremecen las colinas. Ante Él trepida la tierra, el orbe y cuantos lo habitan.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

5 Los montes tiemblan delante de él, y los collados se derriten; la tierra se conmueve a su presencia, y el mundo, y todos los que en él habitan.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

5 Ante la presencia de Dios las montañas se estremecen y las colinas se derriten; la tierra tiembla y sus habitantes son destruidos.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

5 los cerros tiemblan ante él, y las lomas se estremecen. Ante él se derrumban la tierra, el universo y todos los que en él viven.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

5 h Ante Él tiemblan las montañas, Los collados se derriten, w Ante su presencia se pone de pie la tierra, El mundo y todos los que en él habitan.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 He. Tiemblan los montes ante Él, se estremecen las colinas. Ante Él trepida la tierra, el orbe y cuantos lo habitan.

Gade chapit la Kopi




Nahúm 1:5
34 Referans Kwoze  

La tierra treme toda y se perturba, las bases de los montes se estremecen y palpitan, a causa de su ira.


Las columnas de los cielos se tambalean y se llenan de pavor a su amenaza.


Él arranca las monta as, sin que adviertan quién las derriba en su cólera.


el que mira a la tierra y la estremece, el que toca a los montes y echan humo.


las monta as saltaron cual carneros, como corderos las colinas.


monta as, para saltar como carneros, como corderos, vosotras las colinas?


En mi aprieto yo clamo al Se or, a mi Dios elevo el grito, y él escucha mi voz desde su templo, mi clamor alcanza a sus o dos.


La tierra treme toda y se perturba, las bases de los montes se estremecen y palpitan, a causa de su ira.


Dios habita en medio de ella, no puede vacilar: Dios la auxilia al clarear de la ma ana.


Al salir tú, Se or, al frente de tu pueblo, al marchar tú por el desierto, Selah


Ruja el mar con todo lo que encierra, el universo y lo que en él habita:


Todo el monte Sina humeaba, porque hab a descendido sobre él Yahveh en forma de fuego, y el humo sub a como la humareda de un horno. Toda la monta a retemblaba.


Mirad a Yahveh que despuebla la tierra, la deja yerma, cambia su faz, dispersa a sus habitantes:


Vacilará la tierra como un ebrio, oscilará como una caba a, pesará sobre ella su pecado, caerá y nunca se levantará.


Por eso se encendió la ira de Yahveh contra su pueblo, tendió su mano contra él y lo hirió. Temblaron las monta as. Los cadáveres fueron como basura en medio de las calles. Y ni aun as se calmó su ira, y su mano está todav a extendida.


Yahveh es el Dios verdadero, el Dios vivo y el Rey eterno. Ante su ira tiembla la tierra, y las naciones no soportan su furor.


Miré a los montes, y ¡ay! estaban temblando, y todos los collados se estremec an.


Temblarán ante m los peces del mar, las aves del cielo, las fieras del campo, todos los reptiles que reptan por la tierra y todos los hombres que hay en la superficie de la tierra. Se desplomarán las monta as, se despe arán las rocas y caerán por tierra todas las murallas.


Ante ellos tiembla la tierra, retiemblan los cielos, el sol y la luna se oscurecen, apagan su brillo las estrellas.


Es el Se or, Yahveh Sebaot, quien toca la tierra, y ella vacila y todos sus habitantes lloran; crece toda ella como el Nilo y mengua como el Nilo de Egipto.


Los montes se funden bajo sus pies, los valles se hienden como cera ante el fuego, como aguas despe adas por una torrentera.


tiemblan los montes al verte, pasa una tromba de agua alza su voz el abismo, el sol levanta sus manos a lo alto


¿Quién eres tú, gran monta a? ¡Seas llanura ante Zorobabel! Él sacará la piedra del remate entre las aclamaciones de: ¡muy bien, muy bien!'.


Y al momento, el velo del templo se rasgó en dos de arriba abajo; la tierra tembló y las rocas se hendieron;


De pronto se produjo un gran terremoto; porque un ángel del Se or bajó del cielo, se acercó, hizo rodar la piedra y se sentó encima de ella.


Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él. Huyeron de su presencia la tierra y el cielo, y no se les volvió a ver en ningún lugar.


Y el cielo fue retirado como rollo que se enrolla, y todo monte e isla fueron dislocados de su lugar.


Derritiéronse los montes delante de Yahveh, delante de Yahveh, Dios de Israel.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite