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Miqueas 6:16 - Biblia Castilian 2003

16 Has seguido las leyes de Omr y todas las prácticas de la casa de Ajab; te has portado según sus consejos, por eso te entregaré a la devastación, y a tus habitantes al escarnio. As cargaréis con el oprobio de los pueblos'.

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Biblia Reina Valera 1960

16 Porque los mandamientos de Omri se han guardado, y toda obra de la casa de Acab; y en los consejos de ellos anduvisteis, para que yo te pusiese en asolamiento, y tus moradores para burla. Llevaréis, por tanto, el oprobio de mi pueblo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

16 ¡Tú respetas solo las leyes del malvado rey Omri; sigues solo el ejemplo del perverso rey Acab! Por lo tanto, haré de ti un ejemplo, llevándote a la ruina. Serás tratado con desprecio, ridiculizado por todos los que te vean».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

16 Tú observas los decretos de Omri y todas las normas de la familia de Ajab, pero si tú sigues sus ejemplos, yo te pondré de ejemplo terrible, para que se burlen de tus habitantes y para que seas despreciada por todo el mundo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

16 Porque se observan los decretos de Omri, Y toda práctica de la casa de Acab; Y vosotros seguís en pos de sus consejos, Para que Yo haga de ti un asombro, Y de tus habitantes un motivo de burla, Y tengáis que soportar la afrenta de mi pueblo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

16 Has seguido las leyes de Omrí y todas las prácticas de la casa de Ajab; te has portado según sus consejos, por eso te entregaré a la devastación, y a tus habitantes al escarnio. Así cargaréis con el oprobio de los pueblos'.

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Miqueas 6:16
31 Referans Kwoze  

pues cuando Jezabel intentó exterminar a los profetas de Yahveh, Abd as recogió a cien profetas, los escondió en unas cavernas en dos grupos de cincuenta y les proveyó de pan y de agua.


Y este templo se convertirá en ruinas, de tal modo que todo el que pase ante él quedará pasmado y silbará y se preguntará: '¿Por qué Yahveh ha tratado as a este pa s y a este templo?'.


sino que siguió los caminos de los reyes de Israel, e incluso hizo pasar a su hijo por el fuego conforme a las abominaciones de la gente que Yahveh hab a expulsado de delante de los israelitas.


Restauró los lugares altos que su padre, Ezequ as, hab a demolido; erigió altares a Baal; construyó una aserá como la que hab a hecho Ajab, rey de Israel; se postró ante todo el ejército del cielo y le rindió culto.


Hizo, pues, lo que es malo a los ojos de Yahveh, como los de la casa de Ajab, los cuales, después de la muerte de su padre, fueron sus consejeros, para perdición suya.


Por haberme abandonado y por haber quemado incienso a dioses extra os, provocando as mi ira con todas las obras de sus manos, se ha encendido mi cólera contra este lugar y no se apagará'.


Dichoso el hombre que no sigue el consejo del imp o, ni en el camino del errado se detiene, ni en la reunión de los malvados toma asiento,


Has vendido a tu pueblo sin ganancia, sin lucrarte de su precio.


Nos has hecho irrisión de los vecinos, vilipendio y desdén de los contornos,


Destruirá la muerte para siempre. Enjugará el Se or Yahveh las lágrimas de todos los rostros; el oprobio de su pueblo quitará de toda la tierra. As lo ha dicho Yahveh.


Por eso no tendrá Yahveh compasión de sus jóvenes, no se compadecerá de sus huérfanos y viudas. Pues todos ellos son imp os y malvados y toda boca profiere necedades. Con todo esto, no se calmó su ira, y su mano está aún extendida.


Haré de esta ciudad un horror y una rechifla: todo el que pase por ella quedará horrorizado y rechiflará a causa de todas sus heridas.


a Jerusalén y a las ciudades de Judá, a sus reyes y a sus pr ncipes, para hacer de ellos una ruina, una desolación, una rechifla y una maldición, como sucede hoy;


mirad que yo mando a buscar a todas las tribus del norte - oráculo de Yahveh - y a Nabucodonosor, rey de Babilonia, mi siervo, y las traeré contra este pa s y sus habitantes y contra todas estas naciones de su entorno, los entregaré al exterminio y haré de ellos horror, rechifla y ruinas perpetuas.


Los perseguiré con la espada, el hambre y la peste, y los convertiré en terror para todos los reinos de la tierra, en maldición, horror, rechifla y oprobio en todas las naciones adonde los habré expulsado,


Estamos avergonzados, porque hemos o do el ultraje, la ignominia ha cubierto nuestros rostros, porque entraron extranjeros en los santos lugares del templo de Yahveh.


Pero no me escucharon ni aplicaron su o do, sino que caminaron según sus planes, según la obstinación de su corazón malvado, y en vez de avanzar retrocedieron.


Recuerda, Yahveh, lo que nos ha sucedido, mira y ve nuestro oprobio.


Soportarán su confusión y el peso de las infidelidades que cometieron contra m, cuando vivan tranquilos en su pa s sin que nadie los inquiete.


En nombre de tu justicia, aparta, Se or, tu ira y tu furor de Jerusalén, tu ciudad, tu santa monta a; pues, por nuestros pecados y por las iniquidades de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son el oprobio de todos los que nos rodean.


Por un profeta sacó Yahveh a Israel de Egipto, y por un profeta lo custodió.


Efra n está oprimido, su derecho es conculcado, porque se encuentra satisfecho cuando corre tras los dolos.


¡Dejad de babear - babean ellos -! ¡No babeéis de este modo! No nos tocará el deshonor.


Por eso, también yo me he puesto a castigarte, a devastarte por tus pecados.


Pero tengo contra ti que toleras a Jezabel, esa mujer que se proclama a s misma profetisa y ense a y seduce a mis siervos a fornicar y a comer de lo inmolado a los dolos.


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