Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt
- Piblisite -





Miqueas 5:1 - Biblia Castilian 2003

1 Pero tú, Belén, Efratá, aunque eres peque a entre los clanes de Judá, de ti me ha de salir el que ha de dominar en Israel. Sus or genes vienen de anta o, de tiempos lejanos.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

1 Rodéate ahora de muros, hija de guerreros; nos han sitiado; con vara herirán en la mejilla al juez de Israel.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

1 ¡Formen las tropas! El enemigo pone sitio a Jerusalén. Con una vara golpeará al líder de Israel en la cara.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

1 Pero tú, Belén Efrata, aunque eres la más pequeña entre todos los pueblos de Judá, tú me darás a aquel que debe gobernar a Israel: su origen se pierde en el pasado, en épocas antiguas.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

1 ¡Rodéate ahora de muros hija de guerreros! Nos han sitiado; Con vara herirán en la mejilla al Juez de Israel.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

1 Pero tú, Belén, Efratá, aunque eres pequeña entre los clanes de Judá, de ti me ha de salir el que ha de dominar en Israel. Sus orígenes vienen de antaño, de tiempos lejanos.

Gade chapit la Kopi




Miqueas 5:1
35 Referans Kwoze  

Murió Raquel y fue enterrada junto al camino de Éfrata, es decir, Belén.


No se apartará de Judá el cetro, ni de entre sus pies el bastón de mando, hasta que se le ofrezca el tributo y los pueblos le obedezcan.


Entonces Sedec as, hijo de Quenaaná, se acercó, le dio a Miqueas una bofetada en la mejilla y le dijo: '¿Por dónde se ha retirado de m el esp ritu de Yahveh para hablarte a ti?'.


Entonces Yahveh envió contra él bandas de caldeos, arameos, moabitas y amonitas; las envió contra Judá para destruirlo, según el oráculo que Yahveh hab a pronunciado por medio de sus siervos los profetas.


Me amenazan con la boca abierta, como ultraje golpean mi mejilla, juntos se amotinan contra m.


Desde la eternidad fui yo formada, desde el comienzo, antes que la tierra.


Contra una nación imp a la env o, contra el pueblo de mi enojo la mando, para despojar el despojo, para saquear el saqueo, para hollarlo como barro de las calles.


Porque Yahveh es nuestro juez, Yahveh nuestro legislador, Yahveh nuestro rey, él nos salvará.


¡Sabedlo, pueblos, y temblad! ¡O dlo, lejan as todas de la tierra! ¡Ce os y temblad! ¡Ce os y temblad!


Porque nos ha nacido un ni o, se nos ha dado un hijo, que lleva al hombro el principado y es su nombre: Consejero Portentoso, Héroe Divino, Padre Sempiterno, Pr ncipe de paz.


mirad que yo mando a buscar a todas las tribus del norte - oráculo de Yahveh - y a Nabucodonosor, rey de Babilonia, mi siervo, y las traeré contra este pa s y sus habitantes y contra todas estas naciones de su entorno, los entregaré al exterminio y haré de ellos horror, rechifla y ruinas perpetuas.


Sube un león desde la selva, se ha puesto en camino un devastador de naciones, ha salido de su residencia para hacer de tu pa s un desierto: arruinadas serán tus ciudades sin quedar un habitante.


Ofrecerá la mejilla al que le hiere, se hartará de oprobios.


Una ruina, una ruina, una ruina haré de él como nunca la hubo hasta que venga quien tiene el derecho y a quien yo se lo daré.'


'Hijo de hombre, escribe la fecha de este d a, del d a de hoy. Hoy mismo, el rey de Babilonia ha atacado a Jerusalén'.


Advierte, pues, y entiende: desde que se dio la orden de reconstruir Jerusalén hasta el pr ncipe ungido habrá siete semanas, y en sesenta y dos semanas; plazas y fosos serán reconstruidos, aunque serán tiempos de angustia.


Exterminaré de en medio de él al juez y degollaré a todos sus principes juntos con él - dice Yahveh -.


Mirad: yo suscito a los caldeos, pueblo violento e impetuoso, que recorre la anchura de la tierra para conquistar moradas ajenas.


Lo he o do y se estremecen mis entra as, ante esa noticia tiemblan mis labios, la caries penetra en mis huesos, vacilan mis pasos al andar. Esperaré tranquilo el d a de angustia que ha de venir sobre el pueblo invasor.


Entonces le escupieron a la cara y le asestaron pu etazos; otros le daban bofetadas


Y escupiéndole encima, le quitaron la ca a y le golpeaban con ella en la cabeza.


Pero yo os digo: no toméis represalias contra el malvado; si alguien te pega en la mejilla derecha, preséntale también la otra;


Al decir esto Jesús, uno de los guardias que all hab a le dio una bofetada, diciéndole: '¿As respondes al sumo sacerdote?'.


y, acercándose a él, le dec an; '¡Salve, rey de los jud os!'. Y le daban bofetadas.


Pero el sumo sacerdote Anan as ordenó a los que estaban junto a él que le pegaran en la boca.


Porque toleráis que os tiranicen, os devoren, os exploten, os traten con altivez, os abofeteen.


Yahveh traerá contra ti, desde lejos, desde los confines de la tierra, como águila que se cierne, a un pueblo, a un pueblo cuya lengua no entenderás,


El Dios de anta o es lugar de refugio, y un soporte, sus brazos eternos; él arrojó de delante de ti al enemigo, y ordenó: ¡extermina!


Hab a por entonces un joven de Belén de Judá, de los clanes de Judá, que era levita y resid a all como forastero.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite