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Miqueas 4:10 - Biblia Castilian 2003

10 Retuércete en espamos, hija de Sión, como parturienta, porque ahora saldrás de la ciudad y vivirás en el campo; llegarás hasta Babilonia, pero all serás liberada; all te rescatará Yahveh de la mano de tus enemigos.

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Biblia Reina Valera 1960

10 Duélete y gime, hija de Sion, como mujer que está de parto; porque ahora saldrás de la ciudad y morarás en el campo, y llegarás hasta Babilonia; allí serás librada, allí te redimirá Jehová de la mano de tus enemigos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 Retuérzanse y giman como una mujer con dolores de parto, ustedes, habitantes de Jerusalén, porque ahora tendrán que salir de esta ciudad para vivir en campos abiertos. Pronto serán enviados al destierro a la lejana Babilonia. Pero allí el Señor los rescatará; él los redimirá de las garras de sus enemigos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 Retuércete de dolor y grita, hija de Sión, como mujer que da a luz, porque ahora saldrás de la ciudad para vivir en despoblado. Llegarás hasta Babilonia, pero allí serás liberada, pues Yavé te libertará del poder de tus enemigos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 Retuércete pues como parturienta, y expulsa, oh hija de Sión, Porque ahora saldrás de la ciudad y habitarás en descampado, Y llegarás a Babilonia y allí serás librada, Allí te redimirá YHVH de la mano de tus enemigos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 Retuércete en espamos, hija de Sión, como parturienta, porque ahora saldrás de la ciudad y vivirás en el campo; llegarás hasta Babilonia, pero allí serás liberada; allí te rescatará Yahveh de la mano de tus enemigos.

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Miqueas 4:10
27 Referans Kwoze  

Y tus hijos, los que salgan de ti, los que tú engendres, serán llevados a Babilonia para que sean eunucos en el palacio del rey'.


Los de la ciudad abrieron una brecha y todos los hombres de guerra huyeron de noche por el camino de la puerta que hab a entre los dos muros del jard n real, y aunque los caldeos ten an cercada la ciudad, se fueron por el camino de la estepa.


Entonces Yahveh hizo que vinieran contra ellos los jefes del ejército del rey de Asiria, quienes prendieron a Manasés con garfios, lo ataron con grillos de bronce y as se lo llevaron a Babilonia.


Se llevó cautivos a Babilonia a los que escaparon de la espada, los cuales quedaron como esclavos de él y de sus hijos hasta el advenimiento de la monarqu a persa,


'As habla Ciro, rey de Persia: Yahveh, el Dios del cielo, me ha dado todos los reinos de la tierra y me ha encargado que le edifique un templo en Jerusalén de Judá. Quien de vosotros pertenezca a su pueblo, ¡que Yahveh, su Dios, sea con él, y suba!'.


liberándolos de mano rencorosa, rescatándolos de mano de enemigos.


As dice Yahveh, vuestro redentor, el Santo de Israel: por amor vuestro env o contra Babilonia para hacer saltar los cerrojos de sus cárceles. Los gritos de los caldeos se tornan en lamentos.


Yo lo he suscitado en justicia y allano todos sus caminos. Él reconstruirá mi ciudad y pondrá en libertad mis cautivos sin rescates ni recompensas', dice Yahveh Sebaot.


¡Salid de Babel! ¡Huid de Caldea! Con voz jubilosa anunciad, proclamad esto, hacedlo llegar al conf n de la tierra, decid: 'Redimió Yahveh a su siervo Jacob'.


'Toma el cinturón que has comprado y que tienes a la cintura, levántate, vete al Éufrates y escóndelo all en la grieta de una roca'.


Te libraré de la mano de los malvados, y te rescataré de la garra de los tiranos'.


Pero vosotros escuchad la palabra de Yahveh, deportados todos que envié de Jerusalén a Babilonia'.


Oigo un grito como de parturienta, angustia como de primeriza: es la voz de la hija de Sión que se ahoga, que extiende sus manos: '¡Ay de m, pues desfallece mi vida ante los asesinos!'.


Serán conquistadas sus ciudades, sus fortalezas ocupadas; el corazón de los guerreros de Moab será en aquel d a como el corazón de una mujer en trance de parto.


El rey de Babilonia los hizo ajusticiar y matar en Riblá, en el pa s de Jamat. As fue deportado Judá, lejos de su tierra.


Dolores de parto le sobrevienen, pero es el parto de un hijo insensato: cuando llega la hora no sabe ponerse en la abertura del seno materno.


Devastaré sus vides y sus higueras, de las que dec a: 'Éstas son mi paga, lo que me han dado mis amantes'. Las convertiré en matorrales, las devorarán las alimanas.


Yahveh los dejará abandonados hasta que la que ha de alumbrar dé a luz. Entonces el resto de sus hermanos volverá a los hijos de Israel.


Él se mantendrá firme, pastoreará con el poder de Yahveh y con la majestad del nombre de Yahveh su Dios. Ellos vivirán seguros, porque entonces extenderá su poder hasta los confines de la tierra.


Pero se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volara al desierto, a su lugar, donde es alimentada por un tiempo y dos tiempos y medio tiempo, lejos de la presencia de la serpiente.


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