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Miqueas 1:5 - Biblia Castilian 2003

5 Todo esto, por la rebeld a de Jacob, por el pecado de la casa de Israel. ¿Cuál es la rebeld a de Jacob? ¿No es, acaso, Samar a? ¿Y cuál es el pecado de Judá? ¿No es, acaso, Jerusalén?

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Biblia Reina Valera 1960

5 Todo esto por la rebelión de Jacob, y por los pecados de la casa de Israel. ¿Cuál es la rebelión de Jacob? ¿No es Samaria? ¿Y cuáles son los lugares altos de Judá? ¿No es Jerusalén?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 ¿Y por qué sucede esto? Es a causa de la rebelión de Israel, sí, por los pecados de toda la nación. ¿Quién es culpable de la rebelión de Israel? ¡Samaria, su ciudad capital! ¿Dónde está el centro de la idolatría en Judá? ¡En Jerusalén, su capital!

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Jacob es el culpable de todo esto, y los hijos de Israel con sus pecados. ¿Cuál es el delito de Jacob? ¿No es Samaria? ¿Cuál es el pecado de Judá? ¿No es Jerusalén?

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 Todo por la transgresión de Jacob, todo por los pecados de Israel. ¿Cuál es la rebelión de Jacob? No puede ser sino Samaria. ¿Y cuáles son los altos de Judá? No puede ser sino Jerusalem.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Todo esto, por la rebeldía de Jacob, por el pecado de la casa de Israel. ¿Cuál es la rebeldía de Jacob? ¿No es, acaso, Samaría? ¿Y cuál es el pecado de Judá? ¿No es, acaso, Jerusalén?

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Miqueas 1:5
30 Referans Kwoze  

Fue entonces cuando Salomón edificó, en la colina que está frente a Jerusalén, un altar a Camós, abominación de los moabitas, y otro a Milcón, abominación de los amonitas.


porque ciertamente se ha de cumplir la palabra que a gritos lanzó por orden de Yahveh contra el altar de Betel y contra todos los santuarios de los lugares altos que hay en las ciudades de Samar a'.


Compró el monte de Samar a a Sémer por dos talentos de plata y lo fortificó; y a la ciudad que hab a construido la llamó Samar a, del nombre de Sémer, propietario del monte.


En el a o octavo de su reinado, siendo aún muy joven, comenzó a buscar al Dios de su padre David; y en el a o duodécimo, comenzó a purificar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos, de las aserás y de los dolos fundidos.


Demolieron en su presencia los altares de los baales, hizo pedazos los obeliscos solares que hab a encima de ellos y las aserás; rompió las imágenes esculpidas y las fundidas, las pulverizó y las esparció sobre los sepulcros de los que les hab an ofrecido sacrificios.


(9a) la capital de Efra n es Samar a, y el jefe de Samar a, el hijo de Remal as; (8b) pero dentro de sesenta y cinco a os, Efra n, destruido, dejará de ser pueblo. (9b) Si no creéis, no subsistiréis'.


¿No eres tú la culpable, por haber abandonado a Yahveh, tu Dios, cuando te conduc a por el camino?


Tu propia maldad te castiga, tus apostas as te escarmientan. Reconoce y advierte que es malo y amargo el haber dejado a Yahveh, tu Dios, y que en ti no se halle mi temor - oráculo del Se or Yahveh Sebaot -.


En los profetas de Samar a observé necedad: profetizaban por Baal y descarriaban a mi pueblo Israel.


Pero en los profetas de Jerusalén observé algo monstruoso: cometer adulterio y proceder con mentira, fortalecer las manos de los malvados, sin que nadie se convierta de su maldad. Para m, todos ellos son como Sodoma, y sus habitantes, como Gomorra.


Tu conducta y tus obras te causan estas cosas. Ésta es tu desgracia. ¡Qué amarga! ¡Cómo te llega al corazón!


Vuestras iniquidades lo han perturbado todo, vuestros pecados os han privado del bien.


Escucha, tierra: Mirad que estoy trayendo una desgracia sobre este pueblo, fruto de sus proyectos, porque no escucharon mis palabras y despreciaron mi ley.


Cayó la corona de nuestra cabeza. ¡Ay de nosotros, porque hemos pecado!


Tu hermana mayor fue Samar a, que habitaba con sus hijas a tu izquierda; y tu hermana menor fue Sodoma, que habitaba a tu derecha con sus hijas.


cuando yo quer a curar a Israel, se reveló la iniquidad de Efra n y la maldad de Samar a: pues cometen fraudes, el ladrón entra en la casa y en la calle saquean los bandidos.


¡Ay de los que viven tranquilos en Sión y de los que se sienten seguros en el monte de Samar a, hombres notables de la primera de las naciones, a quienes acude la casa de Israel!


Los altos lugares de Isaac serán devastados, y los santuarios de Israel destruidos; yo me alzaré con la espada contra la casa de Jeroboán'.


que juran por Asemá de Samar a y dicen: '¡Viva tu dios, Dan!' y '¡Viva el culto de Berseba!'. Caerán y no se levantarán.


Unce al carro los caballos, habitante de Laquis. All estuvo el principio del pecado de la hija de Sión, pues en ti se encontraron las rebeld as de Israel.


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