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Mateo 5:3 - Biblia Castilian 2003

3 Bienaventurados los pobres en esp ritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

3 Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 «Dios bendice a los que son pobres en espíritu y se dan cuenta de la necesidad que tienen de él, porque el reino del cielo les pertenece.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Felices los que tienen el espíritu del pobre, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.

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Mateo 5:3
55 Referans Kwoze  

Al verse en tales angustias, trató de aplacar a Yahveh, su Dios, y se humilló profundamente en presencia del Dios de sus padres.


Su oración, y cómo fue atendido, todos sus pecados y prevaricaciones, los sitios en que construyó los lugares altos y colocó las aserás y los dolos, antes de haberse humillado, están consignados en los relatos de los videntes.


Pero no se humilló ante Yahveh, como se hab a humillado su padre Manasés, sino que Amón cometió pecados aún mayores.


'Por haberse conmovido tu corazón, y por haberte humillado tú ante la presencia de Dios al o r sus palabras contra este lugar y sus habitantes; por haberte humillado delante de m y haber rasgado tus vestiduras y haber llorado en mi presencia, yo también te he escuchado. ¡Oráculo de Yahveh!


como yo vea que mi pueblo, sobre el que es invocado mi nombre, se humilla y ora, busca mi faz y se aparta de sus malos caminos, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré sus pecados y traeré la salud a su tierra.


Por eso me retracto y me arrepiento, echándome polvo y ceniza'.


Dichoso el hombre que no sigue el consejo del imp o, ni en el camino del errado se detiene, ni en la reunión de los malvados toma asiento,


Aleluya. Dichoso el hombre que teme al Se or Álef y tiene en sus mandatos su contento. Bet


Canto gradual. Dichosos los que temen al Se or y van por sus caminos.


Dichoso el que en su ayuda tiene al Dios de Jacob, con la esperanza en el Se or su Dios,


no sea que se enoje y perdáis vuestros caminos, pues su ira se enciende en un momento. ¡Dichosos los que en él buscan abrigo!


Claman aquéllos y él escucha Sade y los libra de todos sus pesares.


Del director. Salmo. De David.


Abre, Se or, mis labios, y anunciará mi boca tus grandezas.


Torre y escudo es el Se or: él otorga favores y fortuna, y no rehúsa bien alguno al que camina en rectitud.


Más vale ser humilde con los pobres que repartir bot n con los soberbios.


El orgullo del hombre le acarrea humillación, quien se humilla consigue gloria.


(32a) Y ahora, hijos m os, escuchadme;


Pero Yahveh espera para apiadarse de vosotros. Se alza para compadeceros; pues Yahveh es un Dios justo: dichosos todos los que esperan en él.


Que as dice el Excelso, el Sublime, que reside en la eternidad y cuyo nombre es santo: 'En lo alto y en lo santo resido, y con el quebrantado y humilde de esp ritu, para vivificar el esp ritu de los humildes, para vivificar el corazón de los quebrantados.


El esp ritu de Yahveh está sobre m, pues Yahveh me ha ungido. Para dar la buena nueva a los humildes me envió, para vendar los corazones quebrantados, para proclamar a los cautivos libertad, a los prisioneros amnist a,


Pues todas estas cosas las hizo mi mano, todas ellas son m as - dice Yahveh -. Pero en éste me fijo: en el humilde y contrito, el que tiembla a mi palabra.


'Se te ha revelado, hombre, lo que es bueno, lo que Yahveh reclama en ti: tan sólo practicar la justicia, amar la lealtad y ser humilde ante tu Dios.'


En aquella ocasión tomó Jesús la palabra y exclamó: 'Yo te bendigo, Padre, Se or del cielo y de la tierra; porque has ocultado estas cosas a sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla.


y bienaventurado aquel que en m no encuentre ocasión de tropiezo'.


Pero dichosos vuestros ojos, porque ven; y vuestros o dos, porque oyen.


Jesús dijo: 'Dejad a los ni os y no les impidáis venir a m; porque el reino de los cielos es de los que son como ellos'.


Dichoso aquel criado a quien su se or, al volver, lo encuentre cumpliendo su deber.


Entonces dirá el rey a los de su derecha: 'Venid, benditos de mi Padre: tomad en herencia el reino que para vosotros está preparado desde la creación del mundo.


'Convert os, porque el reino de los cielos está cerca'.


Os digo, pues, que muchos vendrán de oriente y de occidente a ponerse a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos;


Cuando Jesús lo vio, lo llevó muy a mal y les dijo: 'Dejad que los ni os vengan a m, no se lo impidáis; pues el reino de Dios es de los que son como ellos.


Pero él contestó: 'Bienaventurados más bien los que escuchan la palabra de Dios y la guardan'.


Os digo que éste descendió a su casa justificado, y aquél no; porque todo el que se ensalza será humillado, pero el que se humilla será ensalzado'.


por eso, del mismo modo que mi Padre dispuso a favor m o de un reino, yo también dispongo de él a favor vuestro,


a fin de que, en mi reino, comáis y bebáis a mi mesa y estéis sentados sobre tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.


El esp ritu del Se or está sobre m, porque me ha ungido para anunciar la buena nueva a los pobres; me ha enviado a proclamar a los cautivos libertad y recuperación de la vista a los ciegos; para poner en libertad a los oprimidos,


D cele Jesús: '¿Porque me has visto has cre do? ¡Bienaventurados los que creen sin haber visto!'.


Te acordarás de todo el camino que Yahveh, tu Dios, te ha hecho recorrer durante estos cuarenta a os por el desierto, para humillarte, probarte y saber lo que encierra tu corazón, y para ver si guardabas o no sus mandamientos.


y el rico en su humillación, porque pasará como flor de hierba.


Bienaventurado el que soporta la prueba; porque, una vez probado, recibirá la corona de la vida que Dios prometió a los que lo aman.


Escuchad, hermanos m os queridos: ¿no eligió Dios a los pobres según el mundo para ser ricos en la fe y herederos del reino que prometió a los que lo aman?


Entonces me dice: 'Escribe: dichosos los invitados al banquete de las bodas del Cordero'. Y a adió: 'Éstas son las palabras verdaderas de Dios'.


Dichosos los que lavan sus túnicas; as dispondrán del árbol de la vida y podrán entrar por las puertas de la ciudad.


Porque dices: soy rico. Me he enriquecido y de nada tengo necesidad. Y no adviertes que eres tú el desdichado y miserable y pobre y ciego y desnudo.


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