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Mateo 23:8 - Biblia Castilian 2003

8 Pero vosotros no permitáis que os llamen rabb; porque uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

8 Pero vosotros no queráis que os llamen Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 »Pero ustedes, no permitan que nadie los llame “Rabí”, porque tienen un solo maestro y todos ustedes son hermanos por igual.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Lo que es ustedes, no se dejen llamar Maestro, porque no tienen más que un Maestro, y todos ustedes son hermanos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Pero vosotros no seáis llamados Rabbí, porque uno solo es vuestro Maestro,° y todos vosotros sois hermanos.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 Pero vosotros no permitáis que os llamen rabbí; porque uno solo es vuestro maestro y todos vosotros sois hermanos.

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Mateo 23:8
34 Referans Kwoze  

Ya es bastante que el disc pulo llegue a ser como su maestro, y el esclavo como su se or. Si al se or de la casa lo han llamado Beelzebul, ¡cuánto más a los que viven con él!


Todav a estaba él hablando cuando una nube luminosa los envolvió y de la nube salió una voz que dec a: 'Éste es mi Hijo amado, en quien me he complacido; escuchadle'.


Ni consintáis que os llamen consejeros; que uno solo es vuestro consejero: Cristo.


acaparar los saludos en las plazas, y que la gente los llame rabb.


También Judas, el que lo iba a entregar, preguntó: '¿Acaso soy yo, Rabb ? '. Él le contesta: 'Tú lo has dicho'.


Y en seguida, acercándose a Jesús, le dijo: '¡Salve, Rabb ! '. Y lo besó.


Jesús se dirigió a él preguntándole: '¿Qué quieres que te haga?'. El ciego le respondió: '¡Rabbun, que yo vea!'.


Entonces Pedro, cayendo en la cuenta, le dice: '¡Rabb ! Mira, la higuera que tú maldijiste se ha quedado seca'.


Y, apenas llegado, se acerca a él y le dice: '¡Rabb !'. Y lo besó.


Tomando Pedro la palabra, dice a Jesús: '¡Rabb ! ¡Qué bueno ser a quedarnos aqu ! Vamos a hacer tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para El as'.


pero yo he rogado por ti, a fin de que tu fe no desfallezca. Y luego tú, cuando te hayas vuelto, confirma a tus hermanos'.


Jesús entonces se volvió y, al ver que le segu an, les pregunta: '¿Qué deseáis?'. Ellos le contestaron: ' Rabb - que quiere decir 'Maestro' -, ¿dónde vives?'.


Natanael le respondió: ' Rabb, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el rey de Israel'.


D cenle los disc pulos: ' Rabb, hace poco que los jud os quer an apedrearte, ¿y otra vez quieres ir all ?'.


D cele Jesús: '¡Mar a!'. Ella se vuelve y le dice en hebreo: '¡Rabbun ! ' (que significa 'Maestro').


Éste fue de noche a ver a Jesús y le dijo: ' Rabb, nosotros lo sabemos: tú has venido de parte de Dios en calidad de maestro. Porque nadie puede hacer esas se ales que tú haces, si Dios no está con él'.


Fueron, pues, a ver a Juan, y le dijeron: ' Rabb, aquel que estaba contigo al otro lado del Jordán, de quien tú has dado testimonio, ahora se pone a bautizar, y todos acuden a él'.


Entre tanto, los disc pulos le rogaban: ' Rabb, come'.


Cuando lo encontraron al otro lado del mar, le dijeron: ' Rabb, ¿cuándo has llegado aqu ?'.


Sus disc pulos le preguntaron: ' Rabb, ¿quién pecó, para que éste naciera ciego: él o sus padres?'.


No es que pretendamos dominar con imperio en vuestra fe, sino que colaboramos con vuestra alegr a, pues estáis cimentados en la fe.


Pues no nos proclamamos a nosotros mismos, sino a Cristo Jesús Se or, y a nosotros como a servidores vuestros por amor a Jesús.


de quien toma nombre toda familia en el cielo y en la tierra,


y no ya como esclavo, sino mucho más que esclavo: como hermano muy querido, especialmente para m, y cuánto más para ti, tanto en el aspecto humano como en el Se or.


No os encumbréis muchos de vosotros a maestros, hermanos m os, sabiendo que tendremos un juicio más severo,


no como tiranizando a vuestros propios fieles, sino siendo modelos para el reba o.


Yo, Juan, vuestro hermano y compa ero en la tribulación, en el reino y en la constante espera de Jesús, estuve en la isla llamada Patmos por causa de la palabra de Dios y del testimonio de Jesús.


Yo ca a sus pies para adorarlo. Pero me dijo: 'No hagas eso. Consiervo tuyo soy y de tus hermanos, que tienen el testimonio de Jesús. A Dios has de adorar'. Pues el testimonio de Jesús es el esp ritu de profec a.


Pero me dijo: 'No hagas eso; soy consiervo tuyo, de tus hermanos, los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro; a Dios has de adorar'.


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