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Mateo 19:28 - Biblia Castilian 2003

28 Jesús les contestó: 'Os lo aseguro: cuando el Hijo del hombre se siente en su trono glorioso, en la regeneración, vosotros los que me habéis seguido, también os sentaréis en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.

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Biblia Reina Valera 1960

28 Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

28 Jesús contestó: —Les aseguro que cuando el mundo se renueve y el Hijo del Hombre se siente sobre su trono glorioso, ustedes que han sido mis seguidores también se sentarán en doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

28 Jesús contestó: 'A ustedes que me han seguido, yo les digo: cuando todo comience nuevamente y el Hijo del Hombre se siente en su trono de gloria, ustedes también se sentarán en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

28 Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración,° cuando el Hijo del Hombre se siente en su trono de gloria,° vosotros, los que me habéis seguido, también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.°

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

28 Jesús les contestó: 'Os lo aseguro: cuando el Hijo del hombre se siente en su trono glorioso, en la regeneración, vosotros los que me habéis seguido, también os sentaréis en doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.

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Mateo 19:28
35 Referans Kwoze  

El as tomó luego doce piedras, conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, a quien Yahveh hab a dicho: 'Israel será tu nombre'.


Sobre las seis gradas hab a doce leones de pie, uno a cada lado de las gradas. Nada semejante se hab a hecho en ningún reino.


Sacrificaron en la dedicación de este templo de Dios cien novillos, doscientos carneros, cuatrocientos corderos y, como sacrificio por el pecado de Israel, doce machos cabr os, conforme al número de las tribus de Israel.


Llegaron después a Elum, donde hab a doce fuentes de agua y setenta palmeras, y acamparon all, junto al agua.


Moisés escribió todas las palabras de Yahveh y, levantándose de madrugada, alzó al pie de la monta a un altar y doce estelas, por las doce tribus de Israel.


Las piedras corresponden a los nombres de las tribus de Israel. Serán, pues, doce, según sus nombres, y estarán grabadas como los sellos, cada una con el nombre de una de las doce tribus.


Pues mirad: yo estoy creando cielo nuevo y nueva tierra. No se recordarán las cosas pasadas ni vendrán al pensamiento.


Pues como el cielo nuevo y la nueva tierra que yo hago permanecen ante m - dice Yahveh -, as permanecerá vuestra estirpe y vuestro nombre.


'Tomarás flor de harina, cocerás con ella doce tortas de dos décimas cada una


Porque el Hijo del hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces dará a cada uno conforme a su conducta.


Entonces tomó la palabra Pedro y le dijo: 'Pues mira: nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué habrá para nosotros?'.


Él le preguntó: '¿Qué es lo que quieres?'. Ella le dice: 'Di que estos dos hijos m os se sienten en tu reino, el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda'.


Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria.


Buscad primero el reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por a adidura.


Jesús le contesta: 'Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo nidos, pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza'.


Ellos le contestaron: 'Concédenos que nos sentemos, en tu gloria, el uno a tu derecha y el otro a tu izquierda'.


a quien el cielo debe retener hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas de que habló Dios por boca de sus santos profetas desde antiguo.


si resistimos, también con él reinaremos; si le negamos, también él nos negará;


Tomad, pues, ahora doce hombres de las tribus de Israel, uno por cada tribu.


Pero esperamos, según su promesa, nuevos cielos y nueva tierra, en los que habita la justicia.


Y los veinticuatro ancianos, los que estaban sentados en sus tronos ante Dios se postraron en tierra y adoraron a Dios,


Apareció una gran se al en el cielo: una mujer vestida del sol, la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas sobre su cabeza.


Luego vi tronos. A los que se sentaron en ellos se les dio poder de juzgar. Y vi las almas de los que hab an sido decapitados por causa del testimonio de Jesús y de la Palabra de Dios, y a cuantos no hab an adorado la bestia ni su imagen, ni hab an recibido la marca en la frente ni en la mano. Volvieron a la vida y reinaron con Cristo por mil a os.


El que estaba sentado en el trono dijo: 'Mirad, todo lo hago nuevo'. Y a adió: 'Escribe; porque éstas son las palabras fidedignas y verdaderas'.


En medio de la plaza y a uno y otro lado del r o hay un árbol de vida que da doce frutos, uno cada mes. Las hojas del árbol sirven para curar a las naciones.


Ya no habrá noche, y no necesitan luz de lámpara ni luz de sol, porque el Se or, Dios, los alumbrará y reinarán por los siglos de los siglos.


Al que venza, lo haré sentar conmigo en mi trono como yo también venc y me senté con mi Padre en su trono'.


Alrededor del trono vi veinticuatro tronos y sentados en los tronos veinticuatro ancianos con vestiduras blancas y coronas de oro sobre sus cabezas.


Y o el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados, de todas las tribus de los hijos de Israel.


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