Mateo 13:52 - Biblia Castilian 2003

⁵² Entonces les dijo: 'Por eso todo escriba convertido en disc pulo del reino de los cielos se parece a un due o de casa que saca de su almacén lo nuevo y lo viejo'.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

⁵² Él les dijo: Por eso todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que saca de su tesoro cosas nuevas y cosas viejas.

Biblia Nueva Traducción Viviente

⁵² Entonces añadió: —Todo maestro de la ley religiosa que se convierte en un discípulo del reino del cielo es como el propietario de una casa, que trae de su depósito joyas de la verdad tanto nuevas como viejas.

Biblia Católica (Latinoamericana)

⁵² Entonces Jesús dijo: 'Está bien: cuando un maestro en religión ha sido instruido sobre el Reino de los Cielos, se parece a un padre de familia que siempre saca de sus armarios cosas nuevas y viejas.

La Biblia Textual 3a Edicion

⁵² Él les dijo: Por esto, todo escriba docto en el reino de los cielos es semejante a un padre de familia, que de su tesoro va sacando° cosas nuevas y cosas viejas.

Biblia Serafín de Ausejo 1975

⁵² Entonces les dijo: 'Por eso todo escriba convertido en discípulo del reino de los cielos se parece a un dueño de casa que saca de su almacén lo nuevo y lo viejo'.

Mateo 13:52 Referans Kwoze

Esdras 7:10

porque Esdras hab a aplicado su corazón al estudio de la ley de Yahveh, para ponerla por obra y para ense ar en Israel sus mandamientos y preceptos.

Esdras 7:21

Yo, el rey Artajerjes, doy esta orden a todos los tesoreros de la provincia Transeufratina: 'Todo lo que os pida Esdras, sacerdote y escriba del Dios del cielo, lo cumpliréis puntualmente,

Esdras 7:6

subió de Babilonia. Esdras era un escriba versado en la ley que Yahveh, Dios de Israel, hab a dado a Moisés. Y como la mano de Yahveh, su Dios, estaba con él, el rey le concedió todo cuanto le hab a pedido.

Proverbios 11:30

El fruto del justo es árbol de vida, el sabio conquista a los hombres.

Proverbios 15:7

Los labios de los sabios siembran la ciencia, no as el corazón de los necios.

Proverbios 18:4

Agua profunda son las palabras del hombre, arroyo desbordado, fuente de sabidur a.

Cantares 7:13

iremos de ma ana a los vi edos, para ver si las vides ya germinan, si los pámpanos abren, si florecen los granados. All te entregaré yo mi amor.

Mateo 12:35

El hombre bueno de su buen tesoro saca lo bueno; y el hombre malo de su mal tesoro saca lo malo.

Mateo 13:51

¿Habéis entendido todo esto?'. Ellos le responden: 'S '.

Mateo 13:53

Concluidas todas estas parábolas, Jesús se fue de all.

Mateo 23:34

Mirad, os voy a enviar profetas y sabios y escribas: a unos los mataréis y crucificaréis y a otros los azotaréis en vuestras sinagogas y los perseguiréis de ciudad en ciudad,

Mateo 28:19

Id, pues, y haced disc pulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp ritu Santo

Lucas 11:49

Por eso dijo también la sabidur a de Dios: 'Les voy a enviar profetas y apóstoles, de los cuales matarán a unos y perseguirán a otros',

Juan 13:34

'Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; que as os améis los unos a los otros como yo os he amado.

2 Corintios 6:10

como entristecidos, pero siempre gozosos; como pobres, pero enriqueciendo a muchos; como quienes nada tienen, pero todo lo poseen.

Efesios 3:4

Según lo vais leyendo, podéis advertir mi conocimiento del misterio de Cristo;

Efesios 3:8

A m, el menor de todo el pueblo santo, se me ha dado esta gracia: la de anunciar a los gentiles el Evangelio de la insondable riqueza de Cristo,

Colosenses 1:7

tal como aprendisteis de Epafras, nuestro querido consiervo, que es fiel servidor de Cristo en provecho vuestro.

Colosenses 3:16

La palabra de Cristo habite entre vosotros en toda su riqueza: ense aos y amonestaos mutuamente con toda sabidur a; cantad en vuestros corazones a Dios, con gratitud, salmos, himnos y cánticos espirituales.

1 Timoteo 3:6

No debe ser neófito, no sea que, infatuado, incurra en la misma condenación en que incurrió el diablo.

Tito 1:9

adherido firmemente a la palabra auténtica, conforme a la ense anza recibida, para que as también él sea capaz de exhortar con una ense anza saludable y refutar a los contrarios.