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Mateo 13:19 - Biblia Castilian 2003

19 Cuando alguien oye la palabra del reino sin profundizarla, viene el Malo y arrebata lo sembrado en su corazón; éste representa lo sembrado al borde del camino.

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Biblia Reina Valera 1960

19 Cuando alguno oye la palabra del reino y no la entiende, viene el malo, y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es el que fue sembrado junto al camino.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 Las semillas que cayeron en el camino representan a los que oyen el mensaje del reino y no lo entienden. Entonces viene el maligno y arrebata la semilla que fue sembrada en el corazón.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Cuando uno oye la palabra del Reino y no la interioriza, viene el Maligno y le arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Ahí tienen lo que cayó a lo largo del camino.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 De todo el que oye la palabra del reino y no la entiende, viene el maligno y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Éste es el que fue sembrado junto al camino.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Cuando alguien oye la palabra del reino sin profundizarla, viene el Malo y arrebata lo sembrado en su corazón; éste representa lo sembrado al borde del camino.

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Mateo 13:19
36 Referans Kwoze  

El principio de la ciencia es el temor de Yahveh. Los necios desprecian sabidur a y disciplina.


¿Para qué sirve el dinero en manos del necio? ¿Para comprar sabidur a sin tener cordura?


'¿A quién te pareces? Eres, por gloria y por grandeza, como uno de los árboles de Edén. Pero con los árboles de Edén has sido precipitado al pa s del abismo; yaces entre incircuncisos, con los muertos a espada. Éste es Faraón y toda su tropa - oráculo del Se or Yahveh.'


Y si Satanás expulsa a Satanás, está dividido contra s mismo. ¿Cómo, pues, resistirá su reino?


Lo sembrado en terreno pedregoso representa al que oye la palabra y de momento la recibe con alegr a;


el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, la ciza a son los hijos del Malo;


Recorr a toda Galilea, ense ando en las sinagogas, predicando el evangelio del reino y curando en el pueblo toda enfermedad y toda dolencia.


Vuestro hablar sea: al s, s; al no, no. Lo que de esto excede, proviene del Malo.


Unos están al borde del camino; en ellos se ha sembrado la palabra; pero, apenas la oyen, viene Satanás y se lleva la palabra que fue sembrada en ellos.


curad los enfermos que haya en ella, y decidles: 'Está cerca de vosotros el reino de Dios'.


Los envió a predicar el reino de Dios y a curar


Pilato le dice: '¿Y qué es la verdad?'. Tras decir esto, salió de nuevo hacia los jud os y les dice: 'Yo no encuentro en él ningún delito.


¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Es que no podéis escuchar mi palabra.


Al o r 'resurrección de los muertos' unos se re an, y otros dijeron: 'Te oiremos hablar de esto en otra ocasión'.


pero, siendo cuestiones de palabras y de nombres, y de una ley que es la vuestra, allá vosotros veáis. Yo no quiero ser juez en estos asuntos'.


Mirad: yo sé que no veréis más mi rostro ninguno de vosotros, entre los que pasé predicando el reino.


Fijáronle fecha y vinieron en mayor número adonde se hospedaba. Él les expon a el reino de Dios, dando solemne testimonio de él y tratando de persuadirles sobre Jesús, a partir de la ley de Moisés y de los profetas, desde la ma ana hasta por la tarde.


Y como no se dignaron retener el conocimiento verdadero de Dios, Dios los entregó a la reprobable mentalidad de realizar cosas nefandas:


Que el reino de Dios no consiste en tal clase de comida o de bebida, sino en justicia y paz y alegr a en el Esp ritu Santo.


pero a quienes, obstinándose en la rebeld a y resistiendo a la verdad, se entregan a la perversión los hará objeto de su ira y su furor.


A m, el menor de todo el pueblo santo, se me ha dado esta gracia: la de anunciar a los gentiles el Evangelio de la insondable riqueza de Cristo,


de suerte que acaben condenados todos los que no creyeron en la verdad, sino que se complacieron en la iniquidad.


Por eso tenemos que prestar la mayor atención a lo que hemos o do, para no extraviarnos.


No como Ca n, que era del Maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué lo mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas.


Sabemos que quien ha nacido de Dios no peca; sino que Aquel que ha nacido de Dios lo guarda y el Maligno no lo toca.


Y sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia para que conozcamos al Verdadero. Estamos en el Verdadero, en su Hijo Jesucristo. Éste es el verdadero Dios la vida eterna.


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