Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt

- Piblisite -





Malaquías 1:9 - Biblia Castilian 2003

9 Ahora, pues, invocad a Dios, para que se apiade de nosotros. Con tal don de vuestras manos, ¿concederá su favor a alguno de vosotros? - dice Yahveh Sebaot -.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

9 Ahora, pues, orad por el favor de Dios, para que tenga piedad de nosotros. Pero ¿cómo podéis agradarle, si hacéis estas cosas? dice Jehová de los ejércitos.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

9 «¡Adelante, supliquen a Dios que sea misericordioso con ustedes! Pero cuando llevan esa clase de ofrendas a él, ¿por qué debería tratarlos bien?», pregunta el Señor de los Ejércitos Celestiales.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Así es como ustedes piden a Dios sus favores. Pero, ¿creen ustedes que los atenderá?

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

9 ¡Ahora pues, implorad el favor de ’El,° para que tenga compasión de nosotros! Pues si de vuestra mano procede todo esto, ¿cómo lo habréis de aplacar?, dice YHVH Sebaot.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Ahora, pues, invocad a Dios, para que se apiade de nosotros. Con tal don de vuestras manos, ¿concederá su favor a alguno de vosotros? -dice Yahveh Sebaot-.

Gade chapit la Kopi




Malaquías 1:9
15 Referans Kwoze  

Luego se levantaron los sacerdotes y los levitas y bendijeron al pueblo. Su voz fue escuchada y su oración llegó hasta la santa morada, hasta el cielo.


Moisés trató de apaciguar la faz de Yahveh, su Dios, diciendo: '¿Por qué, oh Yahveh, ha de encenderse tu ira contra tu pueblo, al que sacaste del pa s de Egipto con gran poder y mano fuerte?


¿Lo condenó a muerte Ezequ as, rey de Judá, y todo Judá? ¿No temió a Yahveh y aplacó la faz de Yahveh, y as se arrepintió Yahveh del mal que hab a predicho contra ellos? ¿Y nosotros bamos a cargarnos con un delito tan grande?'.


Si son profetas y si la palabra de Yahveh está con ellos, que supliquen a Yahveh Sebaot, para que los objetos que quedan en el templo de Yahveh, en el palacio real y en Jerusalén no vayan a Babilonia'.


Levántate, grita de noche, Qof al comenzar las vigilias; derrama tu corazón como agua en la presencia del Se or; alza hacia él tus manos por la vida de tus peque uelos, que desfallecen de hambre en las esquinas de las calles.


Por eso, ahora mismo - oráculo de Yahveh - convert os a m de todo corazón con ayunos, llantos y lamentos;


Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, ministros de Yahveh, y digan: 'Perdona, Yahveh, a tu pueblo; no entregues tu heredad al oprobio, para que se burlen de ellos las naciones. ¿Por qué habr an de decir los pueblos: dónde está su Dios?'.


Si me ofrecéis holocaustos no me complaceré en vuestros dones ni me fijaré en el sacrificio de vuestros novillos cebados.


Sabemos que Dios no escucha a los pecadores; sino que al hombre temeroso de Dios y cumplidor de su voluntad, a ése es a quien escucha.


Pues Dios no discrimina a las personas.


Y si invocáis como Padre al que juzga imparcialmente a cada uno según sus obras, conduc os con temor en el tiempo de vuestra peregrinación,


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite