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Malaquías 1:11 - Biblia Castilian 2003

11 Porque desde el lugar por donde sale el sol hasta el lugar de su ocaso, mi nombre es grande entre las naciones; y en todo lugar, un sacrificio humeante, una oblación pura, se ofrece a mi nombre, porque grande es mi nombre entre las naciones - dice Yahveh Sebaot -.

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Biblia Reina Valera 1960

11 Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi nombre entre las naciones; y en todo lugar se ofrece a mi nombre incienso y ofrenda limpia, porque grande es mi nombre entre las naciones, dice Jehová de los ejércitos.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

11 Sin embargo, mi nombre es honrado desde la mañana hasta la noche por gente de otras naciones. En todo el mundo ofrecen incienso dulce y ofrendas puras en honor de mi nombre. Pues mi nombre es grande entre las naciones», dice el Señor de los Ejércitos Celestiales.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

11 Desde donde sale el sol hasta el ocaso, en cambio, todas las naciones me respetan y en todo el mundo se ofrece a mi Nombre tanto el humo del incienso como una ofrenda pura. Porque mi Nombre es grande en las mismas naciones paganas, dice Yavé de los ejércitos.

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La Biblia Textual 3a Edicion

11 Desde el levante del sol hasta su ocaso, mi Nombre es grande entre las naciones, y en todo lugar se ofrecerá a mi Nombre sacrificio de incienso y ofrenda limpia, porque mi Nombre es grande entre las naciones, dice YHVH Sebaot.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

11 Porque desde el lugar por donde sale el sol hasta el lugar de su ocaso, mi nombre es grande entre las naciones; y en todo lugar, un sacrificio humeante, una oblación pura, se ofrece a mi nombre, porque grande es mi nombre entre las naciones -dice Yahveh Sebaot-.

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Malaquías 1:11
65 Referans Kwoze  

Pues grande es el Se or y digno de alabanza, sobre todos los dioses, el temible.


Él env a a su pueblo redención Pe y prescribe su pacto por los siglos, Sade él, el santo y terrible por su nombre. Qof


desde el naciente hasta el poniente, alabado sea el nombre del Se or.


enaltecen las sendas del Se or, pues es grande la gloria del Se or.


que ante ti se haga valer como el incienso mi plegaria, mi manos levantadas como la ofrenda de la tarde.


En lugar de tus padres tendrás hijos, y de ellos harás pr ncipes sobre toda la tierra.


Nosotros revivimos, Dios, tus gracias en medio de tu templo.


Como tu nombre, oh Dios, as es tu gloria, hasta los extremos de la tierra: tu diestra se ha henchido de justicia.


Salmo. De Asaf. El Se or, Dios de los dioses, habla y convoca la tierra, desde el oriente hasta el ocaso.


Los que habitan las tierras más lejanas temen ante tus portentos. Tú haces gozosas las salidas de la ma ana y de la tarde.


Que se apiade el Se or y nos bendiga, que haga resplandecer entre nosotros su presencia, Selah


Los pueblos todos que has creado acudirán a postrarse ante ti y a dar gloria a tu nombre.


rendid ante el Se or la gloria de su nombre, penetrad en sus atrios y elevadle presentes.


Aquel d a diréis: 'Alabad a Yahveh, invocad su nombre, anunciad en los pueblos sus obras, proclamad que su nombre es excelso.


Cantad a Yahveh, que ha hecho maravillas; divulgadlo por toda la tierra.


Yahveh se dará a conocer a los egipcios, y los egipcios conocerán a Yahveh en aquel d a, le servirán con sacrificio y oblación, harán votos a Yahveh y los cumplirán.


Mirad el nombre de Yahveh que viene de lejos, ardiente es su cólera y pesada su humareda; sus labios están llenos de enojo, su lengua es como fuego devorador;


para que se sepa, desde el sol naciente y desde el occidente, que no hay otro fuera de m. Yo, Yahveh, y nadie más.


Porque esposo tuyo será tu creador, Yahveh Sebaot es su nombre; y tu redentor, el Santo de Israel, Dios de toda la tierra se llama.


Y temerán desde el occidente el nombre de Yahveh y desde el sol naciente su gloria; pues vendrá como torrente desencadenado al que impulsa el soplo de Yahveh.


Pero yo vengo a reunir a todas las naciones y lenguas: ellas vendrán y verán mi gloria.


Nadie hay como tú, Yahveh; tú eres grande, y grande en potencia es tu nombre.


¿Quién no te temerá, oh Rey de las naciones? S, esto se te debe; porque entre todos los sabios de las gentes y en todos sus reinos nadie hay como tú.


Si juras: '¡Por vida de Yahveh!'. con verdad, rectitud y justicia, en él serán bendecidas las naciones y en él se gloriarán.


tal como viste que una piedra, desprendida de la monta a sin intervención de mano alguna, pulverizó el hierro, el bronce, la arcilla, la plata y el oro. El Dios grande ha dado a conocer al rey lo que sucederá en el futuro. El sue o es verdadero y correcta su interpretación'.


para que conquisten el resto de Edom y de todas las naciones sobre las que se invocó mi nombre - oráculo de Yahveh, que as lo hará -.


Él será la paz. Asur invadirá nuestro pa s, pisará nuestro suelo; pero levantaremos contra él siete pastores y ocho pr ncipes del pueblo,


Yahveh será terrible contra ellos. Cuando anule a todos los dioses de la tierra, se postrarán ante él, cada una en su lugar, todas las islas de las naciones.


S; yo daré entonces a los pueblos labios puros, para que todos invoquen el nombre de Yahveh y le sirvan con idéntico esfuerzo.


As dice Yahveh Sebaot: mirad que yo salvo a mi pueblo del pa s de levante y del pa s de poniente.


Maldito el fraudulento que, teniendo en su reba o un macho sano, ofrecido en voto, sacrifica al Se or bestia lisiada. Yo soy el gran rey - dice Yahveh Sebaot -, y mi nombre es respetado en las naciones.


Se sentará como fundidor, como refinador de plata; purificará a los hijos de Lev, los acrisolará como al oro y la plata, y ellos ofrecerán a Yahveh oblaciones adecuadas.


una cuchara de oro de diez siclos, llena de incienso;


Id, pues, y haced disc pulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Esp ritu Santo


Os digo, pues, que muchos vendrán de oriente y de occidente a ponerse a la mesa con Abrahán, Isaac y Jacob en el reino de los cielos;


Y mientras ofrec a el incienso, todo el concurso del pueblo estaba orando fuera.


Por lo tanto, os exhorto hermanos, por la misericordia de Dios, a que ofrezcáis vuestras propias personas como v ctima viva, santa, agradable a Dios; sea éste vuestro culto espiritual.


la de ser un ministro de Cristo Jesús con respecto a los gentiles, ejerciendo una función sacra en servicio del evangelio de Dios, de modo que los gentiles sean ofrenda aceptable, consagrada por el Esp ritu Santo.


De todo acuso recibo y estoy en la abundancia; lleno estoy, después de haber recibido de manos de Epafrodito lo que me habéis mandado: calmante aroma, sacrificio aceptable que agrada a Dios.


para que as sea glorificado el nombre de nuestro Se or Jesús en vosotros, y vosotros en él, según la gracia de nuestro Dios y del Se or Jesucristo.


Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar levantando sus manos piadosas, sin ira ni altercados.


Tocó el séptimo ángel. Y hubo grandes voces en el cielo que dec an: 'El reino del mundo ha pasado a nuestro Se or y a su Cristo. Él reinará por los siglos de los siglos'.


¿Quién no temerá, Se or, y no glorificará tu nombre? Porque sólo tú eres santo, porque todos los pueblos vendrán y se postrarán ante ti, porque tus justos designios han quedado manifiestos'.


Cuando lo tomó, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos cayeron ante el Cordero. Cada uno de ello ten a una citara y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones del pueblo santo.


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