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Lucas 8:27 - Biblia Castilian 2003

27 Apenas él saltó a tierra, le salió al encuentro, procedente de la ciudad, un hombre que estaba pose do por demonios y que desde hac a bastante tiempo no se cubr a con ningún vestido ni viv a en casa alguna, sino en los sepulcros.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

27 Al llegar él a tierra, vino a su encuentro un hombre de la ciudad, endemoniado desde hacía mucho tiempo; y no vestía ropa, ni moraba en casa, sino en los sepulcros.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

27 Mientras Jesús bajaba de la barca, un hombre que estaba poseído por demonios salió a su encuentro. Por mucho tiempo, había estado desnudo y sin hogar, y vivía entre las tumbas en las afueras de la ciudad.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

27 Acababa Jesús de desembarcar, cuando vino a su encuentro un hombre de la ciudad que estaba poseído por demonios. Desde hacía mucho tiempo no se vestía ni vivía en casa alguna, sino que habitaba en las tumbas.

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La Biblia Textual 3a Edicion

27 Y al llegar a tierra, salió al encuentro cierto varón de la ciudad que tenía demonios,° y desde hacía mucho tiempo no se ponía vestido° ni vivía en casas, sino entre los sepulcros.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

27 Apenas él saltó a tierra, le salió al encuentro, procedente de la ciudad, un hombre que estaba poseído por demonios y que desde hacía bastante tiempo no se cubría con ningún vestido ni vivía en casa alguna, sino en los sepulcros.

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Lucas 8:27
8 Referans Kwoze  

gente que mora en los sepulcros y en los escondites pernocta, que come carne de cerdo y pone en sus platos caldo de inmundicias.


Cualquiera que en pleno campo toque el cadáver de un hombre muerto a espada, o un muerto cualquiera, o huesos humanos, o un sepulcro, será impuro durante siete d as'.


Su fama se extendió por toda Siria. Le tra an a todos los que se sent an mal, aquejados de diversas enfermedades y dolores: endemoniados, epilépticos y paral ticos; y él los curaba.


Lléganse a Jesús y ven al endemoniado, el que hab a tenido toda aquella legión, sentado ya vestido y en su sano juicio. Y quedaron llenos de espanto.


Arribaron a la región de los gerasenos que está en la ribera opuesta de Galilea.


Cuando vio a Jesús, se echó a sus pies y dijo a grandes gritos: '¿Qué tienes tú que ver conmigo, Jesús, Hijo del Dios Alt simo? Por favor, te ruego que no me atormentes'.


Se quitó sus vestidos y fue presa del mismo entusiasmo en presencia de Samuel. Luego quedó tendido en tierra, desnudo, durante todo el d a y toda la noche. Por eso se suele decir: '¿También Saúl entre los profetas?'.


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