Lucas 4:32 - Biblia Castilian 2003

³² y se quedaban atónitos de su manera de ense ar, porque su palabra estaba revestida de autoridad.

Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

³² Y se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad.

Biblia Nueva Traducción Viviente

³² Allí también la gente quedó asombrada de su enseñanza, porque hablaba con autoridad.

Biblia Católica (Latinoamericana)

³² y su enseñanza hacía gran impacto sobre la gente, porque hablaba con autoridad.

La Biblia Textual 3a Edicion

³² Y se admiraban de su doctrina, porque su palabra era con autoridad.°

Biblia Serafín de Ausejo 1975

³² y se quedaban atónitos de su manera de enseñar, porque su palabra estaba revestida de autoridad.

Lucas 4:32 Referans Kwoze

Marcos 1:22

Y se quedaban atónitos de su manera de ense ar, porque les ense aba como quien tiene autoridad y no como los escribas.

Lucas 2:47

Todos los que lo o an se quedaban asombrados de su talento y de sus respuestas.

Lucas 4:33

Hab a en la sinagoga un hombre que ten a esp ritu de demonio impuro y que comenzó a gritar a grandes voces:

Lucas 4:36

Todos quedaron llenos de estupor y lo comentaban unos con otros, diciendo: '¿Qué palabra es ésta, que manda con autoridad y fuerza a los esp ritus impuros, y salen?'.

Juan 6:63

Es el esp ritu el que da vida, la carne de nada sirve. Las palabras que yo os he dicho son esp ritu y son vida.

Juan 7:46

Los guardias respondieron: 'Jamás hombre alguno habló como habla éste'.

2 Corintios 4:2

Al contrario, hemos renunciado a los encubrimientos vergonzantes y no procedemos con astucia ni falseamos la palabra de Dios, sino que, por el contrario, mediante la manifestación de la verdad nos recomendamos a nosotros mismos ante toda conciencia humana en la presencia de Dios.

1 Tesalonicenses 1:5

porque nuestro evangelio no llegó a vosotros sólo con palabras, sino, además, con poder, con el Esp ritu Santo y con profunda convicción. Como muy bien sabéis, ésa fue nuestra actuación entre vosotros, para bien vuestro.

Tito 2:15

Habla de estas cosas, exhorta y reprende con plena autoridad. Y que nadie te menosprecie.