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Lucas 24:39 - Biblia Castilian 2003

39-40 Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y vedme, porque un esp ritu no tiene carne y huesos, como estáis viendo que los tengo yo '.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

39 Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy; palpad, y ved; porque un espíritu no tiene carne ni huesos, como veis que yo tengo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

39 Miren mis manos. Miren mis pies. Pueden ver que de veras soy yo. Tóquenme y asegúrense de que no soy un fantasma, pues los fantasmas no tienen cuerpo, como ven que yo tengo».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

39 Miren mis manos y mis pies: soy yo. Tóquenme y fíjense bien que un espíritu no tiene carne ni huesos, como ustedes ven que yo tengo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

39 Ved mis manos y mis pies, que Yo mismo soy; palpadme y ved, pues un espíritu no tiene carne y huesos, como veis que Yo tengo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

39-40 Mirad mis manos y mis pies; soy yo mismo. Palpadme y vedme, porque un espíritu no tiene carne y huesos, como estáis viendo que los tengo yo '.

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Lucas 24:39
12 Referans Kwoze  

antes de que vuelva el polvo a la tierra de donde vino y el hálito vital vuelva a Dios, que lo dio.


Cayeron ellos rostro en tierra y exclamaron: '¡Oh Dios! Dios que da vida a toda carne, ¿no es uno el que pecó? ¿Por qué has de enojarte contra toda la comunidad?'.


Entonces Jesús, clamando con voz potente, dijo: 'Padre, en tus manos conf o yo mi vida'. Y dicho esto, expiró.


Pero él les dijo: '¿Por qué estáis turbados y por qué surgen dudas en vuestro corazón?


Y dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los disc pulos se llenaron de alegr a al ver al Se or.


Los otros disc pulos le dec an: 'Hemos visto al Se or'. Pero él les respondió: 'Si no veo en sus manos la se al de los clavos, y no meto mi dedo en el lugar de los clavos y mi mano en su costado, no lo creeré'.


Luego dice a Tomás: 'Trae aqu tu dedo y mira mis manos, trae tu mano y métela en mi costado. Y no seas incrédulo, sino creyente'.


A estos mismos se mostró después de su pasión, les dio numerosas pruebas de que estaba vivo, permitió que por espacio de cuarenta d as le vieran, y les habló del reino de Dios.


Que Él, Dios de la paz os santifique totalmente; y que todo vuestro ser, el esp ritu, el alma y el cuerpo, se mantenga irreprochable para la parus a de nuestro Se or Jesucristo.


Más aún, ten amos a nuestros padres carnales que nos correg an, y los respetábamos. ¿No nos someteremos con mayor razón al Padre de los esp ritus, y as tendremos vida?


Lo que era desde el principio, lo que hemos o do, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y lo que nuestras manos han palpado acerca de la Palabra de la vida -


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