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Levítico 26:25 - Biblia Castilian 2003

25 Traeré sobre vosotros la espada, la espada que vengará mi alianza. Buscaréis refugio en vuestras ciudades, pero yo enviaré la peste en medio de vosotros y os entregaréis a vuestros enemigos.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

25 Traeré sobre vosotros espada vengadora, en vindicación del pacto; y si buscareis refugio en vuestras ciudades, yo enviaré pestilencia entre vosotros, y seréis entregados en mano del enemigo.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

25 Enviaré ejércitos en su contra que llevarán a cabo la maldición del pacto que violaron. Cuando corran a sus ciudades buscando seguridad, les enviaré una plaga para destruirlos ahí mismo, y serán entregados en manos de sus enemigos.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

25 traeré sobre ustedes la espada vengadora de mi alianza. Se refugiarán entonces en sus ciudades, pero yo enviaré la peste en medio de ustedes y serán entregados en manos del enemigo.

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La Biblia Textual 3a Edicion

25 Traeré sobre vosotros la espada vengadora en vindicación de mi pacto, y cuando os refugiéis en vuestras ciudades, enviaré pestilencia entre vosotros, y seréis entregados en mano del enemigo.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

25 Traeré sobre vosotros la espada, la espada que vengará mi alianza. Buscaréis refugio en vuestras ciudades, pero yo enviaré la peste en medio de vosotros y os entregaréis a vuestros enemigos.

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Levítico 26:25
42 Referans Kwoze  

Entonces envió Yahveh la peste a Israel desde aquella ma ana hasta el tiempo prefijado. Y murieron, desde Dan hasta Berseba, setenta mil hombres del pueblo.


Cuando tu pueblo Israel sea derrotado por su enemigo por haber pecado contra ti, si luego se convierten a ti y, alabando tu nombre, suplican e imploran tu gracia en este templo,


Cuando haya hambre en el pa s, cuando haya peste, tizón, a ublo, langosta o pulgón; cuando el enemigo los asedie en alguna de sus ciudades, y en todo género de plagas y de enfermedades,


Subió contra él Salmanasar, rey de Asiria, y Oseas se convirtió en vasallo suyo y le pagó tributo.


Aunque los hombres que vinieron con el ejército de Aram eran pocos, Yahveh entregó en sus manos a un ejército mucho mayor, porque hab an abandonado a Yahveh, Dios de sus padres; y as hicieron justicia con Joás.


Dios de las venganzas, Yahveh, Dios de las venganzas, manifiéstate.


Dijeron ellos: 'El Dios de los hebreos nos ha salido al encuentro. Deja, pues, que hagamos tres d as de camino en el desierto, y ofrezcamos sacrificios a Yahveh, nuestro Dios, a fin de que no nos hiera con peste o espada'.


si rehusáis y os rebeláis, por la espada seréis devorados. - Ha hablado la boca de Yahveh -.


a vosotros os destino a la espada, todos os encorvaréis para el degüello, porque os llamé y no respondisteis', hablé y no escuchasteis, hicisteis lo que a mis ojos es malo, lo que no me agrada elegisteis.


Pues voy a frustrar el plan de Judá y de Jerusalén en este lugar, haciéndolos caer a espada ante sus enemigos y a mano de quienes atentan contra su vida y dando sus cadáveres como pasto a las aves del cielo y a las fieras de la tierra.


y enviaré contra ellos la espada, el hambre y la peste, hasta que sean extirpados del pa s que les di a ellos y a sus padres'.


Escuchad a los fugitivos y evadidos del pa s de Babel, que anuncian en Sión la venganza de Yahveh, nuestro Dios, la venganza de su templo.


Afilad las flechas, llenad las aljabas. Yahveh excita el esp ritu de los reyes de Media, pues su plan sobre Babel es destruirla; porque ésta es la venganza de Yahveh, la venganza de su templo.


'¡Atención! Llamad a las pla ideras, que vengan; mandad a buscarlas, que vengan las más expertas,


Yacen por tierra en las calles Sin ni os y viejos; mis doncellas y mis jóvenes cayeron a espada. Has matado en el d a de tu ira, has degollado sin piedad.


O si yo trajera una espada contra ese pa s y dijera: 'Una espada pasará por el pa s y exterminaré de él a hombres y animales',


Os haré pasar bajo el cayado y os introduciré en el v nculo de la alianza.


Por eso, as dice el Se or Yahveh: 'Voy a traer contra ti la espada que exterminará en ti a hombres y animales'.


'Hijo de hombre, habla a los hijos de tu pueblo y diles: si yo traigo una espada contra un pa s, y la población del pa s toma a uno de los suyos y lo ponen de centinela;


Enviaré contra vosotros el hambre y fieras salvajes que te privarán de hijos; la peste y la sangre pasarán por ti, y traeré la espada contra ti. Yo, Yahveh, he hablado.'


Dirás: monta as de Israel, escuchad la palabra del Se or Yahveh. As dice el Se or Yahveh a las monta as y colinas, a los torrentes y a los valles. Mirad: voy a traer contra vosotros la espada para destruir vuestros lugares altos.


Llegará la espada a sus ciudades, descerrajará sus cerrojos, los devorará por sus ama os.


Daré paz a la tierra, y dormiréis sin que nadie os inquiete. Haré desaparecer del pa s las bestias da inas y no pasará por vuestra tierra la espada.


Envié contra vosotros una peste como la peste de Egipto; maté con la espada a vuestros jóvenes y vuestros caballos eran capturados; hice subir a vuestras narices el hedor de vuestros campamentos. Pero no habéis vuelto a m - oráculo de Yahveh -.


La peste le precede, le sigue la fiebre.


Voy a herirlo de peste y a destruirlo y haré de ti una nación más grande y poderosa que él'.


Moisés habló al pueblo diciéndole: 'Armad a algunos de vuestros hombres para la guerra y que salgan contra Madián, para cumplir la venganza de Yahveh.


habrá grandes terremotos, pestes y hambres en diversos lugares; se darán fenómenos aterradores y grandes se ales en el cielo.


Yahveh hará que la peste se te pegue hasta que acabe contigo sobre el suelo en cuya posesión vas a entrar.


Allá fuera, la espada los privará de hijos, y allá dentro reinará el espanto tanto en el joven como en la doncella, en el ni o de pecho igual que en el anciano.


Para m la venganza y el dar lo merecido al tiempo en que vacile su pie; porque cerca está el d a de su ruina, y ya se avecina lo que les espera.


cuando yo afile el rayo de mi espada, cuando mi mano empu e la justicia, tomaré venganza de mis adversarios y daré su merecido a los que me odian.


Bajaron entonces tres mil hombres de Judá hacia la quebrada de la pe a de Etán y dijeron a Sansón: '¿No sabes que los filisteos nos dominan? ¿Qué es lo que has hecho con nosotros?'. Él les contestó: 'Yo les he tratado como ellos me han tratado a m '.


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