Biblia Todo Logo
Bib sou entènèt
- Piblisite -





Jueces 5:23 - Biblia Castilian 2003

23 Maldecid a Meroz, dice el ángel de Yahveh, maldecid y maldecid a sus habitantes, porque no vinieron en ayuda de Yahveh, en ayuda de Yahveh, con los héroes.

Gade chapit la Kopi


Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

23 Maldecid a Meroz, dijo el ángel de Jehová; Maldecid severamente a sus moradores, Porque no vinieron al socorro de Jehová, Al socorro de Jehová contra los fuertes.

Gade chapit la Kopi

Biblia Nueva Traducción Viviente

23 “Que sean malditos los habitantes de Meroz —dijo el ángel del Señor—. Que sean completamente malditos, porque no vinieron para ayudar al Señor, para ayudar al Señor contra los poderosos guerreros”.

Gade chapit la Kopi

Biblia Católica (Latinoamericana)

23 Maldigan a Meroz, dijo el ángel de Yavé, maldigan, maldigan a sus habitantes que no estuvieron allí para ayudar a Yavé, para ayudar a Yavé con los valientes.

Gade chapit la Kopi

La Biblia Textual 3a Edicion

23 ¡Maldecid a Meroz! dice el ángel de YHVH, Maldecid severamente a sus moradores, Porque no vinieron en ayuda de YHVH, En ayuda de YHVH con los valientes.

Gade chapit la Kopi

Biblia Serafín de Ausejo 1975

23 Maldecid a Meroz, dice el ángel de Yahveh, maldecid y maldecid a sus habitantes, porque no vinieron en ayuda de Yahveh, en ayuda de Yahveh, con los héroes.

Gade chapit la Kopi




Jueces 5:23
23 Referans Kwoze  

También trabajaban a su lado los de Técoa, cuyos notables, sin embargo, no doblegaron su cuello al servicio de su se or.


¿Quién se yergue por m contra el malvado y se pone a mi lado contra los fautores de maldad?


¡Maldito quien haga la obra de Yahveh con negligencia! ¡Maldito quien prive de sangre a su espada!


Entonces dirá también el rey a los de la izquierda: 'Apartaos de m, malditos, al fuego eterno que está preparado para el diablo y sus ángeles.


Pues no me atrever a a hablar de nada, fuera de lo que Cristo, para obtener la obediencia de los gentiles, ha realizado, valiéndose de m, de palabra y de hecho,


El que no ama al Se or, sea anatema. Marana tha.


Porque somos colaboradores con Dios; y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.


Siendo, pues, colaboradores suyos, también os exhortamos a que no recibáis en vano la gracia de Dios.


Se le apareció a esta mujer el ángel de Yahveh y le dijo: 'Mira, eres estéril y nunca has dado a luz, pero vas a concebir y darás a luz un hijo.


Subió el ángel de Yahveh de Guilgal a Boj n, y dijo: 'Yo os saqué de Egipto y os introduje en la tierra que hab a prometido bajo juramento a vuestros padres'. Yo dije: 'Jamás quebrantaré mi alianza con vosotros;


Y se preguntaron los israelitas: '¿Cuál de entre todas las tribus de Israel no subió a la asamblea ante Yahveh?'. Porque hab an hecho este solemne juramento contra el que no subiera a Mispá ante Yahveh: 'Morirá sin remisión'.


Dijeron entonces: '¿Cuál de las tribus de Israel no subió ante Yahveh a Mispá?'. Y se descubrió que ninguno de Yabés de Galaad hab a venido al campamento, a la asamblea.


Ella mandó llamar a Barac, hijo de Abinoán, de Cades de Neftal, y le dijo: '¿No te tiene ordenado Yahveh, Dios de Israel, que vayas al monte Tabor, a reclutar y tomar contigo diez mil hombres de los hijos de Neftal y de Zabulón?


Descienden entonces los supervivientes, los pr ncipes, el pueblo de Yahveh desciende hacia m con los nobles.


Vino el ángel de Yahveh y se sentó bajo el terebinto de Ofrá, que pertenec a a Joás de Abiezer, mientras Gedeón, su hijo, estaba majando trigo en el lagar, para ponerlo a salvo de los madianitas.


Dijo entonces a los habitantes de Sucot: 'Dad, por favor, tortas de pan a los que me siguen, porque están cansados, y tengo que dar alcance a Zébaj y Salmuná, reyes de Madián'.


Pero los pr ncipes de Suot respondieron. '¿Acaso tienes ya en tu poder a Zébaj y a Salmuná, para que tengamos que dar pan a tu ejército?'.


Subió de all a Penuel, y les dijo lo mismo. Pero la gente de Penuel le respondió como le hab a respondido la gente de Sucot.


Y todos los aqu reunidos reconocerán que Yahveh no otorga la salvación por la espada o por la lanza; porque Yahveh es el due o de la guerra y él os entregará en nuestras manos'.


Saúl dijo a David: 'Ah tienes a mi hija mayor, Merab; te la voy a dar por esposa, a condición de que seas guerrero valiente y combatas las guerras de Yahveh'. Pues Saúl pensaba: 'Que no sea mi mano la que caiga sobre él, sino la de los filisteos'.


Perdona, te suplico, la falta de tu sierva, porque Yahveh hará una casa estable a mi se or, puesto que mi se or combate las guerras de Yahveh, y el mal no te alcanzará en tus d as.


Ahora, pues, que mi se or, el rey, se digne escuchar las palabras de su siervo. Si es Yahveh quien te excita contra m, que acepte el olor de una ofrenda; pero si son los hombres, malditos sean ellos ante Yahveh, porque me expulsan hoy para que no tenga parte en la heredad de Yahveh, como si me dijeran: 'Vete a servir a dioses extranjeros'.


Swiv nou:

Piblisite


Piblisite