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Jueces 3:8 - Biblia Castilian 2003

8 La ira de Yahveh se encendió contra Israel, y los entregó en manos de Cusán Risatáin, rey de Aram Naharáin. Los israelitas estuvieron sometidos a Cusán Risatáin durante ocho a os.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

8 Y la ira de Jehová se encendió contra Israel, y los vendió en manos de Cusan-risataim rey de Mesopotamia; y sirvieron los hijos de Israel a Cusan-risataim ocho años.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

8 Entonces el Señor ardió de enojo contra Israel y lo entregó en manos de Cusán-risataim, rey de Aram-naharaim. Y los israelitas sirvieron a Cusán-risataim durante ocho años.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

8 Entonces estalló contra Israel la cólera de Yavé. Los dejó caer en las manos de Cusán-Riseataim, rey de Edom, y los israelitas estuvieron sometidos a Cusán-Riseataim por ocho años.

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La Biblia Textual 3a Edicion

8 Por tanto la ira de YHVH se encendió contra Israel y los entregó en mano de Cusán-Risataim,° rey de Aram-Naharaim,° y los hijos de Israel sirvieron a Cusán-Risataim ocho años.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

8 La ira de Yahveh se encendió contra Israel, y los entregó en manos de Cusán Risatáin, rey de Aram Naharáin. Los israelitas estuvieron sometidos a Cusán Risatáin durante ocho años.

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Jueces 3:8
20 Referans Kwoze  

Tomó el siervo diez camellos de entre los camellos de su se or, y se fue, con todo lo que hab a de mejor en casa de su se or. Puesto en camino, se dirigió a Aram Naharáin, a la ciudad de Najor.


Los entregó a las manos de gentiles, y sobre ellos dominó quien los odiaba.


Canto gradual. Harto, desde mi juventud, me han oprimido - puede Israel decir -,


Cual res de matadero nos entregas, nos dispersas en medio de las gentes.


Del director, con instrumentos de cuerda, sobre el octacordio. Salmo. De David.


tú perdonas las culpas de tu pueblo y recubres, enteros, sus errores; Selah


Si prestas dinero a uno de mi pueblo, al indigente que está contigo, no te comportarás con él como usurero: no le cobrarás intereses.


As dice Yahveh: '¿Dónde está el libelo de repudio de vuestra madre, por el cual yo la habr a repudiado, o quién de mis acreedores es aquel a quien yo os habr a vendido? Mirad: por vuestras culpas habéis sido vendidos y por vuestros pecados ha sido repudiada vuestra madre.


Yo me volveré contra vosotros, y seréis derrotados por vuestros enemigos; os dominarán los que os odian y huiréis sin que nadie os persiga.


Veo aterradas las tiendas de Cusán, temblorosos los pabellones del pa s de Madián.


Sabemos, desde luego, que la ley es espiritual; pero yo soy de carne y hueso, vendido como esclavo al pecado.


Yahveh lo separará de todas las tribus de Israel para desgracia suya, según todas las maldiciones de la alianza escrita en este libro de la Ley.


¿Cómo un solo hombre puede perseguir a un millar, y dos poner en fuga a diez millares, si no es porque su Roca se los ha vendido, porque Yahveh se los ha entregado?


La cólera de Yahveh se encendió contra Israel y los entregó en manos de salteadores, que los saquearon, y los dejó vendidos a sus enemigos de alrededor, sin que pudieran ellos resistir a sus enemigos.


Inflamóse entonces la ira de Yahveh contra Israel y dijo: 'Puesto que este pueblo ha quebrantado mi alianza, la que yo establec con sus padres, y no ha escuchado mi voz,


El esp ritu de Yahveh vino sobre él y quedó constituido juez de Israel. Salió a campa a y Yahveh entregó en sus manos a Cusán Risatáin, rey de Aram. Prevaleció su mano sobre Cusán Risatáin


Los israelitas hicieron lo que es malo a los ojos de Yahveh y, olvidándose de Yahveh, su Dios, dieron culto a los baales y aserás.


Clamaron los israelitas a Yahveh, quien les suscitó un libertador que los salvó: a Otniel, hijo de Quenaz, hermano menor de Caleb.


Respondió ella: 'Bien, iré contigo; pero no será tuya la gloria de la expedición que vas a emprender, porque Yahveh entregará a S sara en manos de una mujer'. Débora se levantó y se fue con Barac a Cades.


Pero olvidaron a Yahveh, su Dios, y él los entregó en poder de S sara, jefe del ejército de Jasor, y en poder de los filisteos y del rey de Moab, que les hicieron la guerra.


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