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Jueces 3:3 - Biblia Castilian 2003

3 los cinco pr ncipes de los filisteos y todos los cananeos, los sidonios y los jiveos que habitan la monta a del L bano, desde el monte Baal Hermón hasta la entrada de Jamat.

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Biblia Reina Valera 1960

3 los cinco príncipes de los filisteos, todos los cananeos, los sidonios, y los heveos que habitaban en el monte Líbano, desde el monte de Baal-hermón hasta llegar a Hamat.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

3 Estas son las naciones: los filisteos (que vivían bajo el dominio de los cinco gobernantes filisteos), todos los cananeos, los sidonios, y los heveos que vivían en las montañas del Líbano, desde el monte Baal-hermón hasta Lebo-hamat.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

3 Así fue como quedaron los cinco príncipes de los filisteos, todos los cananeos y los sidonios, y también los jeveos que viven en la montaña del Líbano, desde la montaña de Baal-Hermón hasta la Entrada de Hamat.

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La Biblia Textual 3a Edicion

3 Los cinco jefes° filisteos, todos los cananeos, los sidonios, y los heveos, los cuales habitaban en la serranía del Líbano, desde el monte Baal-hermón hasta el paso de Hamat.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

3 los cinco príncipes de los filisteos y todos los cananeos, los sidonios y los jiveos que habitan la montaña del Líbano, desde el monte Baal Hermón hasta la entrada de Jamat.

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Jueces 3:3
31 Referans Kwoze  

Zabulón habitará a orillas del mar, junto a la ribera de las naves; en Sidón apoyará su flanco.


Llegaron después a la fortaleza de Tiro y a todas las ciudades de los jiveos y de los cananeos y luego salieron hacia el Negueb de Judá, hacia Berseba.


En aquella ocasión, Salomón, acompa ado de todo Israel, reunido en magna asamblea de un gent o inmenso que ven a desde la entrada de Jamat hasta el torrente de Egipto, celebró la fiesta ante Yahveh nuestro Dios durante siete d as.


A todos los supervivientes de los amorreos, hititas, perizeos, jiveos y jebuseos, que no pertenec an al pueblo de Israel,


'Por el lado oeste: el mar Grande hará de frontera hasta enfrente de la entrada de Jamat. Éste será el lado oeste.'


Los amalecitas ocupan la región del Negueb; los hititas, los jebuseos y los amorreos habitan en la monta a, los cananeos moran junto al mar y en la ribera del Jordán'.


desde el monte Hor la trazaréis en dirección a la entrada de Jamat, y la frontera alcanzará hasta Sedad;


Poneos en marcha, levantad el campamento y entrad en la monta a de los amorreos y en todas sus cercan as, en la Arabá, en la Monta a, en la Sefelá, en el Negueb, en el litoral, en tierra de cananeos, y en el L bano, hasta el r o grande, el Éufrates.


- los de Sidón llaman Sarión al Hermón, y los amorreos le dan el nombre de Senir -:


No hubo ciudad que se sometiera voluntariamente a los israelitas, excepto los jiveos que habitaban en Gabaón. Todas las demás las conquistaron por las armas.


a los cananeos de oriente y occidente, a los amorreos, hititas, perizeos y jebuseos de la monta a y a los jiveos al pie del Hermón, en el pa s de Mispá.


desde Sijor, que está frente a Egipto, hasta la frontera de Ecrón, al norte, que se considera de los cananeos; más los cinco pr ncipes filisteos: el de Gaza, el de Asdod, el de Ascalón, el de Gat y el de Ecrón; además, los avitas,


el pa s de los guiblitas, y todo el L bano, al oriente, desde Baal Gad, al pie del monte Hermón, hasta la entrada de Jamat.


por la izquierda, y a Ebrón, Rejob, Jamón y Caná, hasta Sidón la Grande.


Replicaron los israelitas a los jiveos: 'Quizá vosotros habitáis cerca de nosotros. ¿Cómo podemos pactar una alianza con vosotros?'.


los sidonios, los amalecitas y los madianitas? Y cuando clamasteis a m, ¿no os libré yo de sus manos?


Encendióse la ira de Yahveh contra Israel y los entregó en manos de los filisteos y de los amonitas,


Su padre y su madre no sab an que esto proven a de Yahveh, que buscaba as un pretexto contra los filisteos, pues por aquel tiempo éstos dominaban en Israel.


Los cinco hombres partieron y llegaron a Lais. Vieron que aquella gente viv a confiada, a la manera de los sidonios, tranquila y segura, sin que faltara nada en el pa s, rico en recursos, alejado de los sidonios y sin relación alguna con nadie.


con el único fin de que las generaciones de los israelitas aprendieran a adiestrarse en la guerra, por lo menos los que antes no ten an experiencia de ella:


Por ello Yahveh los entregó en manos de Yab n, rey de Canaán, que reinaba en Jasor. El jefe de su ejército era S sara, que resid a en Jaróset Hagoin.


Los filisteos, por su parte, se congregaron para hacer la guerra a Israel: tres mil carros, seis mil jinetes y tropa tan numerosa como la arena que hay a orillas del mar. Subieron y acamparon en Micmás, al este de Bet Avén.


Los jefes filisteos desfilaban distribuidos en centurias y millares; David y sus hombres iban en la retaguardia junto a Aqu s.


Cuando los cinco pr ncipes de los filisteos vieron todo esto, en aquel mismo d a se volvieron a Ecrón.


Y las ratas de oro correspond an al número de todas las ciudades filisteas de los cinco pr ncipes, incluidas ciudades fortificadas y aldeas abiertas. Queda como testimonio, hasta el d a de hoy, la gran piedra sobre la que se depositó el arca de Yahveh, en el campo de Josué, el de Bet Semes.


Ellos preguntaron: '¿Qué desagravio debemos ofrecerle?'. Respondieron: 'Ofreceréis, de acuerdo con el número de los pr ncipes de los filisteos, cinco tumores de oro y cinco ratas de oro, ya que la misma plaga os afecta a todos vosotros y a vuestros pr ncipes.


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