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Juan 13:5 - Biblia Castilian 2003

5 Luego echó agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies a los disc pulos y a secárselos con la toalla con que se hab a ce ido.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

5 Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

5 y echó agua en un recipiente. Luego comenzó a lavarles los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla que tenía en la cintura.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

5 Echó agua en un recipiente y se puso a lavar los pies de los discípulos, y luego se los secaba con la toalla que se había atado.

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La Biblia Textual 3a Edicion

5 luego echó° agua en el lebrillo° y comenzó a lavar los pies de los discípulos y a secarlos con la toalla con que estaba ceñido.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

5 Luego echó agua en un lebrillo y se puso a lavar los pies a los discípulos y a secárselos con la toalla con que se había ceñido.

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Juan 13:5
30 Referans Kwoze  

Se traerá un poco de agua, os lavaréis los pies y os recostaréis debajo del árbol.


y les dijo: 'Os ruego, se ores m os, que vengáis a la casa de vuestro siervo y paséis en ella la noche. Os lavaréis los pies; y por la ma ana os levantaréis y seguiréis vuestro camino'. Contestaron: 'No. Pasaremos la noche en la plaza'.


Luego les hizo entrar en la casa de José, les dio agua para que se lavaran los pies y también les dio forraje para sus asnos.


Pero Josafat dijo: '¿No hay aqu ningún profeta de Yahveh, para que por medio de él podamos consultar a Yahveh?'. Respondió uno de los servidores del rey de Israel: 'Está aqu está Eliseo, el hijo de Safat, el que vert a agua en las manos de El as'.


Cuando, después que se hubo unido a Betsabé, vino a su encuentro el profeta Natán.


Después harás que Aarón y sus hijos se acerquen a la entrada de la tienda del encuentro y los lavarás con agua.


lavaos, purificaos, apartad vuestras malas acciones de delante de mis ojos; cesad de obrar el mal,


'Os rociaré con agua limpia y quedaréis limpios; os limpiaré de todas vuestras manchas y de todos vuestros dolos.


El que se purifica lavará sus vestidos, se afeitará todo el cuerpo, se ba ará y quedará limpio. Después podrá entrar de nuevo en el campamento, pero se quedará fuera de su tienda durante siete d as.


'Aquel d a habrá una fuente abierta para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén contra el pecado y la impureza.


y, poniéndose detrás de él, a sus pies, y llorando, comenzó a ba árselos con lágrimas y con sus propios cabellos se los iba secando; luego los besaba y los ung a con el perfume.


Y volviéndose hacia la mujer, dijo a Simón: '¿Ves esta mujer? Cuando entré en tu casa, no me diste agua para los pies; ella, en cambio, me los ha ba ado con lágrimas y me los ha secado con sus cabellos.


D cele Jesús: 'El que ya se ha ba ado no necesita lavarse [más que los pies], porque está limpio todo él. Y vosotros estáis limpios, aunque no todos'.


Llega ante Simón Pedro, y éste le dice: 'Se or, ¿lavarme los pies tú a m ?'.


D cele Pedro: 'No me lavarás los pies jamás'. Jesús le contestó: 'Si no te lavo, no tendrás parte conmigo'.


sino que uno de los soldados le atravesó el costado con la lanza; y al momento salió sangre y agua.


Y ahora, ¿qué esperas? Anda, baut zate y l mpiate de tus pecados invocando su nombre'.


Y esto erais algunos; pero fuisteis lavados, fuisteis consagrados a Dios pero fuisteis justificados en el nombre del Se or Jesucristo y en el Esp ritu de nuestro Dios.


para santificarla, purificándola con el ba o de agua por la palabra,


que dé pruebas de su buena conducta, o sea, haber educado a los hijos, haber dado hospitalidad, haber lavado los pies a los fieles, haber asistido a los atribulados, haberse ejercitado en toda suerte de buenas obras.


Acerquémonos, pues, con corazón sincero y fe plena, purificado el corazón de toda impureza de conciencia y lavado el cuerpo con agua pura.


Pero si caminamos en la luz, como él está en la luz, tenemos comunión unos con otros; y la sangre de Jesús, su Hijo, nos purifica de todo pecado.


Éste es el que viene por agua y sangre, Jesucristo; no en el agua solamente, sino en el agua y en la sangre. Y de ello da testimonio el Esp ritu, porque el Esp ritu es la verdad.


y de parte de Jesucristo, el testigo fidedigno, el primogénito de los muertos y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos ama y al que nos libró de nuestros pecados con su sangre


Yo le respond: 'Se or m o, tú lo sabes'. Él me dijo: 'Éstos son los que vienen de la gran tribulación, han lavado sus vestidos y los han blanqueado en la sangre del Cordero.


Lo llevó a su casa y echó pienso a los asnos. Ellos, después de lavarse los pies, comieron y bebieron.


Ella se levantó, se postró rostro en tierra y dijo: 'Tu sierva es como una esclava para lavar los pies de los servidores de mi se or'.


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