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Josué 8:2 - Biblia Castilian 2003

2 Tratarás a Ay y a su rey como trataste a Jericó y a su rey; pero os podréis quedar como bot n con sus despojos y sus ganados. Tiende una emboscada a la ciudad por la espalda'.

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Biblia Reina Valera 1960

2 Y harás a Hai y a su rey como hiciste a Jericó y a su rey; solo que sus despojos y sus bestias tomaréis para vosotros. Pondrás, pues, emboscadas a la ciudad detrás de ella.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

2 Los destruirás tal como destruiste a Jericó y a su rey. Pero esta vez podrán quedarse con el botín y los animales. Preparen una emboscada detrás de la ciudad».

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Biblia Católica (Latinoamericana)

2 Tratarás a Aí y a su rey igual como trataste a Jericó y a su rey, pero podrán tomar el botín: sus despojos y el ganado. Prepara pues ahora una emboscada detrás de la ciudad'.

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La Biblia Textual 3a Edicion

2 Y tú harás con Hai y su rey como hiciste con Jericó y su rey, sólo que su botín y su ganado podréis tomar para vosotros. Prepara una emboscada contra la ciudad, por detrás.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

2 Tratarás a Ay y a su rey como trataste a Jericó y a su rey; pero os podréis quedar como botín con sus despojos y sus ganados. Tiende una emboscada a la ciudad por la espalda'.

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Josué 8:2
27 Referans Kwoze  

Mientras tanto, Jeroboán hizo que parte de la tropa emboscada diera un rodeo para llegar hasta los de Judá por detrás, de forma que ellos se hallaban frente a Judá y la emboscada detrás de éstos.


Y en el momento en que ellos comenzaban las aclamaciones y las alabanzas, Yahveh suscitó discordias entre los amonitas, los moabitas y los del monte Se r, que ven an contra Judá, y fueron derrotados.


Mira: hiciste mis d as de unos palmos, mi existencia ante ti, como una nada: en total no es más que un soplo cuanto el hombre subsiste. Selah


La herencia del bueno pasa a sus nietos, la fortuna del pecador es para el justo.


El hombre fiel será muy bendecido, quien pronto se enriquece no quedará impune.


Perdiz que empolla lo que no ha puesto es quien adquiere riquezas sin justicia; a la mitad de sus d as tendrá que dejarlas, y a la postre será como un necio.


Contra los muros de Babel alzad bandera, reforzad la guardia, apostad centinelas, preparad emboscadas, porque Yahveh planea y ejecuta lo que dijo sobre los habitantes de Babel.


Solamente nos reservamos como bot n los ganados y los despojos de las ciudades conquistadas.


Pero las mujeres, los ni os, el ganado y cuanto hay en la ciudad los tomarás para ti como bot n; y comerás de los despojos de tus enemigos que Yahveh, tu Dios, te ha entregado.


Pero Yahveh me dijo: 'No le temas, porque yo lo he entregado en tus manos, a él, a todo su pueblo y todo su territorio. Haz con él lo mismo que hiciste con Sijón, rey de los amorreos, que habitaba en Jesbón'.


Al enterarse Adonisedec, rey de Jerusalén, de que Josué se hab a apoderado de Ay y la hab a condenado al anatema, tratando a la ciudad y a su rey como hab a tratado a Jericó y a su rey, y de que los habitantes de Gabaón hab an hecho un pacto con Israel y se hab an quedado a vivir con ellos,


Aquel d a Josué conquistó Maquedá y la pasó al filo de espada, como a su rey; y los entregó al anatema con todas las personas que en ella hab a, sin dejar supervivientes. Trató al rey de Maquedá como hab a tratado al de Jericó.


Se apoderaron los israelitas de todos los despojos de estas ciudades y de sus ganados; pero pasaron a filo de espada a todas las personas, hasta exterminarlas, sin dejar supervivientes.


Entregaron al anatema, al filo de la espada, cuanto hab a en la ciudad: hombres y mujeres, ni os y ancianos, y hasta el ganado mayor y menor, y los asnos.


Tomó unos cinco mil hombres y tendió con ellos una emboscada entre Betel y Ay al occidente de la ciudad.


Al ver esto el rey de Ay, los hombres de la ciudad se dieron prisa a madrugar y salieron él y todo su ejército al encuentro de Israel para entablar combate en el lugar previsto, frente a la Arabá, sin saber que se le hab a tendido una emboscada detrás de la ciudad.


y, al extender la mano, los emboscados surgieron rápidamente de sus posiciones, llegaron corriendo a la ciudad, se apoderaron de ella y se apresuraron a incendiarla.


Cuando Israel acabó de matar a todos los habitantes de Ay en la campi a, en el desierto, hasta donde éstos los hab an perseguido, y cuando todos hab an ca do a filo de espada hasta su total exterminio, se volvieron los israelitas hacia Ay y la pasaron también a filo de espada.


Josué se dispuso a subir contra Ay con todas sus tropas. Escogió treinta mil valientes guerreros y les mandó salir de noche,


Mientras nosotros retrocedemos, vosotros saldréis de la emboscada y os apoderaréis de la ciudad, pues Yahveh, vuestro Dios, la ha entregado en vuestras manos.


Cuando hayáis tomado la ciudad, prendedle fuego. Actuaréis conforme a la orden de Yahveh. Mirad que os lo mando yo'.


Los despidió Josué, y ellos se fueron al lugar de la emboscada y se apostaron entre Betel y Ay, al occidente de Ay, mientras que Josué pasó aquella noche en medio del pueblo.


También los habitantes de Gabaón supieron lo que hab a hecho Josué con Jericó y Ay


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