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Josué 5:13 - Biblia Castilian 2003

13 Estando Josué cerca de Jericó, levantó sus ojos y vio delante de s a un hombre que estaba de pie, con una espada desnuda en la mano. Josué se adelantó hacia él y le dijo: '¿Eres de los nuestros o de nuestros enemigos?'.

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Biblia Reina Valera 1960

13 Estando Josué cerca de Jericó, alzó sus ojos y vio un varón que estaba delante de él, el cual tenía una espada desenvainada en su mano. Y Josué, yendo hacia él, le dijo: ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos?

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Biblia Nueva Traducción Viviente

13 Cuando Josué estaba cerca de la ciudad de Jericó, miró hacia arriba y vio a un hombre parado frente a él con una espada en la mano. Josué se le acercó y le preguntó: —¿Eres amigo o enemigo?

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Biblia Católica (Latinoamericana)

13 Estando Josué cerca de Jericó, levantó la vista y vio a un hombre de pie delante de él, con una espada desenvainada en la mano. Josué fue donde él y le dijo: '¿Estás en favor nuestro o de nuestros enemigos?'

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La Biblia Textual 3a Edicion

13 Sucedió que estando Josué cerca de Jericó, levantó sus ojos y he aquí que vio a un varón en pie frente a él con su espada desenvainada en su mano. Y Josué fue hacia él y le dijo: ¿Eres tú de los nuestros o de nuestros adversarios?

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

13 Estando Josué cerca de Jericó, levantó sus ojos y vio delante de sí a un hombre que estaba de pie, con una espada desnuda en la mano. Josué se adelantó hacia él y le dijo: '¿Eres de los nuestros o de nuestros enemigos?'.

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Josué 5:13
24 Referans Kwoze  

Se le apareció Yahveh a Abrahán en el encinar de Mamré. Abrahán estaba sentado a la entrada de la tienda, a la hora de más calor del d a.


Alzó los ojos y vio a tres hombres de pie delante de él. En cuanto los vio, corrió a su encuentro desde la entrada de la tienda, se postró en tierra,


Despertó Jacob de su sue o y dijo: 'Ciertamente está Yahveh en este lugar, y yo no lo sab a'.


Jacob alzó los ojos y vio que ven a Esaú, y con él cuatrocientos hombres. Entonces repartió los hijos entre L a, Raquel y las dos siervas.


Alzó Esaú los ojos, vio a las mujeres y los hijos y preguntó: '¿Quiénes son estos que vienen contigo?'. Contestó: 'Son los hijos con que Yahveh ha favorecido a tu siervo'.


Proporcionaron buena ayuda a David y a sus tropas, pues todos ellos eran guerreros valientes y fueron jefes en el ejército.


Entonces Yahveh ordenó al ángel que envainara la espada.


Pero David no se hab a atrevido a ir allá para consultar a Dios, porque estaba aterrado a causa de la espada del ángel de Yahveh.


Mi ángel caminará delante de ti y te conducirá a la tierra de los amorreos, de los hititas, de los perizeos, de los cananeos, de los jiveos y de los jebuseos, a quienes yo exterminaré.


alcé los ojos y miré. Vi a un hombre vestido de lino que ten a su cintura ce ida con un cinturón de oro puro.


Alcé los ojos, miré, y he aqu que hab a un carnero delante del r o. Ten a dos cuernos. Los dos eran altos; pero uno más que el otro; el más alto hab a despuntado el último.


he tenido una visión durante la noche: hab a un hombre, montado en un caballo alazán, entre los mirtos que hay en la hondonada. Detrás de él hab a caballos alazanes, casta os y blancos.


Cuando la burra vio el ángel de Yahveh de pie en medio del camino con la espada desenvainada en la mano se desvió del camino y echó campo a través. Balaán empezó a darle palos para hacerla volver al camino.


Yahveh abrió entonces los ojos de Balaán, quien, viendo al ángel de Yahveh de pie en el camino con la espada desenvainada, se arrodilló y se postró rostro en tierra.


Estaban ellos mirando atentamente al cielo mientras se iba cuando de pronto se les presentaron dos hombres vestidos de blanco,


Yahveh dijo entonces a Josué: 'Mira: yo entrego en tus manos a Jericó y a su rey con sus valerosos guerreros.


y, en medio de los candelabros, a uno semejante al Hijo del hombre, vestido de túnica talar y ce ido a la altura del pecho con un ce idor de oro.


Manóaj se levantó y se fue tras su mujer; llegó adonde estaba el hombre y le dijo: '¿Eres tú el hombre que habló con esta mujer?'. Respondió: 'Yo soy'.


Dijo, pues, Manóaj a su mujer: 'Ciertamente vamos a morir, pues hemos visto a Dios'.


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