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Josué 22:18 - Biblia Castilian 2003

18 ¡Y vosotros os apartáis hoy de Yahveh! Esto es lo que va a ocurrir: vosotros os rebeláis hoy contra Yahveh, y ma ana se encenderá su ira contra la comunidad toda de Israel.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

18 para que vosotros os apartéis hoy de seguir a Jehová? Vosotros os rebeláis hoy contra Jehová, y mañana se airará él contra toda la congregación de Israel.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

18 Y ahora ustedes le dan la espalda al Señor. Si hoy ustedes se rebelan contra el Señor, mañana él se enojará con todos nosotros.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

18 Si hoy día se han rebelado contra Yavé, mañana él se enojará con toda la comunidad de Israel.

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La Biblia Textual 3a Edicion

18 ¡Y vosotros os apartáis hoy de en pos de YHVH! Y sucederá que por haberos rebelado hoy contra YHVH, mañana Él estará airado contra toda la comunidad de Israel.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

18 ¡Y vosotros os apartáis hoy de Yahveh! Esto es lo que va a ocurrir: vosotros os rebeláis hoy contra Yahveh, y mañana se encenderá su ira contra la comunidad toda de Israel.

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Josué 22:18
20 Referans Kwoze  

Volvió a encenderse la cólera de Yahveh contra Israel y por eso instigó a David contra ellos, ordenándole: 'Disponte a hacer el censo de Israel y de Judá'.


Pero si vosotros o vuestros hijos os apartáis de m, y no guardáis los mandamientos y los preceptos que os di, y os vais a servir a dioses extra os y os postráis ante ellos,


Pues cuando Israel se desgajó de la casa de David y ellos proclamaron rey a Jeroboán, hijo de Nebat, Jeroboán apartó a Israel de Yahveh y les hizo cometer un gran pecado.


Satán se levantó contra Israel e incitó a David a que hiciera el censo de Israel.


Mandó entonces Yahveh la peste a Israel, y cayeron setenta mil hombres de Israel.


Desde que Amas as se apartó de Yahveh, tramaron contra él una conspiración en Jerusalén, por lo que huyó a Laquis. Pero enviaron gente tras él a Laquis, y all le dieron muerte.


Jos as, por su parte, retiró todas las abominaciones de todos los territorios pertenecientes a los israelitas, y obligó a todos los que se hallaban en Israel a que sirvieran a Yahveh, su Dios. Mientras él vivió, no se apartaron de Yahveh, Dios de sus padres.


Luego dijo Moisés a Aarón y a sus hijos Eleazar e Itamar: 'No llevéis desgre ado el pelo ni rasguéis vuestras vestiduras, no sea que muráis y se irrite Yahveh contra toda la comunidad. Serán vuestros hermanos, todos los de la casa de Israel, los que llorarán por este incendio que ha provocado Yahveh.


Cayeron ellos rostro en tierra y exclamaron: '¡Oh Dios! Dios que da vida a toda carne, ¿no es uno el que pecó? ¿Por qué has de enojarte contra toda la comunidad?'.


Si os negáis a seguirle, él volverá a dejar a Israel en el desierto, y vosotros seréis la causa de la ruina de todo el pueblo'.


porque eso apartar a de m a tu hijo y le har a servir a otros dioses; y entonces la ira de Yahveh se encender a contra vosotros y pronto te exterminar a.


Se presentaron ante los rubenitas, los gaditas y la mitad de la tribu de Manasés, en el pa s de Galaad, y les dijeron:


'Esto ha dicho la comunidad de Yahveh en pleno: '¿Qué perfidia es ésta que habéis cometido contra el Dios de Israel, apartándoos de Yahveh, construyéndoos un altar y rebelándoos hoy contra Yahveh?


¿No fue Acán, hijo de Zéraj, el que prevaricó violando el anatema? Sin embargo, la cólera divina alcanzó a toda la comunidad de Israel ¡No fue él el único que pereció por su crimen!''.


Pero los israelitas fueron infieles en lo tocante al anatema. Porque Acán, hijo de Carm, hijo de Zabd, hijo de Zéraj, de la tribu de Judá, se guardó para s algo de lo entregado al anatema y la ira de Yahveh se encendió contra los israelitas.


Israel ha pecado: han violado la alianza que les impuse, e incluso han tomado parte de lo destinado al anatema y lo han robado y ocultado, poniéndolo entre sus bagajes.


vi entre el bot n un hermoso manto de Senaar, doscientos siclos de plata y un lingote de oro de cincuenta siclos de peso, me dominó la codicia y los tomé. Están escondidos en la tierra, en el centro de mi tienda; la plata está debajo'.


Si teméis a Yahveh y le serv s; si escucháis su voz y no sois rebeldes a los mandatos de Yahveh; si tanto vosotros como el rey que reine sobre vosotros segu s en pos de Yahveh, vuestro Dios, viviréis.


Samuel entonces dijo al pueblo: 'No temáis. Es cierto que habéis cometido esta gran maldad; pero no os apartéis de Yahveh, sino servidle de todo corazón.


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