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Jeremías 6:19 - Biblia Castilian 2003

19 Escucha, tierra: Mirad que estoy trayendo una desgracia sobre este pueblo, fruto de sus proyectos, porque no escucharon mis palabras y despreciaron mi ley.

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Biblia Reina Valera 1960

19 Oye, tierra: He aquí yo traigo mal sobre este pueblo, el fruto de sus pensamientos; porque no escucharon mis palabras, y aborrecieron mi ley.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

19 ¡Escuchen, habitantes de toda la tierra! Traeré desastre sobre mi pueblo. Es el fruto de sus propias intrigas, porque se niegan a escucharme; han rechazado mi palabra.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

19 Escucha, tierra, mira el castigo que voy a dar a este pueblo como fruto de su rebelión, pues no quisieron hacerme caso cuando les hablaba, y despreciaron mi Ley.

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La Biblia Textual 3a Edicion

19 ¡Oye, oh tierra! He aquí traigo el mal sobre este pueblo, El fruto de sus pensamientos, Porque no escucharon mis palabras, Y desecharon mi Ley.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

19 Escucha, tierra: Mirad que estoy trayendo una desgracia sobre este pueblo, fruto de sus proyectos, porque no escucharon mis palabras y despreciaron mi ley.

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Jeremías 6:19
37 Referans Kwoze  

Yahveh abomina las malas intenciones. Las palabras amistosas son puras.


Quien se tapa los o dos para no escuchar la ley, hace que su plegaria sea abominación.


Escucha, cielo; atiende, tierra que habla Yahveh: hijos crié y eduqué, y ellos se rebelaron contra m.


Por eso, cual la lengua de fuego devora el rastrojo y el heno se consume en la llama, su ra z se convertirá en podredumbre y su flor subirá como el polvo. Pues despreciaron la ley de Yahveh Sebaot, desde aron la palabra del Santo de Israel.


Sus pies corren hacia el mal, se apresuran a verter sangre inocente. Sus planes son planes malvados, devastación y ruina hay en sus calzadas.


Pero yo vengo a reunir a todas las naciones y lenguas: ellas vendrán y verán mi gloria.


Por eso, as dice Yahveh: mirad: voy a traer sobre ellos una desgracia de la que no podrán escapar, y entonces clamarán a m, pero no los escucharé.


Tú me rechazaste - oráculo de Yahveh -, volviste atrás, y yo alargué mi mano contra ti y te destru; estoy cansado de compadecerme.


Yo, Yahveh, escruto el corazón, sondeo las entra as, para dar a cada uno según su conducta, según el fruto de sus obras.


'As dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: mirad: voy a traer sobre esta ciudad y sobre todas sus vidas toda la desgracia que he anunciado contra ella, porque han endurecido su cerviz y no han escuchado mis palabras'.


Dirás: escuchad la palabra de Yahveh, reyes de Judá y habitantes de Jerusalén. As dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: mirad: voy a traer sobre este lugar una desgracia tal que a todo el que la oiga le reti irán los o dos.


Os voy a castigar como merecen vuestras acciones - oráculo de Yahveh -. Voy a encender tal fuego en su bosque, que devorará todos sus alrededores.


¡Tierra, tierra, tierra: escucha la palabra de Yahveh! As dice Yahveh: 'Inscribid a este hombre como sin hijos, como hombre que en sus d as no ha de prosperar; pues nadie de su descendencia logrará sentarse en el trono de David ni reinar jamás en Judá'.


porque no escucharon mis palabras - oráculo de Yahveh; porque, a pesar de que les envié a su tiempo y sin cesar a mis siervos, los profetas, no habéis escuchado - oráculo de Yahveh -.


Limpia tu corazón de la maldad, Jerusalén, para que puedas salvarte. ¿Hasta cuándo se albergarán en tu interior tus malos pensamientos?


Avisad a las naciones: '¡Aqu está!'. Proclamad en Jerusalén: 'Centinelas llegan de un pa s lejano y dan voces contra las ciudades de Judá'.


Circuncidaos para Yahveh, quitad el prepucio de vuestros corazones, hombres de Judá y habitantes de Jerusalén, no sea que se desfogue como fuego mi furor y queme, sin que haya quien lo apague, por la maldad de vuestras obras'.


Haré que Elam se aterre ante sus enemigos y ante quienes atentan contra su vida. Traeré una desgracia sobre ellos: mi ira furibunda - oráculo de Yahveh -; y enviaré tras ellos la espada hasta que acabe con ellos.


¿A quiénes hablaré y exhortaré para que me escuchen? Su o do está cerrado, no pueden atender. La palabra de Yahveh es para ellos oprobio, no la quieren.


Por eso, o d, naciones; conoce, comunidad, lo que les va a suceder.


Pues, ¿por qué este pueblo sigue apostatando? ¿Será Jerusalén una apostas a continua? Se aferran a la mentira, no quieren convertirse.


Los sabios serán confundidos, quedarán consternados y apresados; mirad: despreciaron la palabra de Yahveh. ¿Qué clase de sabidur a es la que tienen?


Todo Israel transgredió la ley y se desvió, sin querer escuchar tu voz. Por eso cayeron sobre nosotros las maldiciones y las imprecaciones escritas en la ley de Moisés siervo de Dios, porque pecamos contra Él.


(13a) Plantasteis maldad, cosecháis iniquidad, coméis fruto de mentira. (13b) Por haber confiado en tus carros, en la multitud de tus guerreros,


Perece mi pueblo por falta de sabidur a. Porque tú has rechazado la sabidur a, yo te rechazaré de mi sacerdocio. Porque tú te has olvidado de la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos.


As dice Yahveh: por tres cr menes de Judá y por cuatro, no lo revocaré: porque han rechazado la ley de Yahveh, no han guardado sus preceptos, se han extraviado tras los dolos que siguieron sus padres,


¡Escuchad, pueblos todos! ¡Atiende, tierra, y cuanto contienes! Sea testigo el Se or Yahveh contra vosotros, el Se or desde su santo templo.


¡O d, montes, la querella de Yahveh, y vosotros, sólidos cimientos de la tierra!'. Porque Yahveh entabla un pleito con su pueblo, va a discutir con Israel:


El que me rechaza y no recibe mis palabras tiene ya quien lo condene: la palabra que yo he anunciado, ésa lo condenará en el último d a.


Arrepiéntete, pues, de éste tu pecado, y ruega al Se or a ver si se te perdona este mal pensamiento de tu corazón;


Llamo hoy por testigos contra vosotros al cielo y tierra de que te pongo delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida, para que vivas tú y tu descendencia,


O d, cielos, que voy a hablar yo; y tú, tierra, escucha las palabras de mi boca.


yo pongo hoy por testigos contra vosotros al cielo y a la tierra de que desapareceréis rápidamente de la tierra por cuya posesión vais a pasar el Jordán, y no se prolongarán en ella vuestros d as, porque seréis enteramente destruidos.


Pues la rebeld a es como pecado de hechicer a, y la contumacia como delito de idolatr a. Porque tú has rechazado la palabra de Yahveh, él también te rechaza para que ya no seas rey'.


Pero Samuel replicó a Saúl: 'No volveré contigo. Porque tú has rechazado la palabra de Yahveh, Yahveh también te rechaza para que dejes de ser rey de Israel'.


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