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Jeremías 6:10 - Biblia Castilian 2003

10 ¿A quiénes hablaré y exhortaré para que me escuchen? Su o do está cerrado, no pueden atender. La palabra de Yahveh es para ellos oprobio, no la quieren.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

10 ¿A quién hablaré y amonestaré, para que oigan? He aquí que sus oídos son incircuncisos, y no pueden escuchar; he aquí que la palabra de Jehová les es cosa vergonzosa, no la aman.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

10 ¿A quién puedo advertir? ¿Quién escuchará cuando yo hable? Tienen sordos los oídos y no pueden oír. Ellos desprecian la palabra del Señor. No quieren escuchar para nada.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

10 ¿A quién hablaré y tomaré como testigo para que escuchen? A sus oídos les hace falta una circuncisión, y no pueden entender. La palabra de Yavé les causa risa y no les gusta.

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La Biblia Textual 3a Edicion

10 ¿A quiénes tendré que hablar y testificar para que escuchen? He aquí que sus oídos son incircuncisos, Y no pueden escuchar:° He aquí que la palabra de YHVH ha venido a ser un oprobio para ellos; No tienen deleite en ella.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

10 ¿A quiénes hablaré y exhortaré para que me escuchen? Su oído está cerrado, no pueden atender. La palabra de Yahveh es para ellos oprobio, no la quieren.

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Jeremías 6:10
40 Referans Kwoze  

sino que en la ley divina se complace y sobre ella medita, d a y noche.


En tus leyes me complazco: jamás me olvidaré de tu palabra.


Yo suspiro, Se or, por tu socorro, y tu ley constituye mis delicias.


yo tengo en tus avisos mis delicias, y ellos son mis consejeros.


Encáuzame por la senda de tus leyes, que en ellas me complazco.


su corazón es craso como el sebo, mas para m tu ley son mis delicias.


Que tu piedad me alcance y viviré, tu ley son mis delicias.


Y as digo: 'Aqu vengo'. En el rollo del libro está escrito que yo debo


Respondió Moisés a Yahveh: 'Si no me han escuchado los israelitas, ¿cómo va a escucharme ahora el Faraón, a m, que soy torpe de palabra?'.


Has visto muchas cosas y no atiendes, tienes abiertos los o dos y no escuchas.


¿Quién creyó nuestras noticias? El brazo de Yahveh, ¿a quién se reveló?


as dice Yahveh Sebaot, Dios de Israel: 'Vete a decir a los hombres de Judá y a los habitantes de Jerusalén: '¿No queréis aprender la lección y escuchar mis palabras?' - oráculo de Yahveh -.


Circuncidaos para Yahveh, quitad el prepucio de vuestros corazones, hombres de Judá y habitantes de Jerusalén, no sea que se desfogue como fuego mi furor y queme, sin que haya quien lo apague, por la maldad de vuestras obras'.


Escuchadlo, pueblo necio y sin cordura, que tienen ojos y no ven, tienen o dos y no oyen.


Ahora, pues, ya que habéis hecho todas estas cosas - oráculo de Yahveh -; y, a pesar de haberos hablado insistentemente y sin cesar, no me habéis escuchado, y, a pesar de haberos llamado, no me habéis respondido,


pero no me han escuchado ni aplicado su o do, sino que han endurecido su cerviz y se han portado peor que sus padres.


Pero la casa de Israel no querrá escucharte, porque no quieren escucharme a M, dado que todos los de la casa de Israel son unos desvergonzados y duros de corazón.


si éste, al ver que la espada viene contra el pa s, toca la trompeta para avisar al pueblo;


Si tú, en cambio, avisas al malvado para que se convierta de su conducta y no se convierte de ella, él morirá por su iniquidad, pero tú habrás salvado tu vida.'


Entonces Amas as, sacerdote de Betel, mandó decir a Jeroboán, rey de Israel: 'Amós conspira contra ti en medio de la casa de Israel; el pa s no puede soportar más sus palabras.


Pero al ver que ven an a bautizarse muchos fariseos y saduceos, les dijo: 'Raza de v boras, ¿quién os ha ense ado a huir del inminente castigo?


Un doctor de la ley le dice entonces: 'Maestro, diciendo tales cosas, nos ofendes también a nosotros'.


Los escribas y los pont fices intentaron echarle mano en aquel mismo momento, porque se hab an dado cuenta de que por ellos hab a dicho esa parábola; pero tuvieron miedo al pueblo.


A vosotros no os puede odiar el mundo; pero a m me odia, porque el testimonio que doy contra él es de que sus obras son malas.


Oyeron esto algunos de los fariseos que estaban con él y le dijeron: '¿Es que también nosotros somos ciegos?'.


¡Gente de dura cerviz e incircuncisos de corazón y de o dos! Siempre estáis resistiendo al Esp ritu Santo. Como vuestros padres, igual vosotros.


Y puesto de rodillas, gritó con fuerte voz: 'Se or, no les tomes en cuenta este pecado'. Y as diciendo, expiró.


Porque, en lo ntimo de mi ser, me complazco en la ley de Dios;


Os hice caminar cuarenta a os por el desierto, sin que vuestros vestidos envejecieran ni vuestras sandalias se desgastaran.


A éste anunciamos nosotros advirtiendo y ense ando a todos los hombres en toda sabidur a, para que podamos presentarlos a todos ellos como hombres perfectos en Cristo.


Porque vendrá tiempo en que no soportarán la ense anza saludable, sino que, llevados del propio capricho, se rodearán de maestros para que les halaguen el o do,


Por la fe Noé, advertido por Dios sobre cosas que aún no se ve an, con religioso sentido empezó a construir un arca para salvar a su familia, y por medio de esa fe condenó al mundo y vino a ser heredero de la justicia según fe.


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