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Jeremías 52:9 - Biblia Castilian 2003

9 Apresaron al rey y lo subieron a Riblá, en el pa s de Jamat, ante el rey de Babilonia, el cual dictó sentencia contra él.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

9 Entonces prendieron al rey, y le hicieron venir al rey de Babilonia, a Ribla en tierra de Hamat, donde pronunció sentencia contra él.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

9 Capturaron al rey y lo llevaron ante el rey de Babilonia, que se encontraba en Ribla, en la tierra de Hamat. Allí el rey de Babilonia dictó sentencia contra Sedequías.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

9 Tomaron preso al rey y lo llevaron a la presencia del rey de Babilonia, que estaba en Ribla, en tierra de Jamat, el cual lo sometió a juicio.

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La Biblia Textual 3a Edicion

9 Prendieron pues al rey, y se lo llevaron al rey de Babilonia, que estaba en Ribla, en tierra de Hamat, donde pronunció sentencia contra él.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

9 Apresaron al rey y lo subieron a Riblá, en el país de Jamat, ante el rey de Babilonia, el cual dictó sentencia contra él.

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Jeremías 52:9
15 Referans Kwoze  

En aquella ocasión, Salomón, acompa ado de todo Israel, reunido en magna asamblea de un gent o inmenso que ven a desde la entrada de Jamat hasta el torrente de Egipto, celebró la fiesta ante Yahveh nuestro Dios durante siete d as.


El Faraón Necó lo mandó encadenar en Riblá, en el pa s de Jamat, para que no reinara en Jerusalén, e impuso al pa s una contribución de cien talentos de plata y un talento de oro.


Apresaron al rey y lo subieron a Riblá, ante el rey de Babilonia, quien dictó sentencia contra él.


Entonces Yahveh hizo que vinieran contra ellos los jefes del ejército del rey de Asiria, quienes prendieron a Manasés con garfios, lo ataron con grillos de bronce y as se lo llevaron a Babilonia.


Después marchó Salomón contra Jamat de Sobá y se apoderó de ella.


Después de esto - oráculo de Yahveh -, entregaré a Sedec as, rey de Judá, a sus servidores y a la gente que en esta ciudad haya sobrevivido a la peste, a la espada y al hambre, en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en mano de sus enemigos y en mano de quienes atentan contra su vida. Él los pasará a filo de espada, sin compadecerse de ellos, sin apiadarse, sin tener misericordia'.


Pero las tropas de los caldeos los persiguieron y dieron alcance a Sedec as en las estepas de Jericó. Lo prendieron y lo llevaron a Nabucodonosor, rey de Babilonia, a Riblá, en el pa s de Jamat, el cual dictó sentencia contra él.


Nuestro aliento vital, el ungido de Yahveh, Res fue atrapado en sus fosos: aquel de quien dec amos: 'A su sombra viviremos entre las naciones'.


Caeréis a espada; en la frontera de Israel os juzgaré, y sabréis que yo soy Yahveh.


Vendrán contra ti con caballos, carros y carretas, y toda una coalición de pueblos; se apostarán contra ti por todas partes con rodelas, escudos y cascos. Expondré tu causa delante de ellos, y te juzgarán según sus leyes.


Subieron, pues, y reconocieron el pa s desde el desierto de Sin hasta Rejob, en dirección a Jamat.


Desde Sefán la frontera bajará a Riblá, al oriente de Ayin, y seguirá bajando hasta tocar la ribera oriental del mar de Quinéret.


el pa s de los guiblitas, y todo el L bano, al oriente, desde Baal Gad, al pie del monte Hermón, hasta la entrada de Jamat.


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