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Jeremías 52:27 - Biblia Castilian 2003

27 El rey de Babilonia los hizo ajusticiar y matar en Riblá, en el pa s de Jamat. As fue deportado Judá, lejos de su tierra.

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Plis vèsyon

Biblia Reina Valera 1960

27 Y el rey de Babilonia los hirió, y los mató en Ribla en tierra de Hamat. Así Judá fue transportada de su tierra.

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Biblia Nueva Traducción Viviente

27 Allí, en Ribla, en la tierra de Hamat, el rey de Babilonia mandó que los ejecutara a todos. Así que el pueblo de Judá fue expulsado de su tierra y llevado al destierro.

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Biblia Católica (Latinoamericana)

27 quien los mandó matar en Ribla, en la región de Jamat. Entonces fue desterrado Judá lejos de su tierra.

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La Biblia Textual 3a Edicion

27 Y el rey de Babilonia los hirió y los mató en Ribla, en tierra de Hamat. Así Judá fue llevado en cautividad, fuera de su tierra.

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Biblia Serafín de Ausejo 1975

27 El rey de Babilonia los hizo ajusticiar y matar en Riblá, en el país de Jamat. Así fue deportado Judá, lejos de su tierra.

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Jeremías 52:27
28 Referans Kwoze  

Al enterarse Toú, rey de Jamat, de que David hab a derrotado a todo el ejército de Hadadézer,


Rechazó as Yahveh a toda la estirpe de Israel; la afligió y la entregó en manos de sus saqueadores hasta arrojarla de su presencia.


hasta que Yahveh apartó a Israel de su presencia, como hab a predicho por medio de todos sus siervos los profetas. Israel fue llevado a la cautividad lejos de su tierra, a Asiria, hasta el d a de hoy.


Por eso dijo Yahveh: 'También apartaré a Judá de mi presencia, como aparté a Israel, y rechazaré esta ciudad de Jerusalén que yo hab a escogido, y el templo del que yo hab a dicho: 'All estará mi nombre''.


Totalmente se despuebla la tierra, queda del todo despojada, porque Yahveh ha pronunciado esta palabra.


La ciudad fortificada es desolación, morada dejada, abandonada como un desierto. All pastará el novillo, all sesteará y destruirá sus frondas.


Por eso execré a los jefes del santuario, entregué a Jacob al exterminio y a Israel a los ultrajes.


Las ciudades del sur están cerradas, sin que nadie las abra. Judá todo entero está deportado, ha sido deportado en masa.


Pues as dice Yahveh: 'Mirad: voy a entregarte al terror, a ti y a todos tus amigos, que caerán bajo la espada de sus enemigos. Lo verán tus propios ojos. Y entregaré a todo Judá en mano del rey de Babilonia, que los deportará a Babilonia y los pasará a cuchillo.


Después de esto - oráculo de Yahveh -, entregaré a Sedec as, rey de Judá, a sus servidores y a la gente que en esta ciudad haya sobrevivido a la peste, a la espada y al hambre, en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y en mano de sus enemigos y en mano de quienes atentan contra su vida. Él los pasará a filo de espada, sin compadecerse de ellos, sin apiadarse, sin tener misericordia'.


Pero de la gente pobre que no ten a nada, Nabuzardán, jefe de la escolta, dejó una parte en el pa s de Judá y les dio aquel d a vi as y campos.


Nabuzardán, jefe de la escolta, deportó a Babilonia al resto de la población que hab a quedado en la ciudad, a los desertores que se hab an pasado a él y al resto de los artesanos que quedaban.


Apresaron al rey y lo subieron a Riblá, en el pa s de Jamat, ante el rey de Babilonia, el cual dictó sentencia contra él.


Haré del pa s una desolación y un desierto; acabará su orgullosa potencia, y las monta as de Israel quedarán desoladas, sin uno que pase.


Retuércete en espamos, hija de Sión, como parturienta, porque ahora saldrás de la ciudad y vivirás en el campo; llegarás hasta Babilonia, pero all serás liberada; all te rescatará Yahveh de la mano de tus enemigos.


Yahveh te conducirá, a ti y al rey que hayas establecido sobre ti, a una nación que ni tú ni tus padres conoc ais, y all servirás a otros dioses, de madera y de piedra,


Yahveh te dispersará por entre todos los pueblos, desde un extremo al otro de la tierra, y all servirás a otros dioses, de madera y de piedra, que ni tú ni tus padres conoc ais.


yo pongo hoy por testigos contra vosotros al cielo y a la tierra de que desapareceréis rápidamente de la tierra por cuya posesión vais a pasar el Jordán, y no se prolongarán en ella vuestros d as, porque seréis enteramente destruidos.


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